A última hora de este martes se confirmó el hallazgo de un cadáver en el piso que compartieron Marco y Sibora antes de su desaparición y que él habría señalado explícitamente mientras caminaba por comisaría como el lugar donde había ocultado su cuerpo tras matarla. Tras una compleja búsqueda, los agentes de la policía llegaron a una pared de la vivienda diferente a la de los demás apartamentos del bloque y tras la que se escondía rodeado de cal una caja con el cuerpo de una mujer y una bolsa con un cuchillo manchado de sangre. Esta es la reconstrucción de los hechos:
Una declaración espontánea
Las pesquisas comenzaron después de que EL ESPAÑOL de Málaga pusiera el foco en la relación que Marco había tenido con Sibora, desaparecida nueve años antes de que el hombre fuera detenido por el asesinato de Paula, una joven con la que acaba de romper una relación sentimental.
En los calabozos, el arrestado manifestó a los agentes que lo custodiaban de manera espontánea que Sibora “estaba enterrada en el ático" donde vivió con ella, aunque más tarde no ratificó este testimonio en presencia letrada ni tampoco en sede judicial.
Varias inspecciones sin éxito
Sin embargo, esa declaración informal hizo que los agentes adscritos a Brigada Local de Policía Judicial de la Comisaría de Torremolinos-Benalmádena reactivaran la investigación, centrándola en el piso de El Calvario. En la primera entrada y registro, en la que colaboró el Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas -GOIT-, usaron densímetros y microcámaras entre las paredes del inmueble, pero no lograron ningún resultado.
Tras ello vinieron dos inspecciones oculares más por parte de la Policía Científica ante la sospecha de que Marco hubiera usado alguna sustancia abrasiva para acabar con las pruebas, pero tampoco lograron encontrar nada.
Rayos X y colaboración de los inquilinos
No fue hasta este martes cuando se produjo el giro de guion. Los investigadores solicitaron la colaboración de agentes adscritos a Sistemas Especiales de la Subdirección General de Logística e Innovación, que llevaron a cabo una "novedosa técnica" con instrumental de rayos X.
Pero no solo la parte técnica fue importante. Gracias a la colaboración de los actuales propietarios, los agentes detectaron una alteración en la construcción de una de las paredes en una estancia de la vivienda. Tras comparar este espacio con la vivienda colindante, detectaron la presencia de un armario en un hueco que no existía en la casa que compartieron Sibora y Marco.
La escena: un cuchillo y un ramo de flores
Los agentes procedieron entonces a demoler el muro y encontraron un gran cajón de madera de aglomerado repleto de cal. Lo primero que encontraron fue una bolsa de plástico, en cuyo interior había un cuchillo con restos de sangre seca.
Bajo la cal, los agentes encontraron diferentes objetos que podrían haber pertenecido a la desaparecida y un ramo de flores sobre el torso de un cadáver, que se hallaba en el interior de un saco de acampada.
La comitiva judicial procedió al levantamiento del cadáver, que se encuentra en el instituto anatómico forense para la práctica de la autopsia y está pendiente de identificación. Todo apunta a que se trataría de una muerte violenta.
La investigación sobre la desaparición de Sibora continúa abierta y bajo secreto sumarial.