Toni Valero ha emprendido el camino que, antes que él, recorrieron otros líderes regionales de Izquierda Unida como Julio Anguita. Su nombre a la cabeza de la papeleta de Sumar al Congreso de los Diputados en Málaga, como el de Enrique Santiago en Córdoba, refleja el peso que su partido tiene en el espacio de confluencia armado por Yolanda Díaz para estas elecciones generales.
A poco menos de una semana del 23J, los sondeos apuntan a una lucha por el tercer puesto entre esta formación y Vox y de ahí que Valero defienda que las papeletas de Sumar valgan "el doble". Contra todo pronóstico, dice ser optimista porque "la capacidad de avance de las sociedades se impone cuando tienen esperanza".
¿Por qué ha dado el paso de liderar una candidatura ahora?
Por responsabilidad y porque ha sido una decisión colectiva que ha entendido que podía jugar un papel importante. Políticamente, siempre me he significado y he estado comprometido, independientemente de si ejerzo un cargo público o no. Es algo que uno lleva en su día a día y ahora creía que debía dar un paso al frente.
El contexto, mirando a las pasadas elecciones municipales, no es muy halagüeño. ¿Cómo afronta el reto de no repetir esos malos resultados que cosechó la izquierda?
Entre tanta incertidumbre que tiene acongojada la ciudadanía nuestro reto es generar esperanza y una firme convicción de que las cosas pueden ir a mejor. No tenemos por qué vivir en una distopía futura como parece que las series de televisión nos intentan imponer cada día. En eso de generar esperanza, es fundamental también que esta campaña nos sirva brindar horizontes de seguridad en torno a lo que cada uno y cada una necesita en su vida cotidiana, lo que nos hace vivir bien, con dignidad. Es importante que los cambios que vienen no necesariamente nos tienen que hacer vivir peor, sino que podemos aprovecharlos para vivir mejor. Por ahí tenemos que llevar la campaña.
"Entre tanta incertidumbre que tiene acongojada la ciudadanía nuestro reto es generar esperanza y una firme convicción de que las cosas pueden ir a mejor"
En este escenario de incertidumbre que plantea, la ciudadanía ha optado mayoritariamente por las recetas de la derecha. ¿Por qué?
Yo creo que tuvo mucho peso hace escasas semanas el ruido que se impuso frente al debate de propuestas donde la izquierda habría sido capaz de sintonizar mucho mejor con los electores. No se dio ese debate de propuestas sobre los problemas concretos de la gente y ahora, en esta campaña, si somos capaces de apartar el ruido, los bulos, la mala política e introducir la campaña en lo que la gente le preocupa, ahí las fuerzas progresistas tienen un caldo de cultivo formidable para crecer.
¿Qué le preocupa a la gente?
La gente tiene una sensación de incertidumbre que atraviesa muchos ámbitos de su vida. Hemos vivido una gran recesión donde la gente se la ha dejado en la cuneta. Conocimos en esa gran recesión lo que significaba la palabra defenestración, las personas que, desesperadas, se tiraban de su ventana porque les iban a desahuciar; donde la pobreza salarial significaba que la gente trabajaba para seguir siendo pobre. Por eso, hay una incertidumbre en torno a si las cosas van mal, que haya un Estado que proteja. Por eso el ingreso mínimo vital es tan importante, por eso el escudo social es tan importante.
Hay otra incertidumbre que tiene que ver con los cambios que se están dando en el modelo productivo, con la digitalización. Tiene que ser una oportunidad para que el Estado dirija lo que tiene que ocurrir, para que eso no suponga que la gente no pierda su empleo, sino que trabaje menos horas para tener más tiempo libre. Hay una incertidumbre también en torno a qué pasa con aquellas conquistas que hemos podido disfrutar durante décadas en torno a la sanidad y la educación y que ahora se están convirtiendo en un negocio. Hay incertidumbres sobre determinadas certezas que teníamos en el pasado y que ahora están puestas en cuestión.
¿Por qué el Gobierno, con Yolanda Díaz formando parte del mismo, no ha conseguido cambiar ninguna de estas incertidumbres por certezas?
Yolanda Díaz y su ministerio lo que han dado ha sido certeza. En un momento de muchísima tensión y gravedad como la crisis de la COVID en donde tuvimos que quedarnos en casa y se podían haber cerrado cientos de miles de empresas, se articuló un escudo social, que consiguió dos cosas: primero, dar la seguridad a las familias de que esa crisis era un problema de salud, pero no tenía por qué ser un problema económico en su casa; y después, cuando acabó, tener adónde volver a trabajar. En esta recuperación del empleo que se está dando, que ya supera las cifras de empleo de las últimas décadas, ha tenido mucho que ver la política de los ERTE de Yolanda Díaz. Si no hubiera sido por eso, muchas de esas empresas habrían cerrado.
Dentro de las capacidades que tiene nuestro Estado social y de derecho, ella ha articulado un escudo social que ha ido en la línea correcta, aunque no somos autocomplacientes y hay que mejorar. Tenemos unas tasas de pobreza infantil que son muy preocupantes y por eso hay que ir más allá y cambiar la política fiscal para garantizar que a nadie le falten las condiciones mínimas de vida digna.
"Hay incertidumbres sobre determinadas certezas que teníamos en el pasado y que ahora están puestas en cuestión"
En 2019, la confluencia con la que concurrió la izquierda se quedó en un diputado. Entonces, no estaba en pleno cenit la ola conservadora que se ha visto en los últimos meses. ¿Peligra este 23J conseguir representación?
En absoluto. Sumar está siendo capaz de ensanchar el espacio progresista y creo que está sintonizando no solo con los electores que tienen una vinculación a las fuerzas políticas que están en la confluencia, sino que ha roto esa barrera y está llegando a mucha gente que no tiene necesariamente esa sensación de vinculación con un partido político en concreto, pero que está pensando en un nuevo país y en el largo plazo. Confío en que el resultado de la provincia sea bueno, mejor que el de 2019, porque estamos sintonizando con mucha gente.
A la hora de llegar a esos votantes de centro, de PSOE o Ciudadanos, por ejemplo, ¿su nombre, mucho más escorado a la izquierda por tu trayectoria, no puede suponer un lastre?
Yo creo que la gente es inteligente, independientemente de que cada uno tiene sus ideas y podemos tener diferentes opiniones. Van a huir de los tópicos porque esta candidatura refleja una garantía de que las políticas progresistas avanzan sin titubeos, como puede ocurrir a veces con opciones como el PSOE. Esta candidatura es también un proyecto de país que atiende a esas necesidades en nuestra economía de digitalización y de transición ecológica justa, que genere empleo, que proteja a nuestras pequeñas y medianas empresas, a nuestras cooperativas. Todo aquello de lo que se está olvidando la derecha y la ultraderecha, que están imponiendo una ley de la selva que está haciendo que muchas de ellas tengan que cerrar y se vean absolutamente en manos de fondos de inversión que vienen.
Creo que quien tiene una honda preocupación sobre el devenir de nuestro país y en particularmente de nuestra provincia, que depende tanto del sector del turismo, del agropecuario, que necesita una reindustrialización verde, va a encontrar en nuestra candidatura propuestas serias. Hay que respetar, empatizar con los electores, hayan votado lo que hayan votado y lo primero es tratarlo con propuestas rigurosas para un nuevo país donde se puede vivir mejor, ser feliz y tener más certezas de las que hoy tenemos.
"Esta candidatura refleja una garantía de que las políticas progresistas avanzan sin titubeos, como puede ocurrir a veces con opciones como el PSOE"
¿Qué diferencia que hay entre esta candidatura y la de hace cuatro años?
Hay una madurez importante en cuanto a que nos presentamos con una gestión de gobierno, una experiencia en un momento complicado marcado por una pandemia y una guerra en Ucrania. Hay una fortaleza formidable en la candidatura de Sumar: se presenta con los deberes bien hechos, habiendo demostrado que sabe gobernar, rompiendo los tópicos sobre los cuales la ultraderecha se ha basado sobre que no sabíamos gestionar la economía y la hemos gestionado mejor que la derecha.
En esta legislatura ha habido también polémicas sobre la gestión del Ejecutivo, como la que se generó con la ley del sólo sí es sí.
No puede haber una legislatura sin polémicas. Este país tiene que seguir avanzando en la protección de las mujeres. En ley contra la violencia de género del año 2004 ocurrió una situación similar, se dieron ciertas revisiones, y nadie está abominando la normal ni el pacto que la hizo posible, sobre todo, porque tenemos que entender que la igualdad entre hombres y mujeres tiene que partir de la conciliación, de los cuidados y del aumento de derechos. Y, en eso, este gobierno ha hecho mucho sobre lo que ahondar en el futuro: ha aumentado los permisos de paternidad y maternidad, ha puesto bajas laborales a las mujeres que tienen menstruaciones dolorosas, ha creado el derecho al desempleo para las trabajadoras del hogar...
Yolanda Díaz es una de las lideresas más valoradas en España, pero en los sondeos está echando un pulso contra Santiago Abascal, casualmente uno de los líderes que peor consideración tiene entre los españoles. ¿Qué falla para no saber atraer a las urnas a ese electorado que la ve con buenos ojos?
Sondeos hay muchos y en todos hay una clara tendencia: que la tercera posición, en muchas provincias, nos la estamos disputando con la ultraderecha, de ahí que el voto a Sumar valga doble porque que si nosotros alcanzamos más diputados sería a perjuicio de Vox, que no los sumaría. También indican que somos la fuerza decisiva y que si subimos, somos garantía de que habrá gobierno de coalición progresista.
Al margen de esto, me parece fundamental que la gente entre en un estado de ánimo, de esperanza. Yo sé que hay motivos para tener miedos reales a un gobierno de derecha y ultraderecha, pero más que miedo nos tiene que generar rechazo. Desde ese rechazo apelamos a todos los votantes, no solo a aquellos que hayan votado otras veces a fuerzas de izquierda, sino a los que tengan convicciones democráticas frente a una involución en derechos.
¿Qué considera Sumar que necesita Málaga?
Hay varias cosas. La primera, siendo una provincia con unas tasas de precariedad y de pobreza severa importante, con más de un 30% de los niños y niñas en riesgo de exclusión social, necesita un Estado que proteja y un escudo social fuerte. Tiene que haber también un desarrollo de los servicios públicos, en especial en el medio rural. Y, en paralelo, otra serie de inversiones que vayan en la línea de un cambio de modelo productivo más sostenible y que genere empleo de calidad, por eso defendemos el tren litoral, el impulso a la depuración de aguas, la creación de parques de vivienda pública o la regulación de los precios del alquiler.
Menciona el tren litoral, un proyecto que lleva décadas paralizado. ¿Os comprometéis a impulsarlo si llegáis al gobierno?
La movilidad del futuro es la movilidad ferroviaria porque disminuye la huella de carbono y permite que tengamos que coger menos el coche, pero también porque garantiza la igualdad de oportunidades y vertebra el territorio. Lamentablemente, Andalucía y la provincia de Málaga son los lugares que se están quedando más rezagados en este sentido. Defendemos el tren litoral y la vertebración también en el eje norte-sur-sur-norte, que desde el PTA se conecte por Cercanías hasta Antequera o Bobadilla.
"Defendemos el tren litoral y el Cercanías desde el PTA hasta Antequera o Bobadilla"
Proyectos de esta envergadura necesitan una inversión bastante grande, ¿son viables?
Necesitan mucha inversión, pero con una tasa de retorno formidable. En España, se han podido desarrollar determinadas áreas gracias a sus infraestructuras, fundamentalmente de comunicación. Sirva de ejemplo el eje norte, que cruza el País Vasco, o el eje Madrid-Zaragoza-Barcelona.
Otro de los proyectos futuros de Málaga que van a estar sobre la mesa del próximo Gobierno va a ser la torre del puerto. El Ayuntamiento debe remitir un último informe al Consejo de Ministros para que dé el visto bueno. El PP ha confirmado que lo aprobara si gobierna, ¿qué pasará si está en manos de Sumar?
Ese rascacielos que quiere montar un fondo catarí se plantea en una zona portuaria donde las obras solo se pueden hacer bajo criterios de interés general. Y eso no se puede afirmar en este caso porque es una operación especulativa, porque supone una enorme agresión al patrimonio paisajístico de nuestra ciudad y porque no lo quiere nadie. Y desde aquí reto al Partido Popular a que me diga cuántos malagueños quieren ese rascacielos.
"Reto al Partido Popular a que me diga cuántos malagueños quieren ese rascacielos en el puerto"
Lo que se sabe es que la mayoría de los malagueños le han dado con su voto el beneplácito al alcalde para que impulse este y otros tantos proyectos que lleva tiempo defendiendo.
Indudable, pero yo creo que ha sido por otras razones.
¿El proyecto de ciudad de Francisco de la Torre no ha tenido el suficiente peso como para inclinar el voto de los malagueños? Estaba claro en su programa la apuesta por esta torre o por otras tantas en los terrenos de Repsol.
Evidentemente han tenido otras consideraciones que han priorizado su voto. Yo creo que hay un sentir popular muy mayoritario de que ese parque, por ejemplo, debe ser para el disfrute de los vecinos y vecinas que viven en un distrito masificado, con pocas zonas verdes, igual que creo que el rascacielos del puerto, por todas las razones que he dicho, tampoco lo quieren los malagueños y las malagueñas, hayan votado a quien hayan votado.
Sobre vivienda. Málaga tiene un serio problema y las administraciones llevan años sin hacer una apuesta decidida por el parque público. ¿Qué plantea Sumar?
Nosotras creemos que deberíamos tener un parque de vivienda pública a la europea y para eso es necesario invertir un 1% del PIB para que en los próximos cuatro años tengamos cerca de dos millones de viviendas que permitan la accesibilidad, fundamentalmente, a la juventud que se tiene que emancipar. Málaga tiene una capacidad de expandirse urbanísticamente ya limitada y hay que priorizar la vivienda pública en los terrenos en donde todavía hay espacio. Ahí debería haber un compromiso conjunto de las administraciones y así lo vamos a plantear si se forma ese Gobierno de coalición.
"Málaga tiene una capacidad de expandirse urbanísticamente ya limitada y hay que priorizar la vivienda pública"
¿Cuál crees que es la medida más rompedora del programa de Sumar para estas elecciones?
No sé si rompedora o no, pero sí creo que de sentido común y que puede sintonizar con la gente es la reducción de jornada laboral sin reducción salarial. Primero, porque nos permite trabajar menos para trabajar mejor y así lo demuestran las empresas que ya lo están aplicando y están siendo más productivas; segundo, porque supone trabajar menos para vivir mejor; y tercero, porque estamos viendo cómo está cambiando nuestro modelo productivo por el avance de las tecnologías y eso hacer que unos pocos sigan siendo cada vez más ricos o que el beneficio que se pueda generar se reparta. Si ahora puedo invertir menos tiempo que antes en hacer algo porque hay una tecnología en mi empresa que me lo permite, voy a salir un rato antes del trabajo porque yo tengo también derecho a ser feliz. Es una medida que entronca con el futuro país que tenemos que construir y con las necesidades de la gente, hayan votado a quien hayan votado y piensen como piensen.
¿Es posible ser optimista de cara al 23J desde la izquierda?
Siempre. La izquierda tiene que ser optimista, es una cuestión ontológica. Por muy mal dadas que vengan las cosas, la historia nos demuestra que es capaz de ser la esperanza por mejorar las cosas. La capacidad de avance de las sociedades se impone cuando efectivamente tienen esperanza. Yo soy optimista y creo que lo que se disputa este país tiene que acabar en favor de lo que a todos nos mueve, que es la felicidad de la mayoría, la vida digna de la mayoría.