Mari Nieves Ramírez afronta su primera campaña como cabeza de lista de la candidatura socialista al Congreso de los Diputados por Málaga. El paso de la política municipal al panorama nacional hace cambiar por completo el marco en el que esta trabajadora social ha tenido que desenvolverse. Reconoce que ser la nº1 del PSOE es un orgullo, pero no olvida de que la administración local es una "escuela de formación intensa": "Todos deberían probarla antes de dar pasos a otros niveles", subraya.
En esta entrevista con EL ESPAÑOL de Málaga, Ramírez defiende la gestión socialista de estos cuatro años y profundiza en la necesidad de explicar a la ciudadanía los logros del Gobierno entre tanto "ruido y barro" del PP: "El culpable de la agresión al cartero es el energúmeno, pero el responsable tiene nombre y apellido y es el Partido Popular", pone como ejemplo.
Se pronuncia sobre la Torre del Puerto en un futurible ejecutivo de Pedro Sánchez con Yolanda Díaz ("si cuenta con todos los informes positivos, pues entiendo que tendrá que hacer lo que tenga que hacer un consejo de ministros" ) y defiende la ley del solo sí es sí ("es una buena ley"). Pero también deja paso al lado más humano de la política cuando asegura que no le importaría ir a tomar unos espetos con Bendodo, aunque la opción preferida entre sus rivales sigue siendo Toni Valero.
Su trayectoria política más reciente está relacionada con el ámbito municipal. ¿Por qué ha decidido afrontar ahora esta nueva etapa en el Congreso?
Soy una apasionada de la política municipal porque entiendo que es la más cercana, la que toca los problemas de la gente día a día. Pero además soy una persona convencida de que la política está para transformar y mejorar la vida de la gente. Yo estoy en el Partido Socialista desde hace mucho por convicción y me siento encantada de poder tener esta oportunidad para seguir aportando a la política nacional todo lo que he aprendido en la política municipal. Es como una escuela de formación intensa: el máster que todos deberían probar antes de dar pasos a otros niveles.
Trabajadora social de carrera. ¿Fueron esas inquietudes sociales las que un día le llevaron a afiliarse al PSOE?
Sí. Estudié trabajo social por una clara vocación de servicio público; quería mejorar la vida de aquellas personas que lo necesitaran. Es cierto que dudé entre Derecho y Trabajo Social, pero al final me tocó vivir también la época de rebeldía. Me fui a Granada y allí tuve claro que quería estar activamente en política. Coincidió con un contexto complejo como fue la guerra de Irak. Recuerdo las manifestaciones, los lemas de no a la guerra, la ola de estudiantes contra el conflicto bélico… Creo que hubo un impulso importante en mi vida que me llevó a decidir que quería hacer política con valores socialistas.
Por la época, se puede deducir que José Luis Rodríguez Zapatero era uno de sus referentes.
Exacto. En aquel momento consiguió levantar un movimiento de progreso y de lucha importante que, ahora mismo, también está siendo un referente por su mensaje. Está hablando claro del panorama que tenemos actualmente, con un marco en el que la derecha y la ultraderecha están muy presente. Una voz capacitada como la suya está volviendo a levantar esa ola de gente progresista que en el pasado nos ilusionó.
El fenómeno de Zapatero 2.0 resulta curioso, porque entre los principales baluartes están ministros de Podemos. Precisamente los mismos jóvenes que en el pasado salieron a las calles contra su gestión y dieron pie a la consolidación del 15M.
A Zapatero le tocó gestionar una época muy difícil, pero sin duda es uno de los presidentes que más derechos y libertades ha traído a este país, y eso la gente lo reconoce. Recuerdo la aprobación de la ley del matrimonio entre personas del mismo sexo que supuso una ola de libertad en nuestro país. Es lógico y es de justicia que toda la sociedad progresista, ya no solo socialista, le reconozcamos la enorme labor que hizo Zapatero.
¿Por qué cree que los compañeros la han elegido para encabezar la candidatura del PSOE por la provincia de Málaga?
Creo que al final el Partido Socialista en Málaga está en pleno cambio generacional. Lo podemos ver reflejado en la figura de nuestro secretario general, Dani Pérez. También hay que recordar que en octubre entré a formar parte de la ejecutiva federal, con lo cual esto me colocaba también más cerca de estar en la candidatura. Soy una persona que llevo toda mi vida, desde que entré en política, trabajando muy activamente, siempre en el lugar que han entendido mis compañeros. Además de ser un enorme orgullo, es una enorme responsabilidad.
Las elecciones de 2019 se movieron en el marco de la regeneración democrática, sobre todo después del triunfo de la moción de censura que echó al gobierno de Rajoy tras la sentencia de la Gürtel. En este 2023, ¿son las políticas sociales el principal eje de actuación?
En esta campaña nosotros estamos dedicándonos a contar toda la buena gestión de estos años que al final está avalada con los datos. Estamos teniendo una economía robusta, creciendo en empleo, ampliando derechos, dignificando pensiones, subiendo salarios, una reforma laboral que está dando sus frutos... Nosotros estamos contextualizando el momento de dificultad que hemos atravesado, con una pandemia, una guerra y una crisis de inflación como consecuencia de la guerra.
Lo que ahora estamos explicando es que necesitamos cuatro años más para seguir consolidando todos estos derechos. La campaña se está polarizando mucho con los bulos, las mentiras y el desprestigio permanente a Pedro Sánchez por parte del Partido Popular. Es por eso por lo que queremos apartar el ruido y contar que somos un partido serio, riguroso, que en los peores momentos hacemos grandes cosas como lo que estamos viendo ahora. Estamos liderando la economía y bajando la inflación. Cuando la gente aparta toda la paja, está comprobando que el Gobierno ha cumplido.
Las elecciones municipales del 28 de mayo se plantearon en clave nacional. Todos los partidos asumieron ese corpus; también el PSOE. Cabe recordar los anuncios del presidente Sánchez en los mítines adelantando las medidas que se iban a aprobar en el consejo de ministros a los pocos días o aupando él, personalmente, a los alcaldes de municipios importantes. Tras los malos resultados, ¿cómo están intentando convencer a los ciudadanos de que voten al Partido Socialista?
Yo creo que cada elección presenta un marco completamente diferente. Cuando hablamos de una elección municipal estamos hablando de cuestiones que son de nuestras competencias, y ahora estamos hablando de unos comicios generales. Es cierto que los socialistas no tuvimos los resultados esperados; fruto de ello, el presidente, valiente, ha dado a los ciudadanos la posibilidad de hablar el próximo domingo. Vuelvo a lo que he dicho antes: la gente al final va a entender el esfuerzo que ha hecho el Gobierno de España en los momentos difíciles.
La subida del SMI, impuesto a las grandes energéticas, una de las inflaciones más bajas de la Unión Europea… Son algunos de los hitos de los que sacan pecho. Sin embargo, a tenor de lo que pasó el 28M y de las encuestas que están ahora mismo sobre la mesa, parece que no termina de llegar a la población. ¿Qué está fallando para que no se traduzca en votos?
Hay demasiado ruido que no está dejando ver la realidad. Cuando la gente, de forma sosegada, de forma tranquila, conoce todo lo que hemos hecho y lo que queremos seguir haciendo, lo entiende perfectamente. Es verdad que el Partido Popular está consiguiendo, o ha conseguido en estos primeros días, intentar llevar la campaña al fango.
Aquí en Málaga lo he calificado como la campaña ceniza del señor Bendodo porque es que lo único que hace es hablar negativamente, sin una sola propuesta para mejorar la calidad de vida de la gente de la provincia. Iban como ganadores en las primeras encuestas, pero la campaña se les está haciendo bastante larga.
¿Y al PSOE se le está haciendo larga desde el debate cara a cara de Atresmedia?
Para nada, al contrario. Estamos viendo como cada día ese debate en el que algunos se creían ganadores se convirtió en un cúmulo de mentiras y de bulos. Feijóo no quiere ir hoy (por ayer) al debate (a tres) porque no hay polígrafo que aguante tanta mentira como estamos descubriendo en estos momentos. Me parece hasta peligroso poner en tela de juicio el servicio de Correos.
Ayer conocíamos como a un funcionario de esta empresa le habían agredido; se está sembrando tanto odio y tantas dudas sobre un servicio público que nos hace mucho daño a un sistema democrático fuerte como el de España. Yo en este caso quiero ser bastante contundente: el culpable de la agresión es el energúmeno, pero el responsable tiene nombre y apellido y es el Partido Popular y el señor Feijóo, que están plantando dudas.
Volviendo al debate, tampoco fue el día de Sánchez. Había afirmaciones tan gruesas que se podían haber rebatido en el momento; igual que algunas de las que dijo el presidente no se correspondían con los hechos.
Es verdad que muchas veces en el marco del propio debate no da pie a contextualizar bien o a apuntar o a definir perfectamente los mensajes. Pero yo sí vi que el presidente iba a contar lo que habíamos hecho, a poner en valor los datos. Y lo que vimos enfrente es un Feijóo que de forma aparentemente moderada se dedicó a mentir todo el tiempo. Pero vamos, no le saldría tan bien o no estará tan convencido de la estrategia cuando hoy (por ayer) va a dejar la silla vacía.
Leía en una entrevista a un compañero unas declaraciones suyas en las que afirmaba que la ley del Solo sí es sí era una ley buena.
Lo afirmo.
¿Lo podría explicar?
El Partido Socialista es el único partido, y esto lo puedo afirmar tal cual, que ha hecho que los derechos de las mujeres en democracia avancen. Aquí no hay duda. Teníamos una cuestión importante y era abordar la libertad sexual. Esta ley yo la voy a seguir defendiendo porque pone el consentimiento en el centro. Es verdad que había unos errores jurídicos y los hemos asumido, por eso el Grupo Parlamentario Socialista hizo una enmienda para modificar ese error en el momento en el que nos percatamos de que estaba dando los efectos que no eran deseados.
Sí, pero si de base presenta errores estructurales tan graves, quiere decir que de facto no era buena. Ha sido buena ahora que se ha modificado.
Una ley no se hace de la noche a la mañana, sino que tiene muchos trámites. En el momento en el que se detecta que no está dando los efectos deseados, se presenta una enmienda para modificarla.
Ocho meses, quizás demasiado, ¿no?
Fueron seis, creo.
Cierto, seis. ¿No siguen siendo demasiados?
Bueno, al final hay que ir viendo porque, claro, tienes que presentar, tienes que ver cómo ha sucedido, tienes que analizarla y ponerla encima de la mesa… ¿Quizás demasiado tiempo? Quizás. Pero bueno, ahí está el objetivo de este Gobierno de seguir mejorando y seguir protegiendo a las mujeres, que es el objetivo que tiene esta ley. Hay que recordar que esta enmienda también la votó a favor el Partido Popular en el Congreso.
Entiendo que el objetivo que tenemos que tener todos es seguir protegiendo a las mujeres. Los socialistas lo tenemos claro. Lo que me gustaría preguntar es si el Partido Popular lo tiene claro, porque lo que estamos viendo es que le ha comprado todo el marco ideológico de ultraderecha a Vox. Quien está eliminando concesiones de igualdad es el PP; quien está metiendo a la violencia de género en el cajón de la violencia intrafamiliar es el PP. Es decir, estas cosas ya las está haciendo el PP. El problema no es Vox, el problema es el Partido Popular.
Ese mensaje alertando de la presencia de Vox lo han repetido en las elecciones andaluzas del año pasado y en las municipales. Sin embargo, parece que no termina de tener el efecto deseado tanto en cuanto la gente sigue votando a Vox. ¿Qué está fallando en la estrategia para que la población no reste apoyos a la ultraderecha?
Es que nos estamos jugando muchísimo. Tanto como tener a Abascal de vicepresidente, que es lo más ultra que existe en estos momentos. Estamos viendo cómo están mercadeando con los derechos de las mujeres, cómo están poniendo en el foco a la cultura de nuestro país, cómo están negando el cambio climático que es una realidad completamente objetiva…. Lo estamos viendo en las comunidades autónomas y en los ayuntamientos.
Yo creo que nuestro mensaje sí está surtiendo efecto. Al final, sabemos por qué surge Vox: para reventar todo entre las instituciones y captar un voto de gente de cabreo, crispada y con odio. La gente razonable, la gente sensata, la gente realmente que quiere que su país avance, no va a dar su apoyo a esta formación. Los partidos de Estado, como el Partido Socialista, tenemos que advertir de la posibilidad que existe el próximo 23 de julio. Estamos viendo cómo han intentado hacer el paripé en algunos sitios, pero en el momento que se ponía por delante un sillón, se han quitado las caretas. Prueba de ello es lo que hemos visto en Extremadura, donde una candidata pasó de poco más que señalar a Vox como el partido que iba contra los inmigrantes, contra las mujeres, a ponerle la alfombra roja y meterlo dentro del Gobierno.
Esa medición de los tiempos está presente en todas las formaciones. También el PSOE está esperando a que pacten las elecciones para que Chivite pueda ser investida presidenta de Navarra con los apoyos de Bildu, algo que no beneficiaria a los socialistas en plena campaña.
Sí, sí, pero al final lo que está claro es que el Partido Popular y Vox han hecho un teatro en algunos sitios para parecer que van de moderados, cuando al final sabemos que si suman, van a gobernar. Por eso tenemos que advertir a la gente de que esto va a pasar. Estoy convencida de que la gente va a votar por la sensatez en vez de por el odio y por el radicalismo que ofrece el Partido Popular y Vox.
¿Qué hay de la vivienda? La ciudadanía empieza a ver que se trata de una herramienta de campaña que se olvida durante la legislatura.
La vivienda tiene que ser un derecho y no un problema, y actualmente es más al revés. Yo entiendo que el Partido Socialista tiene que hablar de vivienda en las campañas porque al final lo que queremos es hacer viviendas accesibles, viviendas públicas para las familias y los jóvenes. Lo ha dicho ya el presidente, va a ser el gran tema de esta legislatura. Ya hemos puesto en marcha la primera ley de vivienda de la democracia, que lo que necesita no es ser derogada como propone el Partido Popular, sino consolidarla durante estos cuatro años.
Esta mañana escuchaba que la ciudad de Málaga es la ciudad con más problemas que tiene en este tema. Bueno, ¿qué hacemos? ¿Miramos hacia otro lado? Yo entiendo que los partidos tienen que comprometerse; por eso vamos a trabajar para que en los terrenos del SEPE se construyan VPO accesible para las familias y los jóvenes.
Si siguen ustedes en el Gobierno, ¿qué va a pasar con la Torre del Puerto? Por mucho que el grupo municipal socialista se haya opuesto, la opinión de los ministros que han venido a Málaga no han ido en esa dirección. Tan solo María Jesús Montero llegó a decir que la opinión del PSOE de Málaga sería tenida en cuenta.
El Partido Socialista en Málaga ha sido muy claro.
¿Y el Gobierno?
Al final el trámite corresponde al Ayuntamiento; es un trámite urbanístico municipal y los consejos de ministros tendrán que aceptar lo que el Consistorio en este caso, imagino, haya decidido. Nuestra posición es clara y Dani Pérez ha sido bastante claro con la posición del Partido Socialista en la provincia de Málaga. Y entiendo que al final el Partido Socialista, el Gobierno o cualquier ministro, nosotros en Málaga tenemos nuestra posición y es a la que vamos a defender.
Pero en el caso del que el Ayuntamiento lo apruebe, que tiene toda la pinta ya que cuenta con mayoría absoluta, ¿el Gobierno va a poder oponerse?
Si cuenta con todos los informes positivos, pues entiendo que tendrá que hacer lo que tenga que hacer un consejo de ministros.
¿Del Tren Litoral nos damos por olvidados?
No, no, para nada. Al final nosotros podemos asumir perfectamente la parte de responsabilidad que hayamos podido tener, pero aquí hay que recordar que el Partido Popular ha tenido una romería de ministros haciendo anuncios día sí, día también, y la realidad es la que es: que no hay absolutamente nada. Nuestro compromiso es firme y además del Partido Socialista lo vamos a reivindicar. Esté quien esté en el próximo consejo de ministros…
Pero no se ha avanzado mucho en esta última etapa tampoco (9,2 millones presupuestados en 12 años).
Por eso tenemos que avanzar porque nuestro modelo de conexión no va solo con el tren hacia Marbella y Estepona. Nosotros tenemos que trabajar para conectar todo el litoral. Yo soy de la Axarquía, la Axarquía está en pleno crecimiento y tenemos que apostar por mejorar las conexiones. Cuando llegó a la Junta el PP, dijo que iba a hacer la nueva Axarquía, pero poco se ha mejorado.
En su comarca hay un problema evidente relacionado con el agua. ¿Una cuestión tan importante no requiere un gran pacto de Estado?
Por supuesto, pero estamos viendo que el PP, lejos de llegar a acuerdos y ponerse a trabajar como administración competente, está utilizando el tema del agua para confrontar con el Gobierno de España. Yo conozco perfectamente la situación; en mi municipio, uno de los principales sectores, es la agricultura y el turismo y la gente lo está pasando realmente mal.
Patricia Navarro vino hace un año y medio y lanzó un mensaje tranquilizador de que no iba a faltar agua, pero las comunidades de regantes llevan meses con el grifo cortado y se está poniendo hasta en riesgo el agua de consumo.
El compromiso del Ejecutivo de Pedro Sánchez está ahí. La Junta ha podido ayuda y se les ha dado 100 millones de euros; van tarde cuando no dicen ni dónde, ni cómo, ni cuándo. Nosotros apelamos al modelo de gestión público de la desaladora; ahora le corresponde a la administración autonómica hacerlo.
Elías Bendodo, Patricia Rueda o Toni Valero. ¿Con quién se iría a tomar unos espetos este verano?
(Ríe y se lo piensa durante unos segundos) No lo había pensado… Con cualquiera menos con Patricia, que el otro día en el debate ni nos dirigió la palabra. Bendodo creo que puede ser divertido en las relaciones personales, pero diría que iría con Toni Valero. Me parece que tiene bastante conversación y podríamos hablar bastante con una cerveza y unos espetos.