Susana Gómez de Lara es, tras más de dos décadas de historia, la primera mujer al frente del Colegio de Arquitectos de Málaga. Antes que ella todos los decanos fueron hombres. Un detalle nada baladí en una profesión tradicionalmente masculinizada, pero en la que actualmente se abren paso las mujeres. Casi un mes después de su nombramiento, EL ESPAÑOL de Málaga se sienta con ella para analizar la profesión y el estado del sector.
-Usted se convirtió hace poco más o menos un mes en la primera mujer al frente del Colegio de Arquitectos de Málaga. ¿Qué supone?
-Supone una responsabilidad añadida. Es un reto y un hito. En otros colegios andaluces sí hay mujeres al frente de sus colegios. Simplemente es un reflejo de la proporción de hombres y mujeres que hay en la profesión. Lo que pasa es que por circunstancias de candidaturas anteriores no había ninguna mujer al frente y en esta ocasión ha habido dos.
-¿Qué porcentajes de mujeres hay ahora mismo en la profesión?
-Pues no sabría decir, pero debe estar alrededor del 46%.
-Lo que sí parece evidente es que hay un crecimiento en el número de mujeres en las escuelas de arquitectura.
-Y en las profesiones técnicas en general. Cuando empecé, en el año 1987, en la Escuela de Arquitectura las mujeres eran más visibles, pero en algunas ingenierías de 100 alumnos podía haber cinco mujeres. Actualmente está más equilibrado.
-¿Cuál es su experiencia personal en un ámbito profesional que tradicionalmente ha estado masculinizado?
-Es cierto que la mayoría de los que están a pie de obra o llevan direcciones de obra son hombres. En eso es bastante masculinizada. Al principio notaba que me trataban con una actitud paternalista, pero con respeto.
-Usted ya tiene experiencia en el Colegio.
-En el equipo de Paco San Martín estuve de vocal dos años y con Antonio Vargas, de tesorera, seis años.
-¿Qué percepción tiene del estado de la profesión?
-Es un momento bastante movidito, sobre todo en la costa. Hay que tener en cuenta que los proyectos que se están desarrollando fueron elaborados hace un par de años. Desde que uno elabora el proyecto, hay que incluir los trámites de obtención de licencia y algunos ayuntamientos se dilatan mucho. Eso hace que hasta que se empieza una obra pueden pasar dos a tres años. Los últimos datos de visados muestran una ligera tendencia alcista o más bien de consolidación.
-¿Cuáles son los principales problemas detectados?
-De la encuesta que hicimos a colegiados y promotores el mayor escollo detectado es el de los trámites. Los tiempos se eternizan en algunos ayuntamientos. Sobre todo si dependemos de informes sectoriales, como puede ser Cultura o Medio Ambiente. Puede haber una falta de comunicación entre las distintas administraciones… Pienso que en ocasiones es más una cuestión de gestión de comunicación. Por eso hablamos de diálogo, consenso y ayudar en lo que podamos. Estos trámites los tenemos que acortar.
-Usted trabaja en un estudio asentado en Marbella y es, además, de Marbella. ¿Vivió de alguna manera los desmanes urbanísticos de la era GIL?
-Era una sensación extraña. Fue un momento de mucha ebullición. Al estar fuera, sí notaba que cada vez que venía me daba cuenta de que todo iba cambiando muy rápidamente. Llegó un momento en que ya no conocías el sitio donde vives, que pierdes la identidad. Esa fue mi percepción final. Cuando acabé la carrera y volví a casa, era una Marbella distinta a la que había cuando me fui a estudiar. Era una pérdida de identidad parecida a la que se está poniendo en manifiesto en el Centro de Málaga con algunas actuaciones un poco contundentes.
-Transcurrido los años y asentada como está en Marbella, ¿diría que la localidad se ha quitado totalmente esa costra del gilismo?
-Todavía hay personas que piensan que viven en esa época. Hemos tenido clientes en el estudio que han venido con unas propuestas un poco en la onda de la época pensando que todo se puede hacer y que es cuestión de dinero. Muchos vienen con la idea de la Marbella en la que todo se consigue con dinero. Y los frenamos, porque a los que somos de Marbella eso nos duele. Hoy por hoy no todo se puede con dinero.
-Ese freno del que me habla quizás se echó de menos en aquellos años.
-En el sector de la construcción todo es un poco cíclico. De pronto estamos en un punto de mucha actividad y de pronto estamos en una casi parálisis. Eso hace que en las épocas de más ajetreo aparezcan agentes que no son habituales y que ven en el sector una oportunidad de hacer negocio. Esos no tienen el concepto de la arquitectura y del urbanismo que podemos tener la mayor parte de los arquitectos. Tú organizas un espacio en función de un espacio de desarrollo o necesidades de vivienda. Pero los que aparecen lo ven como negocio, independientemente de la idea de ciudad o de la necesidad real de que haya vivienda. De hecho, vivienda de protección oficial y a precio asequible no se ha hecho, pese a que es una necesidad cada día más patente.
-Ha aludido usted a la pérdida de identidad de Marbella y Málaga.
-Preocupa sobre todo teniendo noticias de otros lugares que han empezado antes que Málaga a explotar las viviendas turísticas, como pueden ser las Islas Baleares. Cuando día sí, día no, están en los medios los problemas de vivienda en Baleares para los trabajadores del sector servicios y la población en general, una ve que puede pasar lo mismo en Málaga. De hecho, hay escasez de vivienda a precio asequible. Los precios son cada vez más altos. Las personas que tienen vivienda en propiedad, además de la suya propia, tienen todo el derecho del mundo a hacer negocio con sus bienes. La preocupación va por ahí.
"Los arquitectos somos los artífices de la idea de ciudad y tenemos que ser una voz autorizada en opinión y crítica sobre los grandes proyectos que se van a acometer en la ciudad y el resto de la provincia"
-¿Qué papel quiere que tenga el Colegio de Arquitectos?
-La idea es que tenga el mismo papel que ha jugado hasta ahora. Los arquitectos somos los artífices de la idea de ciudad y tenemos que ser una voz autorizada en opinión y crítica sobre los grandes proyectos que se van a acometer en la ciudad y el resto de la provincia.
-Le pregunto por operaciones concretas como la de las torres de Martiricos.
-Es un tema recurrente hablar de las torres de Martiricos y del Puerto. No me voy a desdecir de lo dicho por Francisco Sarabia (anterior decano del Colegio de Arquitectos), porque está consensuando. La posición que ha tomado el Colegio la mantenemos, a no ser que con el tiempo surjan otros factores que nos den para repensar el tema.
-¿Tiene usted una opinión personal?
-Tengo mi punto de vista. Yo estudié en la carrera Urbanismo y Edificación y en un sitio como Las Palmas de Gran Canaria, con un frente marítimo y donde también existía esa problemática con una serie de edificios. Igual tengo una visión muy romántica del tema y no quiero desvirtuar nada ni ser más radical de lo que pueda parecer la posición del Colegio. Me la guardo. Pero lo cierto es que cada arquitecto tendrá la suya particular.
-¿Es usted moneista, si se puede usar el término?
-Respeto mucho a Moneo, me parece un gran profesional, pero ya es poner en valor el cómo se ha desarrollado eso, en qué términos y el resultado. No me desdigo de lo que se decidió aquí. Ese proyecto llegó cuando yo estaba de tesorera y lo estuvimos viendo en profundidad.
-¿Es la vivienda el mayor problema que tiene Málaga?
-Uno de ellos. En la zona de Marbella, que la conozco más, hay un problema terrible con las infraestructuras. Yo concibo el urbanismo como un todo y lo que he percibido con los años de experiencia es que a la hora de la verdad, cuando se han ejecutado planes no todo ha ido como debía. Se han desarrollado suelo y las infraestructuras se han quedado obsoletas o se han quedado pequeñas. Y está el problema también de las comunicaciones. Igual habría que potenciar más transportes públicos o hacer aparcamientos disuasorios para liberar el centro de las ciudades de tanto tráfico rodado.
"Concibo el urbanismo como un todo y cuando se han ejecutado planes no todo ha ido como debía; se han desarrollado suelos y las infraestructuras se han quedado obsoletas"
-¿Qué se puede hacer?
-Es cierto que Málaga crece, Málaga es una de las ciudades de moda y hay mucha gente del centro y el norte de Europa que demanda vivienda porque tiene la posibilidad de trabajar online y tienen un nivel adquisitivo bastante superior. Hay que poner énfasis en dar salida al suelo de VPO y vivienda asequible, porque el precio del suelo ha subido, pero no los módulos de precio para ejecutar esas viviendas.
Ningún promotor trabaja a pérdida, pero también es un riesgo para él si el rendimiento es mínimo. Hay que hacer una revisión de esos temas y ponerlos en valor. Hay que modificar los módulos, porque se han encarecido los precios de los materiales de construcción, y también hay que revisar el acceso a esas viviendas, porque el umbral máximo igual es un poco corto. Un promotor contaba hace poco en un encuentro en Gibralfaro que hizo una simulación con los ingresos de su secretaria y su marido y que se pasaban del mínimo. Igual la horquilla debe ser un poco más amplia.
-¿Y están las administraciones públicas?
-Y aparte de las administraciones está el sector financiero. Todos los agentes que participamos de la construcción tenemos que poner un poquito de nuestra parte. Si todo está más o menos en consonancia pero la financiación no está disponible, tenemos el problema.
-¿Qué le llevó a ser arquitecta?
-Me inició mi padre, que era albañil, y luego tuvo su propia empresa. Desde pequeña estuve con él y siempre decía que quería ser arquitecta. Y durante la carrera me gustaba Mies van der Rohe. Me llamó la atención la sencillez de los edificios y la complejidad técnica que había detrás. en la escuela donde estudié solían traer arquitectos reputados, como Toyo Ito, Ábalos y Herreros, Álvaro Siza… Y nos iban encaminando a mirar hacia afuera y darnos cuenta que la arquitectura española es tan buena o mejor que las demás. Era quitarnos el complejo a veces que a veces tenemos los españoles de que estamos a la cola de todo.
"A Málaga le faltan espacios verdes; no sabría decir si un gran espacio o la articulación de pequeños espacios"
-¿Ve cosas en la provincia que le hayan llamado la atención?
-Hay edificios y promociones que tienen una calidad bastante alta de diseño. El problema en muchas ocasiones no es que los compañeros no se atrevan a hacer cosas o que no sepan hacerlas, sino que a veces es el promotor el que no acompaña. El promotor también se tiene que arriesgar un poquito.
-Igual que en la Costa del Sol Occidental parece evidente la necesidad de impulsar la conexión ferroviaria, ¿cuál cree que es el proyecto que necesita Málaga capital?
-Aunque es verdad que aún no tengo muy madurado un pronunciamiento, sí creo que a Málaga le faltan espacios verdes. Es una ciudad con un tamaño importante como para tener un gran parque. No sabría decir si un gran espacio o la articulación de pequeños espacios, más aún con este clima que tenemos. Es importante por un tema de salud y de confort para la ciudadanía, de manera que uno pueda aliviarse de estas temperaturas.