Habían organizado la convocatoria para aunar fuerzas y renovar energías, algo más que necesario en la pesadilla que llevan viviendo desde hace siete días. Aunque son fuertes y positivos, una semana después de que Emmanuel y Maxi desaparecieran en la playa de Huelin a bordo de su tabla de paddle surf, los ánimos flaquean.
Los ojos de Camila, Santiago, Pancho y Nacho, hermanos de Emmanuel Soria, lo decían todo. El cansancio y la tristeza protagonizaban sus rostros, que algunos preferían ocultar tras sus gafas de sol. Desde el pasado domingo, ninguno de ellos ha dejado de moverse por toda la costa malagueña colgando carteles con los rostros de los amigos argentinos y buscando dentro de las posibilidades que tenían.
"Todos los días estamos alguno aquí en Huelin. Aquí nos pueden encontrar. Siempre estaremos agradecidos a todos por un abrazo o una palabra de fe", declaraba Pancho ante EL ESPAÑOL de Málaga.
El objetivo de la cita, además de recibir cariño, no era otro que mandar a las autoridades un mensaje claro: "que no aflojen con la búsqueda" hasta dar con el paradero de Maxi y Emmanuel. La familia quiere que se busque mar adentro porque, "además de dos desaparecidos, hay muchísima gente tras ellos" que están sufriendo cara hora que pasa sin noticias. En su tierra natal, Mar de Plata, también hay convocada otra concentración para insistir en que no se deje de buscar a los jóvenes, de 29 y 34 años.
En las últimas horas han recogido casi 5.000 euros para sufragar el viaje desde Argentina de otros familiares, como la hermana y la madre de Maxi, que llegarán a Málaga esta próxima semana y también alquilar habitaciones para algunos de ellos, que han venido a la ciudad para ayudar en todo lo posible.
Así, los familiares de los desaparecidos también están recibiendo ayuda psicológica para sobrellevar los momentos tan difíciles que están pasando gracias a un empresario argentino que les está ayudando en todo lo posible. Este domingo han sentido el cariño de los malagueños, pero sobre todo de argentinos residentes en la Costa del Sol. Alrededor de sesenta personas han acudido a Huelin para dar cariño a la familia.
Entre ellos, Leandro y Sabrina, dos marplantenses que llevan un mes en Málaga y que no han dudado ni un segundo en ir a la llamada de sus compatriotas para "simplemente estar". "Necesitaban no estar solos en casa, sentirse acompañados. Y aquí estamos. Tuvimos conocimiento de lo que estaban pasando porque lo vivo en medios españoles, pero también en Argentina, donde está teniendo incluso más difusión", explica la pareja, que tras un año y medio viviendo en Madrid, se vieron obligados a mudarse a Málaga, pues echaban muchísimo de menos el mar. "Para los de Mar de Plata es algo muy importante, lo llevamos dentro", dice Sabrina.
También se ha acercado a la convocatoria Ana, otra argentina que lleva veinte años viviendo en Málaga. Con su mirada apuntando al mar, se emociona poniéndose en el lugar de las familias, porque ella también tiene hijos. "Yo llevo ya muchos años aquí y regento una sección de tumbonas en Benalmádena, pero estos chicos llevaban apenas unos meses y no conocían cómo funciona el mar Mediterráneo, que no tiene nada que ver con el océano. Es una lástima. Ojalá pronto los encuentren", declara.
La última pista que tiene la familia, más allá del hallazgo de la tabla donde viajaban el pasado lunes entre Benajarafe y Torre del Mar, a quince millas de la costa, es un vídeo que grabó un turista mientras corría por el paseo marítimo el domingo 27 de agosto a las 7.41 horas. En él, se ve a dos paddlesurfistas adentrándose en el mar. Uno rema y el otro permanece sentado en la tabla delante de él.
Desde el minuto 1, la familia está convencida de que esas siluetas son los dos chicos. "Los reconocimos por sus posturas, son ellos", comentaron a EL ESPAÑOL de Málaga el día que se publicó el vídeo que ahora la Guardia Civil investiga. En él, llama poderosamente la atención cómo el fuerte viento que soplaba en ese momento les permite ir muy rápido mar adentro.
Además de desconocidos, la familia también ha recibido el apoyo de amigos de los dos jóvenes. Maxi y Emmanuel se conocían desde pequeños. El primero llevaba meses viajando por Europa hasta que encontró el pasado verano trabajo en Málaga, mientras que Emmanuel se encontraba de vacaciones en la ciudad junto a su familia, residente en España, con la que disfrutó de un verano de ensueño. En septiembre tenía previsto volver a Mar de Plata. Maxi lo iba a hacer, pero más tarde.
Ambos, como buenos argentinos, eran unos apasionados del fútbol. Sus amigos Tomás, Matías y Gaspar, también han querido acudir a la llamada de la familia. "Emmanuel era un chico muy alegre. Tenía siempre mucho ánimo y lo contagiaba. Daba muy buena energía, como Maxi. Los dos eran muy buenos chicos", cuentan.
Argentinos del Sud, el equipo de la ciudad de Mar de Plata, fue un club al que la familia de Emmanuel siempre ha estado muy ligada. De hecho, durante la concentración, algunos hermanos visten las camisetas blanquiazules del equipo. "Cuando vino a España comenzó a jugar en el club donde nosotros estamos, el club deportivo argentino, que se fundó acá en Málaga. "Llegó en marzo y se contactó con un amigo en común que tenemos, lo invité y se hizo amigo nuestro. Todas las mañanas venía a entrenar con su energía tan especial", zanjan.
Al acabar la convocatoria, la familia se fundió en un fuerte abrazo lleno de energía positiva y agradecieron a todos los asistentes su presencia y ánimos. Estos rompieron en un gran aplauso que desató alguna que otra lágrima.
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