El pasado de F.J.C.V., el sacerdote detenido por presuntamente sedar y violar a varias mujeres mientras las grababa, comienza a ennegrecerse. Los inicios del religioso se remontaban a su entrada en la Orden Trinitaria, adonde llegó a los 18 años antes de entrar al Seminario Mayor de Málaga, pero la congregación religiosa niega que llegara a admitirlo como miembro pleno.
En un comunicado recogido por Europa Press, asegura que "pasó un período de formación en la Orden", pero que "nunca llegó a ser religioso trinitario". En concreto, explican que abandonó su formación en 2012 sin haber llegado a completar el proceso de incorporación.
Un año más tarde, en 2013, comenzó su formación como seminarista. Desde el Obispado de Málaga confirma estos términos: señalan que el sacerdote pasó un período de formación en una congregación religiosa "de la que salió libre y voluntariamente" y, pasado un tiempo, solicitó entrar en el Seminario de la capital.
De la misma forma, aseguran que la institución "pidió informes a la congregación antes de aceptarlo como seminarista" y que estos fueron "positivos". A partir de entonces, comenzó el proceso en el que el propio Seminario asegura que "lo acompañó, haciendo el discernimiento vocacional habitual, sin que aparecieran los problemas de los que ahora se le acusa".
El Obispado de Málaga asegura que ya le han retirado las licencias ministeriales que permitían ejercer el sacerdocio, una decisión que se ha demorado hasta estos días, tras su detención, a pesar de que desde hacía meses tenían información sobre una supuesta relación del cura con una mujer en Melilla, la misma que este pasado agosto les habló de los vídeos en los que quedan reflejados los abusos. Entonces, la institución religiosa optó por animarla a denunciar ante la policía y por trasladar al cura a dos pequeños pueblos de Málaga, donde estuvo dando misa hasta un día antes de su detención, en las primeras semanas de septiembre.
La Policía Nacional no informó, sin embargo, hasta este lunes de los hechos. Según los detalles que remitió, por el momento han sido identificadas cinco víctimas, aunque no descartan que haya más. Desde que se colgó la sotana, ha estado destinado en las localidades malagueñas de Álora, Carratraca y Ardales y, más recientemente, por Yunquera y El Burgo además de por Melilla.
Las mujeres, pertenecientes a su círculo de amistades, fueron agredidas en diferentes años y localidades y no eran conscientes de haber sufrido ningún delito sexual. En fotografías y vídeos que contenía el disco duro, aparecían semidesnudas, dormidas o bajo los efectos de algún sedante mientras el hombre les realizaba todo tipo de prácticas sexuales.
El sacerdote, de 33 años, se encuentra en prisión y se le atribuye cuatro agresiones sexuales y cinco delitos contra la intimidad.