El paso de la tormenta Ciarán por Málaga: dejará vientos de hasta 80 kilómetros en la zona de Ronda
Aemet activa este jueves también el aviso amarillo por fenómenos costeros en la provincia, con rachas de hasta 60 kilómetros y olas de 3 metros de altura.
1 noviembre, 2023 16:25Noticias relacionadas
La llegada a España de la borrasca Ciarán se va a dejar sentir en Málaga con fuertes rachas de viento que pueden llegar a alcanzar los 80 kilómetros por hora. Esta es al menos la previsión dictada por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) para este jueves en la provincia.
De acuerdo con la predicción, el punto más afectado por el paso de la borrasca, que los expertos ya apuntan que va a ser "más profunda y de alto impacto" que las anteriores a nivel nacional, será la Serranía de Ronda, así como toda la costa malagueña.
En este contexto, el organismo estatal ha activado el aviso amarillo en la comarca de Ronda por rachas de viento de hasta 80 kilómetros por hora desde las 9.00 horas hasta la medianoche.
A primera hora de este jueves, Aemet ha activado también el aviso amarillo en la comarca de Antequera. En este caso concreto, se esperan vientos de hasta 70 kilómetros por hora entre las 11:00 horas y las 16:00 horas.
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Esta misma alerta se extiende al litoral de la Costa del Sol, Málaga capital y zona de la Axarquía. En este caso, el aviso se extiende entre las 10.00 y las 20.00 horas, con posibilidad de vientos de entre 50 y 60 kilómetros por hora y olas de entre 2 y 3 metros de altura.
Hay que recordar que hace varias semanas el paso de Aline por Málaga dejó algunos registros récord, con lluvias y vientos "huracanados" que llegaron a superar los niveles existentes para un mes de octubre.
En el aeropuerto de la capital, el temporal provocó rachas de hasta 98 kilómetros por hora, el máximo registro para este mes en la estación. La marca anterior, de 94 kilómetros por hora, fue alcanzada el 29 de octubre de 1955. Entre los años 1981 y 2010, el valor más alto registrado fue de 88 kilómetros por hora y se detectó el 4 de octubre de 1992.
La intensidad del viento, de hecho, complicó la gestión del tráfico aéreo, con aterrizajes frustrados y el desvío de una cuarentena de vuelos que tenían previsto aterrizar en el aeropuerto de la Costa del Sol hacia otros aeródromos.