Alba Rosado Ángel Recio

La ultraderecha no ha madrugado para manifestarte contra el presidente del Gobierno en funciones Pedro Sánchez este sábado, 11 de noviembre, cuando estaba previsto que interviniera en la clausura del Congreso del Partido Socialista Europeo.

Al filo de las nueve y media de la mañana, el ambiente era verdaderamente pacífico. Apenas había una veintena de manifestantes que aguardaban a unos 500 metros del Palacio de Ferias y Congresos de Málaga, justo en el punto al que los agentes de la Policía Nacional les permitían llegar.

La zona de la explanada del Cortijo de Torres estaba totalmente blindada para Sánchez, que comenzó su intervención en el congreso sobre las 10.55 horas. Durante su discurso, el ambiente sí se caldeó más en el exterior, pues coincidió con la llegada de los grupos neonazis, que empañaron el ambiente pacífico que se vivía a primera hora.

Bajo cánticos como "¡Ese furgón, para Puigdemont!" o "¡Prensa española manipuladora!" los manifestantes se han unido como una piña para reivindicar su rechazo hacia la amnistía. 

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Sin embargo, no llegó a vivirse tanta tensión como en la convocatoria de este viernes frente a la Subdelegación de Gobierno en Málaga, donde Sánchez se reunió con el canciller de Alemania, Olaf Scholz y en la que los grupos neonazis, precisamente, ocuparon la primera fila de la manifestación.

En el interior del palacio de congresos, daba la sensación de que se vivía en una burbuja ajena a todo. Pedro Sánchez solo recibió aplausos y vítores. De hecho, cuando entró al salón principal, prácticamente todos los asistentes gritaron "¡Pedro, presidente!".

Así, en cuanto terminó de hablar, el presidente del Gobierno en funciones abandonó el auditorio, que quedó prácticamente vacío aún habiendo otras conversaciones programadas tras la suya.

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    Algunos manifestantes.

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    Algunos manifestantes.

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    Algunos manifestantes.

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    Algunos manifestantes.

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    Los grupos neonazis, en la convocatoria.

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    Un manifestante, protagonista de la manifestación.