Pasta artesanal con moringa, cúrcuma malagueña y pimentón de la vera, además de harinas de trigo y espelta. Son algunos de los formatos que elaboran los hermanos Arrate e Igor Corres, siempre con una premisa: la producción artesanal y ecológica. Con un obrador en Humilladero y cosechas en Sierra de Yeguas, la firma produce más de 20.000 kilos de pasta hecha a mano al año, que distribuyen por toda Andalucía y parte de España. El proyecto de esta familia vasca ha logrado recientemente el Premio Málaga Viva de la Diputación en la categoría Aire, un galardón que reconoce la labor en materia medioambiental y de lucha contra el cambio climático de entidades y personas.
‘Spiga Negra’ es el sueño de Arrate e Igor, que decidieron emprender este proyecto en la provincia de Málaga tras trasladarse desde Vitoria, su ciudad natal. Este obrador artesanal de pasta ubicado en el interior de Málaga cubre todos los procesos para transformar el cereal en alimento: de este modo se consume un producto de ‘kilómetro 0’ reduciendo también el desperdicio, ya que se aprovecha la cosecha que se elimina por cuestiones estéticas.
Actualmente, trabajan con tres agricultores ecológicos de Sierra de Yeguas, que les suministran el cereal para todo el año. “Hay que pensarlo con mucha antelación, ya estamos preparando la siembra que será a finales de noviembre y recogeremos la cosecha el próximo verano. Tenemos confianza ciega en las familias que cultivan nuestro cereal, llevan más de 30 años en el sector, con unas metodologías muy asentadas”, explica Arrate, que decidió mudarse a Málaga siguiendo los pasos de su hermano Igor, ya residente aquí. “Era el lugar ideal para llevar a cabo nuestro proyecto”.
Ellos son los encargados de todos los ámbitos de la producción artesanal junto a una vecina de Humilladero, Isabel. “El secado de la pasta es un proceso delicado y complejo que determina la calidad final del producto. Nuestro secado no sobrepasa los 40 grados y dura entre uno y dos días según el tipo de pasta. Esto es importante para conseguir una buena textura y para lograr un alimento más digestivo, nutritivo y que mantenga todo el sabor y aroma de los cereales”, añaden.
Tanto Igor como Arrate son autodidactas. Todos sus conocimientos sobre la pasta artesanal los han aprendido viajando y formándose en diferentes lugares, entre ellos Italia. Su producto estrella es la gama ‘Spiga y huerta’: pasta con hortalizas y especias de málaga que se ha convertido en lo más reclamado. “Es una gama muy visual y con mucho sabor, que incluye mezcla de especias como moringa o cúrcuma de Málaga y remolacha de las huertas locales. Comenzó como un lanzamiento de primavera, pero nos la han reclamado tanto que hemos mantenido esta variedad todo el año”, explican.
La pasta artesanal de ‘Spiga Negra’ se puede adquirir a través de pedidos a domicilio por teléfono o correo y comercios locales de diferentes puntos de España, especialmente en Málaga. “En Andalucía hemos llegado a todas las provincias, y también trabajamos bastante con el Levante, Asturias, Cantabria o Galicia…”, detallan los hermanos.
En cuanto a las harinas, su ámbito de distribución es más cercano: por toda Andalucía. “Trabajamos con muchos panaderos que están recuperando las recetas de trigo duro y que quieren cereales propios de la tierra, bien molidos”.
Entre sus objetivos está el de seguir “optimizando” los métodos de elaboración y continuar aprendiendo los entresijos de la elaboración artesana de pasta. Uno de sus próximos productos, que lanzarán “después de Navidad” incluye a una productora de Córdoba: la pasta se elaborará con una salsa de setas entre sus ingredientes.