El actual portavoz del PSOE en la Comisión de Movilidad del Congreso de los Diputados, el malagueño Ignacio López, aseguraba el pasado martes a EL ESPAÑOL de Málaga que el conocido tren de la Costa del Sol, infraestructura con la que unir Málaga capital con Marbella, atravesando todo un cordón litoral en el que hay censados más de 1 millón de habitantes, es "una aspiración de su partido".
Una afirmación con la que, se deduce, el que fuera número 2 socialista en las listas a las pasadas elecciones generales trata de subrayar el interés de la formación por afrontar los estudios y proyectos pertinentes y, llegado el momento, la construcción de una obra que requerirá varios miles de millones de euros de inversión.
El mensaje de López choca de lleno, no obstante, con el comportamiento del Gobierno central en los años que Pedro Sánchez lleva al frente de la Moncloa. Más allá de posibles interpretaciones, datos objetivos. En los cuatro presupuestos de nuevo cuño que ha sacado adelante el Ejecutivo de la Nación con Sánchez como presidente (en 2020 fueron prorrogadas las cuentas de 2019), la inversión que ha realizado en esta iniciativa es de apenas 507.930 euros.
Este es el resultado de sumar los 140.000 euros reservados en las cuentas de 2019, los 83.000 de 2021, los 82.930 de 2022 y los 202.000 del pasado ejercicio, 2023. A modo de referencia, decir que los casi 508.000 euros resultantes de estas anualidades son casi los mismos que ha destinado el Ministerio de Interior a la compra e instalación de "avatares súper-realistas" para suplir la labor de guardias civiles en las zonas rurales de España. Y es inferior a los 750.000 euros que ha anunciado Renfe que va a invertir en los próximos años para realizar ciertas mejoras en tres estaciones del Cercanías Málaga-Fuengirola.
Las cantidades reflejadas en los presupuestos elaborados y aprobados por el PSOE, con su socio de gobierno, se alejan de las necesidades de análisis y proyección requeridas para afrontar una infraestructura mayúscula, condicionada de manera evidente por la colmatación del territorio al que ha de servir.
Una circunstancia que, salvo intención de establecer el paso de los trenes por la zona más alejada de la costa (y por tanto de los núcleos donde habita la población) o hacerlo de manera elevada sobre la autovía, obligará a ejecutar la mayor parte del trazado bajo tierra.
Aunque de manera testimonial, la referencia al corredor de la Costa del Sol se ha mantenido negro sobre blanco en las previsiones presupuestarias. Lo que se ignora por completo es si ese dinero se ha ejecutado. Lo que parece evidente es que no han permitido ir adelante con un solo trabajo técnico.
Aunque ahora el foco se coloca sobre la figura de Pedro Sánchez, la realidad es que tampoco el Partido Popular demostró una clara apuesta por esta iniciativa cuando estuvo al frente del Gobierno central. Sí puede presumir de estar al frente del Ejecutivo cuando se asignó la mayor cuantía al tren de la Costa del Sol, con 6 millones bajo el epígrafe Estudios y Proyectos del Tren de la Costa del Sol, a los que se sumó 420.000 del Corredor de la Costa del Sol.
Hay que recordar que oficialmente el último estudio realizado por el Ejecutivo con el tren a Marbella como protagonista data de finales de 2018, cuando el entonces ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, presentó una especie de estudio para prolongar el Cercanías hasta la ciudad marbellí.
Un trabajo que se ha visto renovado estos días con la presentación de un nuevo documento firmado por la consultora ARCS, con el ingeniero José Alba al frente, y con datos más que reveladores de Analistas Económicos de Andalucía, el grupo Unicaja Banco.
El trabajo, que va a ser remitido para su análisis al Gobierno central, concluye que la construcción material de la infraestructura ferroviaria entre Málaga y Marbella podría rondar entre los 2.500 y los 2.700 millones de euros, a los que sumar unos costes de explotación de 325 millones. Lo relevante es que su puesta en servicio permitiría un ahorro de unos 24.500 millones de euros. Un valor que resulta de tomar en consideración externalidades (ahorro de 15.866 millones), los costes operacionales (5.641 millones de ahorro) y el ahorro de tiempo (3.018 millones).