El guion de La Mujer Dormida llegó a las manos de Laura Alvea, directora de la película, a través de la productora sevillana La Claqueta. Por lo que este es un proyecto andaluz que ahora se estrena en casa, el Festival de Málaga. Almudena Amor y Javier Rey protagonizan este filme junto a Amanda Goldsmith, actriz que habla con la mirada.
Esta película no se presenta a concurso, pero aparece en la sección oficial de la 27 edición del Festival de Málaga. Un thriller psicológico que inquieta a cualquiera. La historia comienza cuando Agustín (Javier Rey) contrata a Ana (Almudena Amor), auxiliar de enfermería que cuidará de Sara (Amanda Goldsmith), su mujer, la cual está en estado vegetativo. EL ESPAÑOL de Málaga se sienta para hablar con la directora y actrices.
Laura, como directora de la película, ¿qué fue lo que más le llamó la atención del guion?
Lo que más me atrajo fue que, siendo una amante del cine, este guión representaba el tipo de género que siempre me ha encantado: el suspense, la intriga, el thriller psicológico; un cine más clásico que recuerda a Hitchcock. Además, nunca había participado en algo así, y creo que eso fue lo que más me animó a unirme al proyecto.
Almudena, ya ha trabajado usted en varias películas de terror. ¿Cómo compararía esta con sus proyectos anteriores?
Puede tener elementos en común con otras películas, pero en esta es muy importante la relación entre los personajes. Aquí no estoy sola (como en La Abuela, película de Paco Plaza), y la conexión entre los protagonistas va avanzando a medida que transcurre la historia. Además, habla del amor y los cuidados. Me resultó muy diferente e interesante la relación entre Sara y Ana.
¿Cómo conecta con el personaje de Amanda si no le está mirando?
La cosa es que Amanda no habla, pero existe, está viva. Yo la notaba, cuando en el set me acercaba a ella, había esa conexión. Además, antes de rodar, hablamos muchísimo, ensayábamos y pasamos bastante tiempo juntas. Me alegra que se transmita nuestra unión.
En la película hay una escena en la que Ana está subida al tejado de la casa. La directora reveló que habían dos tejados, uno real y otro ficticio. "La altura a la que aparece Almudena es totalmente real", confiesa la directora. Luego, la actriz añadió que el resto de planos se realizaron en otro tejado falso, que estaba construido en el suelo. "El poder de la imaginación fue fundamental, aunque esta película nos permitía a todos lanzarnos más allá de lo real", declara Almudena.
Amanda, interpretar a un personaje sin diálogo debe ser complicado. ¿Cómo afrontó ese desafío?
Sí, fue difícil porque implicó muchas horas y días intensos. Para ayudarme hice un trabajo previo de meditación, para no reaccionar a los estímulos. Aunque mi personaje no tenía diálogos, estaba ahí, aprendiendo mucho de Almudena y Javier, he sido una esponja.
Además, este personaje no tiene conversación, pero con la mirada lo dice todo.
Tenía pocas oportunidades para comunicarme, aproveché esos momentos para transmitir todo lo que podía. También es verdad que en el rodaje tuve mucho tiempo para pensar en Sara y meterme en el papel al máximo.