La Fiscalía de Málaga ha solicitado 25 años de prisión para un hombre al que acusa de supuestos abusos y agresiones sexuales a su hija desde los 8 a los 14 años, a la que, presuntamente, amenazaba y decía: "Como yo te quiero nadie te va a querer". Según el ministerio fiscal, llegaba a "ataques de celos" que le hacían acosarla y seguirla cuando salía con sus amigos.
Según recoge el escrito de acusación provisional del fiscal, el procesado supuestamente actuó con un plan "preconcebido" para "satisfacer sus deseos sexuales, aprovechando la superioridad que le proporcionaba la autoridad paterna y los momentos en que se quedaban a solas" con la víctima, con la que vivía junto a otra hija en Málaga capital.
En esos momentos, dice el ministerio público en sus conclusiones, el hombre le realizaba tocamientos, "tratando de besarla en la boca", a lo que ella respondía "retirándose porque le daba asco diciéndole que no quería". Ante esta oposición le decía: "Anda, no seas mala, déjame, que tú sabes que te quiero mucho y no voy a hacer nada malo; como yo te quiero nadie te va a querer".
Dichos encuentros continuaron en el tiempo con una frecuencia de dos veces por semana en el domicilio familiar, "hechos frente a los que la menor se quedaba sin saber reaccionar ante las manifestaciones de su padre y la escasa edad de la misma, pese a la insistencia de la menor que cesara en su actitud ante el sentimiento de asco y desasosiego que le generaba", dice la Fiscalía.
Supuestamente, el procesado le preguntaba "constantemente si tenía novio, si mantenía relaciones sexuales, no dejándola quedar con chicos, siguiéndola incluso si quedaba con amigas, evidenciando fuertes ataques de celos, llegándole a quitar el móvil para que no recibiera mensajes de chicos". No obstante, tuvo una relación de pareja en 2021, "reaccionado enérgicamente su padre al tener conocimiento" de esto.
En un momento determinado, supuestamente, estos abusos pasaron a agresiones sexuales, actos que se repitieron, dice la acusación fiscal, invitándola a comer esos días antes de que fueran a un descampado, oponiéndose ella "sin lograr que el procesado desistiera de su actitud" y "sintiéndose atemorizada porque su padre le decía que le haría algo malo a su novio si se negaba". De hecho, en una ocasión fue a donde creía que vivía este "para apedrearlo".
Según el fiscal, la víctima se negaba, aunque "se ha visto obligada a ceder a las pretensiones durante tanto tiempo por la dependencia económica y personal de su padre, intimidada por la certeza que de no hacerlo podría darle una paliza a ella o a su exnovio o forzarle a prácticas mas violentas de forma más dañina tanto psíquica como físicamente". Las supuestas agresiones fueron habituales hasta que la menor denunció los hechos.
Como consecuencia de esto, la menor ha sufrido secuelas tanto físicas como psicológicas, como problemas para conciliar el sueño "debido a la permanente actitud vigilante por si aparece su padre", falta de apetito y "notable bajada en el rendimiento escolar, habiéndose visto afectada su libertad e indemnidad sexual sufriendo un fuerte rechazo a este tipo de relaciones". Todo esto "le han impedido el libre desarrollo de su personalidad en todos los ámbitos".
Para el fiscal, se trata de un delito de abuso sexual y otro de agresión sexual, ambos con carácter continuados, solicitando, además de los 25 años de prisión, la prohibición de que se aproxime a su hija a menos de 250 metros o comunicar con ella por cualquier medio durante 35 años y también la privación de la patria potestad.
Asimismo, se insta a que se imponga al acusado la medida de libertad vigilada durante un periodo de 20 años en total por ambos delitos; y a que indemnice a la víctima en la cantidad de 150.000 euros por daños morales y secuelas psicológicas. El juicio está fijado inicialmente este mes de abril en la Audiencia de Málaga.