Una sala libre de partículas metálicas en la que se controla la calidad del aire para no contaminar las muestras. Así es la Sala Blanca de la Universidad de Málaga, la nueva infraestructura científica que hoy ha inaugurado los Servicios Centrales de Apoyo a la Investigación (SCAI) que, gracias a sus parámetros ambientales estrictamente controlados, permitirá la realización de experimentos que requieren condiciones ambientales muy específicas.
Este nuevo equipamiento se ha presentado en el salón de grados de la Facultad de Ciencias, con un acto presidido por el rector de la UMA, Teodomiro López, que ha estado acompañado por el decano del centro, Antonio Flores; el vicerrector de Investigación Divulgación Científica, Antonio Morales; el director de Infraestructuras de Apoyo a la Investigación, Pedro Cañada, e Iratxe Arrechea, técnico responsable de la Sala Blanca del SCAI.
“Hoy presentamos un proyecto ilusionante que comenzó en 2018 y culmina con este acto de presentación dirigido a la comunidad investigadora”, ha señalado Pedro Cañada, quien ha destacado que se trata de una “infraestructura de vanguardia, con unas características de instrumentación muy exclusivas, que la convierten en un conjunto de extrema singularidad”.
“Lo que pretendemos con este equipamiento es no centrarnos en una única metodología de trabajo, sino trabajar a demanda para cualquier proyecto de investigación que lo requiera”, ha añadido.
El vicerrector de Investigación, por su parte, ha resaltado la importancia de las personas, “son los técnicos los que hacen posible ofrecer este servicio de calidad, que se traduce, a su vez, en investigaciones de calidad”.
Así, el importe económico de este equipamiento supera los 2 millones de euros, procedentes de tres convocatorias diferentes de infraestructuras FEDER de la Unión Europea. Una financiación obtenida por fases, tal y como ha explicado Cañada, que demuestra “el éxito de la UMA y el SCAI por lograrla”.
En este sentido, el rector ha cerrado el encuentro resaltando, una vez más, la relevancia del conjunto de esta nueva infraestructura científica “enormemente potente y conseguida en convocatorias de I+D muy competitivas”. “Sois vosotros los que hacéis que la Universidad de Málaga sea tan buena”, ha concluido López dirigiéndose a los científicos presentes.
Carácter singular y transversal
La Sala Blanca de la UMA, con un claro carácter transversal, va a permitir al personal investigador realizar experimentos que requieran unas condiciones controladas en el número y tamaño de partículas en el ambiente de experimentación. Asimismo, alberga el equipamiento de las Unidades de Análisis Isotópico y de Espectrometría Atómica de Ultratrazas, “lo que confiere al conjunto una gran singularidad entre las infraestructuras científicas de apoyo a la investigación de nuestro entorno”.
Ubicada en la planta baja del SCAI, ambas mantienen un acceso restringido y siguen un protocolo de acceso.
Control de temperatura, presión y humedad
Se trata de un laboratorio de preparación de muestras para análisis isotópico y ultratrazas, dirigido tanto a grupos de investigación como a organismos públicos y empresas privadas. Dispone de dos zonas definidas con certificación ISO7 e ISO6 –de análisis isotópicos y de preparación de muestras, respectivamente-, así como de un sistema de control de temperatura, presión y humedad.
También cuenta con un diseño de sistema de acceso y paso de muestras para facilitar el uso de estas dos zonas principales. Además, está equipado con diversa instrumentación para trabajar con los requerimientos necesarios para este tipo de análisis y todo el mobiliario e instrumentación está construido con materiales libre de metales.
Equipamiento de última generación
A estas características singulares de la Sala Blanca de la UMA se suma un equipamiento de última generación: el espectrómetro de masas multicolector de plasma acoplado inductivamente de alta resolución (MC-ICP-MS) de doble enfoque.
Este equipo puntero permite realizar ensayos para determinar las firmas isotópicas específicas que ayudan a definir la procedencia y el origen de diversos materiales, además de desarrollar métodos para la datación de forma fiable de eventos pasados.
Algunas de sus áreas de aplicación, en este sentido, son la arqueometría, la medicina forense, los estudios metabólicos, la geología, la hidrogeología o el medioambiente. Así, la identificación de paleodietas o estudios de migración en huesos, dientes y esmalte dental; los estudios de procedencia y geolocalización de cerámicas, vidrios y aleaciones metálicas; análisis meteoritos o la identificación de fuentes de contaminación como trazadores geoquímicos y medioambientales son otros de sus usos más concretos.
El espectrómetro de masas de plasma acoplado inductivamente de alta resolución (HR-ICP-MS), que logra determinar casi la práctica totalidad de la tabla periódica a niveles de ultratraza, es otro equipamiento de primera con el que cuenta esta nueva Sala de la UMA.
“Con este equipamiento científico de última generación (MC-ICP-MS y HR-ICP-MS), en la actualidad, solo se puede encontrar en España una Sala Blanca de similares características, la que se encuentra en el Centro Nacional De Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH)”, han afirmado en el acto celebrado en la Facultad de Ciencas.
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