La alegría en el Valle del Guadalhorce ha durado poco. El primer riego de emergencia comenzó hace una semana y todo iba bien hasta que el sábado algunas comunidades de regantes dejaron de recibir agua. ¿El motivo? Se han producido diferentes roturas en canales y sifones que han afectado a nueve zonas diferentes, según aseguran desde la Junta de Andalucía.
“Ha sido el peor arranque de la historia de un riego”. Así califican desde la Asociación Provincial de Regantes de Málaga (Aprema) la situación actual. En este sentido, explican al EL ESPAÑOL de Málaga que todos los años suelen producirse algunas averías e incluso dos en un mismo punto como, por ejemplo, en el sifón de Cártama, que se ha visto afectado también esta vez.
En total, se ha cortado el agua de riego en nueve zonas diferentes. La Junta de Andalucía señala que se está trabajando de manera simultánea en al menos seis averías para poder reanudar el riego lo antes posible.
De igual forma, las fuentes consultadas remarcan que han informado a las comunidades de regantes afectadas de que los días que no reciban el agua para el riego se les compensará el volumen correspondiente después de que se solucione la avería.
Por el momento se desconoce cuándo podrían volver a abrir el riego para las zonas afectadas. Lo que sí se sabe es que son en total 2.100 hectáreas las que no están regando estos días, según la Junta.
En este sentido, desde Aprema hacen hincapié en que “la mitad del Guadalhorce no está regando” y el resto está recibiendo menos cantidad de agua de la que esperaban. Además, el presidente de esta asociación, Francisco Díaz, asegura que “la situación es una pena” y añade que “el agua ha llegado tarde, sucia y mal, esto es un desastres”.
Una de las comunidades de regantes que no tienen agua es la de Arroyo Brajea. En total son 41 hectáreas las que no se están pudiendo regar, según su presidente Agustín García.
“El sábado por la mañana nos quedamos sin la poquita agua que nos llegaba”, explica el agricultor. Además, añade que él tuvo “la fortuna” de poder regar sus árboles, ya que el agua la echaron el día 12 y a su zona llegó el jueves, algo “rarísimo”.
“Empecé a regar, les di un refrescón a los árboles y ya no parecen los mismos”, sostiene. Esta misma situación, dentro de su comunidad de regantes, estima que se han repetido en seis hectáreas nada más.
De igual forma, añade que esta situación se repite cada verano y “no es nada más que tenemos un sistema de los años 60”. Por ello, remarca que se deberían de revisar todas las tuberías del Valle del Guadalhorce para dejar de vivir esta situación cada vez que se abren las compuertas y fluye el agua.