El nombre de Attabanim vuelve a surgir de entre las profundidades de la historia para reencontrarse con el presente de Málaga. Esa es la denominación con la que fue bautizado el antiguo barrio musulmán que remonta sus orígenes a los siglos X y XI y que creció más allá de la muralla de la medina. Todo en el marco de un proceso natural de expansión. Cuando ya no quedaba espacio para contener a más población, ésta dio el paso al otro lado, configurando lo que se ha comprobado fue un barrio con entidad propia.
El arrabal árabe vuelve a ser protagonista en la capital de la Costa del Sol. Lo fue durante años como consecuencia de los trabajos de construcción del Metro, y lo vuelve a ser ahora en el marco del proyecto inmobiliario de la promotora Dazia, que persigue desde hace años demoler varias manzanas de bloques antiguos del popular y casi olvidado El Perchel para levantar inmuebles de nuevo cuño.
El detalle no menor es que estos bloques, en su mayoría ya vacíos de vecinos, se levantan, en parte, sobre el arrabal de Attabanim. Y por ende las futuras nuevas construcciones hincarán sus raíces sobre el mismo. Y ello obliga a extremar la atención sobre el impacto que esta promoción pudiera tener sobre el pasado enterrado.
No es nueva la presencia de esta extensión del urbanismo musulmán en las numerosas actuaciones acometidas sobre esta parte de la ciudad. Y sin embargo, cada nuevo paso permite completar el conocimiento que se tiene sobre el mismo.
A la espera de saber lo que ocurre con la propuesta de Dazia, la intervención acometida años atrás por el Metro abrió puertas hasta ese momento cerradas, permitiendo a los arqueólogos ampliar la información e incrementar el saber de hasta ese momento se tenía.
Tal y como confirmó años atrás quien estuvo al frente de las extensas excavaciones arqueológicas desarrolladas en la Avenida de Andalucía, Ana Arancibia, lo desenterrado por el Metro vino a constatar la configuración del arrabal como un barrio de entidad propia, de una extensión superior a lo previsto. Ello supone en sí mismo un aporte al conocimiento que se tenía de esta etapa y de este espacio.
"El barrio en este lado oeste del río empieza a formarse en la época musulmana y es mucho mayor de lo que se pensaba", subrayaba Arancibia. Los especialistas concluyeron que ese arrabal, sobre el que se asienta el actual barrio de los Callejones de El Perchel, "era ya en el siglo XI una extensión organizada y urbanizada de calles principales y secundarias sobre las que se ubican las viviendas y los servicios públicos".
Y ello queda constatado con los diferentes hallazgos realizados en una excavación de casi 4.000 metros cuadrados de superficie. Pese a la riqueza de los hallazgos, la incidencia directa que su mantenimiento hubiese tenido sobre la construcción del trazado del suburbano en dirección al Centro hizo que la mayor parte de las estructuras encontradas fuesen destruidas. Sólo se salvaron aquellas piezas que los arqueólogos consideraron en mejor estado y de mayor singularidad histórica.
Tras su rescate, el compromiso de la Junta es integrarlos en un espacio museístico, de manera que cualquier persona interesada pueda visualizarlos. Y entre ellos destacan dos tramos de muralla localizadas cerca de la calle Nazareno del Paso, ambas declaradas Bien de Interés Cultural (BIC). Piezas de valor a las que se suman un horno musulmán del siglo XI; una calle completa de la época nazarí de los siglos XI y XII; una calle completa de la época cristiana moderna de los siglos XVI-XVII, y finalmente los elementos de la curtiduría para tratar el cuero de los siglos XVIII-XIX con tinajas y piletas.
Y la estructura de una vivienda tipo de la época musulmana, que disponía de una planta rectangular y superficies diferenciadas, contando con acceso por un vano que da paso a un zaguán. Los patios eran de planta rectangular con pavimentos de losas de barro, alberquillas con pozos en su interior y alcorques para pequeños jardines o huertas y servían de eje para la distribución de las demás estancias, letrinas, cocinas y alhanías; los elementos que la constituían estaban formados por mampostería, tapia, cerámica y barro.
La excavación del Metro
Las excavaciones acometidas conforme el Metro ha ido conquistando las calles de la ciudad constatan la presencia de este mismo barrio en Callejones del Perchel. Pero a diferencia de lo que, al menos en parte, ha ocurrido con los restos de la Avenida de Andalucía, lo encontrado en el entorno de la Glorieta Albert Camus o en la propia Explanada de la Estación fue eliminado de manera directa.
En el año 2012, cuando la ejecución del ferrocarril urbano era visible en Albert Camus, la Consejería de Cultura emitió resoluciones dando vía libre al "arrasamiento" de lo encontrado.
Los documentos oficiales recogían explicaciones de los arqueólogos en los que se remarcaba la importancia del arrabal, su organizada trama urbana de carácter residencial con estructuras de edificaciones públicas y domésticas, agrupadas por manzanas y delimitadas por calles… Incluso, se informaba de que habían sido documentadas once construcciones de este tipo. Siete de ellas de claro ambiente doméstico y dos edificios públicos.
En ese mismo informe, se ponía en valor la presencia de varias viviendas, "en general pertenecientes a un único núcleo familiar". Las mismas presentaban planta rectangular y superficies totales de entre 29 y 91 metros cuadrados, con un número de estancias de entre cinco y diez por casa.
Fueron documentadas letrinas, cocinas con hogares excavados en el suelo y alguna alacena, salones, alcobas con suelos elevados "para evitar la humedad", un calentador de alcoba. Y varios edificios públicos; en concreto, dos pequeños baños.
El equipo de arqueólogos llegó a documentar también la localización del viario del arrabal, con cuatro viales. Dos de ellos daban a calles abiertas; otros dos a callejones sin salida. De ellos, "uno podría corresponder a una de las calles principales que articula internamente el arrabal".
Organización del barrio
Otros documentos ponen de relieve que precisamente los trabajos de ejecución de las Líneas 1 y 2 del Metro confirmaron la presencia de un arrabal poblado, distribuido en calles y manzanas de casas, distribuidas alrededor de un patio, y con características similares a los espacios de hábitat documentados en El Perchel Norte.
"El arrabal, como extensión urbana de la medina, estaría dotado con todos los servicios propios de cualquier otra zona de la ciudad, como son los baños, posadas, mezquitas e incluso sus propias defensas, otorgándole de esta manera cierta autonomía", se indica en un informe sobre una actividad arqueológica preventiva de control de movimiento de tierras para la renovación de las calles Ancha del Carmen, Malpica y Montalbán.
En el mismo se destaca también que las intervenciones arqueológicas realizadas detrás del antiguo mercado del Carmen pusieron al descubierto un conjunto alfarero, formado por una decena de hornos, cuya cronología oscila entre los siglos X y XI.
Los trabajos arqueológicos del Metro sacaron a la luz en la Avenida de las Américas cinco hornos cerámicos y estructuras murarias asociadas a una ocupación de alfar que se desarrolló en el siglo XI y XII. Antes en el tiempo, la construcción del aparcamiento de la Avenida de Andalucía documentó una amplia zona de necrópolis vinculada con el arrabal de Attabanim.