La subida del nivel del mar, el aumento de la temperatura marina, la intensificación de los fenómenos meteorológicos extremos y la turistificación masiva. Greenpeace señala estas causas como el principal peligro para las regiones costeras españolas, especialmente las de Andalucía. Así se detalla en su nuevo informe, en el que hace referecia a Málaga, con zonas "en riesgo de regresión grave" a causa del cambio climático.

En el estudio Crisis a Toda Costa 2024. Análisis de la situación del litoral ante los riesgos de la emergencia climática, Greenpeace realiza una radiografía del estado de los más de 8.000 km de costa española "ante las amenazas que vienen".

Entre los riesgos, destacan el exceso de urbanización e infraestructuras, contaminación, la construcción de barreras artificiales (como diques, espigones, paseos marítimos o puertos deportivos) y el encauzamiento, soterramiento y desvíos de cauces fluviales.

Todas estas actuaciones, según argumentan, han provocado "desequilibrios" que se traducen en el retroceso y la pérdida de las playas, sumado a la "turistificación".

Una de las zonas "gravemente afectadas por la erosión" se sitúa en Málaga, concretamente en el tramo entre el parador Málaga Golf y la barriada de Guadalmar, "en riesgo de regresión grave".

Greenpeace explica que el Reglamento de la Ley de Costas estipula que hay regresión grave cuando la costa retrocede al menos cinco metros durante cinco años, "llegando actualmente hasta los 7,26 m en la zona del Arraijal".

Asimismo, aseguran que un tramo de un kilómetro en la desembocadura del río Vélez en Vélez-Málaga se encuentra en situación similar.

El informe también recoge una lista detallada por provincias "de los peores proyectos" de urbanizaciones turísticas. En Málaga hacen referencia a Marbella y Mijas.

En concreto, se menciona el proyecto del Hotel W de 5 estrellas "actualmente suspendido debido a las carencias de su documentación técnica"; el proyecto Siete Revueltas Resort "en zona identificada como inundable" y El Lago Club. En Mijas, el proyecto Valle de Golf Resort sería el campo de golf número 13 de la localidad, lindando con espacios protegidos.

Soluciones

Para hacer frente a estos riesgos, Greenpeace propone diferentes medidas. "La costa nos protege de los eventos meteorológicos extremos y la subida del nivel del mar provocados por el cambio climático, pero seguimos maltratándola. La pérdida de sus características naturales tiene que revertirse para que pueda protegernos", explica María José Caballero, responsable de Costas en Greenpeace España.

Entre estas soluciones, se apuesta por aplicar políticas ambiciosas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, devolver la calidad ambiental a los espacios costeros o acabar con la contaminación que empobrece la calidad de las aguas.

Asimismo, se propone "poner coto a la turistificación masiva" a través de medidas como la limitación de vuelos y cruceros, el establecimiento de tasas por pernocta que repercutan en la mejora de los servicios públicos y la regeneración de ecosistemas o la limitación de alojamientos turísticos y la participación ciudadana en la planificación turística.

También se pide impedir la construcción de infraestructuras y la urbanización que generen barreras artificiales así como conservar y facilitar la expansión hacia el interior de marismas y humedales.

Otra de las medidas pasan por revisar los deslindes (la delimitación) que determinan el dominio público marítimo-terrestre, recuperar las zonas inundables y promover la investigación científica de las afecciones provocadas tanto por las barreras artificiales como por el cambio climático en los ecosistemas, las especies marinas y la salud de las personas.

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