La excavación arqueológica llevada a cabo entre la urbanización Taralpe y la carretera A-404 en Alhaurín de la Torre ha dado sus frutos. Los nuevos hallazgos han confirmado que existe una relación de este antiguo poblado indígena con la ciudad fenicia Cerro del Villar, cuyo yacimiento se encuentra a unos 12 kilómetros de distancia, en la desembocadura del Guadalhorce. 

El arqueólogo encargado del mismo, José Antonio Santamaría, según ha explicado el Ayuntamiento del municipio a través del comunicado, ha catalogado este yacimiento como uno de los más importantes del término municipal, al tener vínculos con la civilización fenicia porque datan de entre los siglos VIII y VII a.C.

La razón por la que Santamaría ha llegado a esta conclusión se debe a que han hallado un muro que se correspondería con parte de la estructura de una de las viviendas que conformaban este núcleo en la época. Además, ha explicado que se trata de un muro rectilíneo asentado por encima de uno curvilíneo, "lo que vendría a demostrar la influencia de la arquitectura fenicia en esta población".

Restos de cerámicas, minerales o hierros son más de los hallazgos que el equipo ha encontrado en esta excavación. Así, se han encontrado “abundantes” restos de cerámica, un 80% de los cuales aproximadamente son de cerámica hecha a mano y otro 20% de torno, parte de los cuales se han mostrado en el salón de plenos. "Esto demostraría que seguramente aquí se comerciaba con los fenicios de Cerro del Villar", destaca Santamaría.

A estos hallazgos, hay que sumar que se han encontrado también numerosos restos de origen marino, concretamente conchas finas cuyo uso, a modo de alfombra o pavimento, tendría más bien un carácter "simbólico o ritual". En cuanto a los hierros y los restos de minerales, estiman que podrían pertenecer al cercano yacimiento minero de los Llanos de la Plata que también se usaba para comercia. 

En la fase de prospección superficial se encontró una piedra que Santamaría ha calificado como "el hallazgo más importante de los realizados durante las tres campañas realizadas en el yacimiento". Es una estela de forma alargada y sección irregular que conservaba una serie de relieves que parecen representar una figura humana femenina. Esta pieza en el momento de su hallazgo se encontraba tumbada y con grandes evidencias de haber sido arrastrada por maquinaria agrícola o de obra.

Se observa que es la representación de una figura femenina con un manto o toga con una decoración en relieve en la zona pectoral a base de varios collares, y debe de representar una deidad de la época, "quizás la diosa fenicia Astarté o una figura humana de especial importancia para la comunidad donde se ubicaba".

No se ha podido localizar el lugar donde estuvo ubicada en un principio, pero el arqueólog estima que pudo formar parte de algún tipo de edificio de carácter cultural o religioso, o ser utilizado a modo de marcador de una sepultura. La figura se encuentra almacenada y custodiada en las dependencias municipales del Ayuntamiento.

Ahora se estudia la influencia que este terreno de origen fenicio pudo tener con todo el delta del Guadalhorce y la población que habitaba esta zona. De momento, los estratos arqueológicos superpuestos y los materiales encontrados confirman que el lugar no quedó desierto tras estas primeras ocupaciones, sino que tiene una amplia pervivencia espacio-temporal.

En esten sentido, el alcalde, Joaquín Villanova, ha incidido en que esta excavación sirve "para profundizar en el pasado de Alhaurín de la Torre y poner en valor la historia y el patrimonio local". 

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