Amigos caninos para ayudar a niños con diversidad funcional en Málaga: "Los perros son nuestro puente hacia todo"
- La asociación Huellas Terapéuticas, con sede en Coín, ofrece una terapia lúdica con mascotas y adaptada a cada caso.
- Más información:La bonita iniciativa con la que perros hacen más llevadero el paso de los niños por el hospital
Un vínculo especial y una conexión "casi inmediata y natural". En 2015, los adiestradores caninos Alberto Martín y Antonio Solano descubrieron que las terapias con animales podían ayudar a los más pequeños. Reforzar habilidades cognitivas, emocionales o sociales y crear un vínculo especial. Fue entonces cuando comenzaron su aventura en la localidad malagueña de Coín.
Desde entonces, no han parado de crecer. El proyecto se materializó en la asociación sin ánimo de lucro Huellas Terapéuticas, de la que hoy en día ya son usuarios más de 30 familias.
Con un equipo de ocho profesionales, —psicólogos, técnicos, integradores y educadores sociales—, realizan intervenciones asistidas con perros para ayudar a niños con diversidad funcional.
Comenzaron acudiendo a las propias casas de los niños, con el material y los perros, pero su mayor ilusión era montar un centro. Lo consiguieron en 2020, con la ayuda de empresas locales e incluso famosos: la actriz Sara Sálamo y el futbolista Isco Alarcón donaron un parque inclusivo de juego adaptado y abierto a todos los niños.
Su centro, ubicado junto al Centro Comercial La Trocha de Coín, es el núcleo de sus terapias adaptadas para cada usuario. "Los perros son nuestro puente hacia todo", explica Miriam Robles, una de las psicólogas de la asociación.
La asociación ayuda a niños con trastornos del espectro autista (TEA), síndrome de Down, enfermedades raras, parálisis cerebral, retrasos madurativos y problemas de conducta como TDAH. "Cada caso es único. Adaptamos las sesiones a los objetivos concretos de cada niño, siempre contando con el apoyo del perro como facilitador". detalla la psicóloga.
Sesiones individuales
En cada sesión, el usuario está acompañado de un técnico y un educador o psicólogo, y se trabaja desde la creación de un vínculo inicial con el perro hasta actividades personalizadas que refuercen habilidades cognitivas, emocionales o sociales. "Solemos empezar con una actividad de acercamiento al perro, como darle de comer. Esto no solo establece un vínculo inmediato, sino que también les permite trabajar aspectos como la motricidad fina o la asociación de colores y formas, dependiendo de los objetivos del niño", comenta Robles.
Las sesiones incluyen una mezcla de ejercicios activos, como juegos de bingo en los que el perro muestra los números con una pelota, hasta actividades de relajación y contacto como el cepillado o el uso de texturas sensoriales. "La relajación es fundamental, sobre todo para aquellos niños que tienen dificultades para calmarse. Aquí es donde el contacto con el perro marca una diferencia enorme. Hay mucha evidencia científica sobre cómo disminuye la ansiedad y fomenta la calma", asegura.
Para algunos, la motivación de estar con el perro es tan fuerte que se convierte en una gran ayuda para su desarrollo. "Hay niños que incluso realizan tareas que no les gustan tanto, solo lo hacen por el premio de pasar unos minutos jugando con ellos", añade la psicóloga.
Pese a lo beneficioso de estas terapias, Robles detalla que no pretenden sustituir otros enfoques profesionales, sino complementarlos. "Muchas veces, lo que hacemos es abrir el camino. Trabajamos habilidades sociales, comunicación, gestión emocional... Lo que los niños desarrollan con el perro lo llevan luego a sus relaciones con las personas. Es increíble ver cómo algo tan natural como el vínculo con un animal puede generar cambios tan profundos", explica.
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Gran parte de sus usuarios acuden desde hace años a sus sesiones semanales. El objetivo es seguir creciendo, un reto para el que han conseguido un importante apoyo recientemente: la donación de una parcela por parte del Ayuntamiento de Coín.
El objetivo, según explican, es crear un espacio más amplio y accesible, con tres salas de terapia, casetas sensoriales y un área de terapia ocupacional. "Esto nos permitirá atender a más familias y diversificar nuestras actividades, incluyendo talleres y campamentos para niños y adultos", aseguran.
Para seguir creciendo, la asociación busca apoyo en forma de donaciones, materiales para terapias sensoriales y recursos para el cuidado de los perros. "Estamos explorando opciones como el crowdfunding y buscamos socios que puedan aportar de forma recurrente, por pequeña que sea la cantidad. También necesitamos materiales para los perros", subrayan.
Junto a su labor con las familias, la asociación está inmersa en nuevos proyectos y colaboraciones con asociaciones de familiares de Alzheimer y otras enfermedades. Todo para seguir ayudando junto a sus fieles amigos caninos.