Ni discotecas a diario, ni villas de lujo en Marbella, ni tan siquiera un coche. Llevaba la vida normal de un extranjero de clase media-baja en la Costa del Sol, tanto, que nadie se imaginaba en su entorno que fuese uno de los mejores falsificadores de documentos de toda Europa y que contara con más de una veintena de identidades diferentes.

Los agentes de la Policía Nacional de Málaga reconocen que jamás habían visto semejante calidad en documentos falsificados. "No es nada habitual encontrar un laboratorio de este nivel de especialización, con instrumental tan sofisticado, dirigido por un prófugo internacional", declararon fuentes de la Sección de Investigación y Fraude Documental de la Policía Nacional.

Precisamente por ello, era el hombre de los 25 nombres. Su perfecto trabajo le permitía tener decenas de identidades diferentes, pero tiene 48 años, es de origen letón y vivía en un apartamento de Benalmádena, junto a su pareja -también detenida por colaborar en su actividad delictiva-.

El pasado 21 de septiembre los agentes encargados de la 'Operación Riga', pertenecientes a la Sección de Investigación de Fraude Documental (SIFD) y de la Unidad de Redes de Inmigración y Falsedad documental (UCRIF) de la Policía Nacional de Málaga, junto a Aduanas y la policía de Letonia y Polonia le dieron caza.

Aprovechando las horas de sueño, consiguieron sorprenderlo mientras dormía en el apartamento donde residía en el municipio malagueño citado. Se mostró frío y tranquilo. Estaba más que acostumbrado. Pero los agentes aseguran que "el rostro le cambió por completo" cuando escuchó que los agentes le llamaron por su nombre real. Esta vez sí que estaba perdido.

El arrestado se movía en bicicleta siempre que podía aprovechando el buen clima de la zona y era muy sociable con todos los que lo trataban. Ese exceso de normalidad no era más que para evitar levantar sospechas, puesto que sabía de la calidad de lo que hacía pese a no haber recibido formación para ello. Según los investigadores, ha llegado a tal nivel de perfección gracias a Internet -buscaba tutoriales en YouTube y Telegram-, "donde está absolutamente todo para los malos".

Este individuo podía generar más de 10.000 euros al mes según fuentes policiales gracias a la actividad delictiva. Cada documento de identidad que reproducía era vendido por cifras situadas entre los 500 y los 800 euros a través de Internet. A posteriori, estos eran distribuidos a través de empresas de paquetería. De esto último y de la recepción del dinero parece que se encargaba supuestamente su pareja, que como apuntábamos también está ya detenida.

Varias huidas

Pese a su carácter y detrás de su pelo rubio, ojos azules y piel blanca detrás de la coraza de este individuo había un prófugo buscado desde hace meses en toda Europa. En 2018 protagonizó una espectacular huida de la justicia de su país. 

Según fuentes de la policía latona, pese a que sobre él pesaba una Orden Europea de Detención, el hombre consiguió huir por una puerta “secreta” que se encontraba en el sótano de los juzgados mientras él se encontraba allí. Lo llamativo es que huyó en calzoncillos y camiseta de manga corta y con las esposas puestas.

Pidiendo teléfonos a la gente que se encontraba por la calle y pasando un mes escondiéndose en las casas de chicas que iba conociendo, con mucha labia, consiguió resolver la situación con éxito llegando a actuar también en Polonia, de donde huyó de nuevo dos años más tarde para marcharse a España, donde trataba de reanudar ahora su actividad delictiva.

Así, fuentes de la Policía de Polonia aseguraron a este periódico que además de por un delito de falsedad documental también le habían investigado por su supuesta relación con una red de tráfico de personas inmigrantes. Por su parte, la Policía de Letonia asegura que el detenido podría tener hasta quince años de experiencia.

Un aviso letón

Fue gracias, precisamente, a la policía letona que se le ubicara en la Costa del Sol. El cuerpo lanzó un mensaje a la Policía Nacional que alertaba de "la presencia en España del líder de una organización criminal dedicada a la fabricación y distribución de todo tipo de documentos", tanto de identidad, viaje e incluso de permisos Covid o carnés tan aleatorios como el de conducir, el de patrón de yate -expedido en Galicia- o algunas acreditaciones de prensa. Los investigadores reconocen que les llamó la atención que no se localizara ningún pasaporte falso.

A partir del aviso y tras una amplia investigación, los agentes de la Policía Nacional confirmaron la presencia del individuo en España -este se dejaba ver de paseo-, concretamente en Benalmádena, en plena Costa del Sol, lugar habitual entre prófugos de todo el mundo. En un principio dudaban si el detenido había establecido allí su lugar de residencia o si continuaba practicando la misma actividad ilícita que anteriormente. Así fue, le cazaron gracias a unos movimientos de capital.

Tras varias semanas de investigación y con la autorización del Juzgado de Instrucción 4 de Torremolinos, hace unas semanas los agentes registraron los dos apartamentos que el individuo tenía alquilados en Benalmádena, uno donde residía y otro que usaba como laboratorio tal y como los agentes sospechaban.

Fue precisamente en el apartamento donde trabajaba -que gozaba de unas maravillosas vistas a la Costa del Sol- donde los agentes descubrieron toda la maquinaria que el detenido utilizaba para crear estos falsos documentos: desde impresoras de alta definición, ordenadores, moldes para recortar los documentos, prensas, lámparas de secado de tinta hasta una envasadora al vacío. Pese a que pueda parecer sorprendente, le faltaba importante maquinaria, como una impresora 3D de gran valor, que no había podido traer hasta el momento a España pese a que ya intentó robarla en su país -con resultado fallido- de las dependencias judiciales.

Los agentes también encontraron 10.000 euros en efectivo y casi una centena de documentos falsos que estaban ya terminados para ser enviados a sus destinatarios. Los agentes letones aseguran que sus compradores no tenían un perfil concreto. “Al final, cualquier persona quiere tener un documento que le haga legal en Europa para hacer cualquier gestión”, expresaron. Por su parte, agentes de la SIFD aseguraron que los clientes de este tipo de delincuentes son desde personas que no tienen carné de conducir hasta terroristas. "El perfil es muy amplio", reconocieron. Así, cabe reseñar que la mayoría de los carnés de identidad falsos localizados eran de Bélgica.

Curiosidades

Dentro de la vida normal que llevaba con su pareja, a los agentes también les llamó la atención cómo este hombre contaba con "al menos tres familias" repartidas por el mundo, en países tales como Letonia, Alemania o China, donde creen que podría tener otro laboratorio. Todas ellas conformadas de sus respectivas mujeres e hijos. Aún más curioso es que, según las fuentes policiales, a ninguna de ellas les faltaba nada a nivel económico. "Las tenía muy bien cuidadas", aseguran las mismas fuentes. Todo apunta a que con cada una de ellas tenía una identidad diferente, gracias precisamente a su facilidad para falsear documentos.

Siguiendo con esas curiosidades, los agentes hallaron en el registro un muestrario de documentos que, presumiblemente, el arrestado enseñaba a sus posibles clientes para convencerles de la calidad de su trabajo. Lo llamativo de esto es que siempre utilizaba la imagen y los datos del actor Brad Pitt para ello, incluso para documentos de identidad de países, como por ejemplo Rumanía.

¿Y qué diferencia había en sus documentos de los reales? Según la Policía Nacional, pese a la perfección de sus obras, cada documento de identidad está formado por diferentes capas, entre las que figura una metálica con la que él no contaba. Sin embargo, vieron especialmente profesional como las falsificaciones contaban con microletras habituales en nuestros DNI legibles con lupa. "En muchas falsificaciones si coges la lupa ves una línea. No se diferencian los caracteres", confesaba uno de los agentes de la Operación Riga.

La careta. Alba Rosado

En el registro también han localizado una máscara de látex que los investigadores creen que utilizaba para burlar los controles faciales habituales a la hora de cruzar fronteras y que debió de serle útil para llegar a España desde Polonia pese a contar con una orden de detención en su país. De igual forma, siguen investigando si este tipo de máscaras pudo servirle para cruzar dos rostros y crear una que se pareciera a la persona que encargaba el documento. "Es la primera vez que las vemos", reconocía uno de los investigadores.

Ahora le toca enfrentarse a tres posibles condenas, una por país -España, Polonia y Letonia-, por las que según los cálculos de los investigadores podría esperarle una década entre rejas. Según lo previsto, primero tendrá que cumplir en España, después en Letonia y por último en Polonia, donde como antes se mencionó, es posible que tenga que rendir cuentas como presunto responsable en el tráfico de inmigrantes.

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