Fue el primer gran escenario de conciertos y el parque de atracciones por excelencia de la Costa del Sol. 52 años después de su inauguración, el emblemático Tívoli World vive una situación muy diferente a la de sus inicios. Por tercer verano consecutivo, sus puertas siguen cerradas y no hay visos de cambio.
Todo tipo de atracciones, pavos reales, edificios representativos de culturas internacionales, un lago artificial… Tívoli World fue durante décadas el lugar elegido por miles de malagueños y visitantes para pasar innumerables días de diversión en familia. Ahora, los 60.000 metros cuadrados que ocupa en Arroyo de la Miel, en Benalmádena, son un activo muy codiciado en la zona.
Con una sentencia firme que extingue la relación laboral de los empleados de Tivoli con la empresa propietaria, el futuro de este emblemático espacio es incierto. La promotora Tremon, dueña del parque, no ha dado ninguna pista respecto a su posible continuidad, y tampoco ha manifestado la intención de desarrollar otro proyecto en los terrenos.
Todo comenzó en el año 2004, cuando la familia Olsen (propietaria del parque) lo vendió al empresario Rafael Gómez Sánchez, alias Sandokán. Tres años después, éste hizo la misma operación con el grupo madrileño Tremon.
Sin embargo, Sandokán denunció que la compra no había llegado a completarse y trasladó el asunto a los tribunales por presuntos impagos. Tras años de enfrentamientos en los tribunales, la justicia falló a favor de la promotora.
Este litigio judicial, sumado a las deudas con Hacienda y la Seguridad Social por valor de 11 millones de euros, llevaron al cierre en 2020, y un concurso de acreedores lo llevaron a enfrentarse a la mayor de sus crisis. Desde entonces, los trabajadores de Tivoli no han cesado en su intento de que el parque vuelva a abrir sus puertas.
En los últimos años han encontrado el apoyo de los distintos partidos políticos que han estado al frente del Consistorio, para intentar evitar la especulación urbanística en este enclave.
En 2023, el Ayuntamiento acordó blindar los terrenos de Tívoli para su uso como parque de ocio. Sí que se contempla compatibilizarlo con el uso hotelero o comercial, pero nunca en detrimento del primero.
La última mala noticia para los empleados de Tívoli llegó el pasado septiembre de manos del Tribunal Supremo (TS), que desestimó los recursos de Comisiones Obreras (CCOO) y del comité de empresa del parque en relación con el despido colectivo de los trabajadores. Se declaró firme la sentencia dictada por la Sala de lo Social del TSJA que daba por extinguida la relación laboral.
Viable y rentable
Actualmente, los trabajadores y el propio Ayuntamiento de Benalmádena siguen sosteniendo que Tivoli World es viable y rentable. Esta teoría se apoya ahora en un nuevo informe jurídico de la Universidad de Málaga, en colaboración con la Universidad Pública de Navarra (UPNA).
Este estudio, encargado por el Consistorio, trata sobre la viabilidad de expropiar el parque. En él se subraya la importancia social y económica del mismo y se evalúan las opciones jurídicas para su expropiación y gestión futura.
El análisis realizado pone en evidencia que Tívoli, “en su función original, cumple una función social significativa”. Según detallan, el cierre del parque ha impedido que éste desempeñe su rol en el sistema productivo y en la actividad turística, fundamentales para el desarrollo económico de Benalmádena.
“La revitalización del parque podría contribuir a la mejora de los sectores económicos asociados, al potenciar el turismo y ofrecer beneficios adicionales a la comunidad local”, añaden.
El informe establece que, a pesar de la naturaleza privada del parque, este puede seguir desempeñando una función pública. De acuerdo con el Plan de Ordenación del Territorio de la Aglomeración Urbana de Málaga (POTAUM) y el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Benalmádena, el parque debería cumplir una función social y un interés público que se ha visto comprometido por su cierre prolongado.
Este incumplimiento justifica la consideración de la expropiación como una medida adecuada para restaurar su función y aprovechar su potencial económico.
Modalidades de gestión
Además, el informe detalla las posibles modalidades de gestión para el parque, que incluyen tanto opciones directas, como la gestión a través de organismos autónomos y entidades públicas, o indirectas, mediante contratos de servicios, concesiones, o la formación de sociedades de economía mixta.
Tras conocer los resultados de este informe, los propios trabajadores comenzarán a recoger firmas para que el Ayuntamiento inicie el expediente de expropiación de Tívoli. Pese a que la relación laboral se da por extinguida, varios empleados de Tivoli continúan cuidando las instalaciones para evitar que queden en el olvido a la espera de un milagro.