El Kanka es su nombre artístico, pero detrás se esconde Juan Gómez Canca (Málaga,1982), probablemente uno de los artistas con la cabeza más bien amueblada del panorama musical actual. Detrás de sus canciones, y en las propias, no tiene problema para opinar sobre temas que le molestan o le preocupan.
Malagueño de pura cepa, reconoce que no pasa más de un trimestre sin pisar su tierra, más que por la Manquita y la playa de la Misericordia, por su gente, que siguen afincados aquí, y a los que echó mucho de menos durante el confinamiento, hasta el punto que les dedicó una canción.
Nos atiende el Kanka desde Covarrubias, de manera telefónica. "Es una tierra preciosa, pero me dicen que hay poca cobertura, así que espero que me escuchéis y podamos hablar", señala el artista a EL ESPAÑOL de Málaga momentos previos a la entrevista que sí que pudo hacerse con toda normalidad.
Un día dijiste que no hay ciudad con más conciertos que Madrid. ¿Te gustaría que ocupara ese lugar Málaga?
Esa declaración me persigue (risas). A ver, también hay que tener en cuenta una cosa, y es que en Madrid hay mucha más gente. No tiene sentido que en Málaga haya la misma cantidad de conciertos o más que en Madrid, porque es más pequeñita. Quizás sí que habría que evaluar si a escala, teniendo en cuenta el número de habitantes, hay los mismos conciertos o menos.
Me gustaría que tanto Málaga como el resto de ciudades, tuvieran aún más oferta cultural, sin duda. Hace bastantes años que no vivo en Málaga, pero me da la sensación de que faltan ‘garitos’ donde los grupos pequeños y artistas menos conocidos puedan hacer conciertos para 80-100 personas (sin tener en cuenta la era Covid, que el tema aforos ahora es una paranoia).
Muchos amigos me han consultado a veces dónde podían probar a tocar en Málaga, y la verdad es que no sabía darles respuesta. Me venía a la cabeza La Botica, pero desde que Javi murió ya pocos sitios hay con poco aforo que pueda llenar un artista que está empezando, y es una pena.
El próximo día 2 estás en Fuengirola, ¿Qué se va a encontrar el personal en tu concierto?
Para empezar, vamos con toda la banda, no veníamos a Málaga desde finales de 2019. Yo estuve el año pasado, solo con mi guitarra, en el marco de una gira de "desescalada" que nos inventamos (risas). Somos seis y con el equipo técnico somos ya 12. Creo que el concierto es muy potente, la verdad.
Respecto al repertorio, al no haber presentado disco este año, tiramos de los cuatro discos y el LP, a los que le añadimos algún temita como el que sacamos en el confinamiento. Es un concierto muy divertido, la gente viene y se lo pasa muy bien y en una hora y cuarenta minutos me alegro de que se olviden de sus penurias y sus rayadas (risas).
Es curioso que pese a que el proyecto crezca, te da igual tocar en una sala como en los principios, en un auditorio, o un recinto de casi 10.000 personas. Mientras que el público lo de todo, por minoritario que sea, encantado de cantarles, ¿no?
Así es, todos los años de mi carrera, todos, he querido hacer algún concierto en alguna sala pequeña y, como el proyecto ha crecido, nos permite combinarlas con algún Auditorio Cortijo de Torres, una Eventual o un Wizink, que ha sido donde más entradas he vendido, unas 8.000.
Si podemos sostener el proyecto arriba, llevándome esos puñetazos de energía al ver a tanta gente cantando junta, de puta madre, pero los conciertos pequeñitos unen tanto, que no puedo olvidarme de ellos.
Aprovechamos estos para crear escenas íntimas, a guitarra y voz, como nació este proyecto y como nacen las canciones, yo las compongo con la guitarra. Me parece que tiene sentido y que es guay porque estoy cómodo no tengo problema en marcarme los conciertos solo. Me parece que es una manera de darme el gusto a mí mismo y a la gente, porque aunque sean las mismas canciones, es un concierto totalmente diferente, donde la energía que se transmite no es la misma que con la banda al completo. Está guay tener esa versatilidad, podemos ir cambiando y no aburrirnos.
¿Qué tal los espectáculos en la era de la Covid? ¿Te has acostumbrado?
Sí, y no me ha costado demasiado porque puedo llevar más de 50 conciertos desde que ocurrió todo teniendo en cuenta los del año pasado y los de este. Era un poco raro ver a la gente sentada y con mascarilla, pero la energía te llega. Hay menos gente, aplauden más que bailan y al menos les puedo mirar a los ojos, que eso dice mucho.
Me pongo en el lugar del público y es un agradecimiento muy grande el que tengo con ellos. No puedes bailar, tienes que llevar mascarilla y no puedes tomarte una cervecita o un tintito mientras disfrutas del concierto. Por ello, entiendo que los que nos subimos a las tablas tenemos que estar aún más agradecidos con la persona que viene a verte y se gasta el dinero en una entrada.
Después de este año tan “especial” y “excepcional”, si tuvieras al ministerio de cultura delante y pudieras decirle algo, ¿qué le dirías?
(Risas) ¡Pues no le diría cosas! Yo trato de ser una persona que entiende mucho a los demás y me gusta ponerme en el lugar del otro aunque tengamos posturas contrarias. Por ello, quiero pensar que no es tan fácil, quiero pensar que los políticos de ahora, sean de mi color, o no, lo están pasando putas, al ser una situación única en la historia y se han encontrado con un marrón que no saben cómo gestionar. He visto cosas muy raras, he visto restricciones demasiado duras y otras demasiado flojas, pero no me gustaría estar en su pellejo, no me gustaría ser yo el que tuviera que tomar esas decisiones.
Rompiendo esa lanza a su favor, que no quiero ver maldad. La sensación de desamparo, de que no hay miramiento por echarle un cable al sector está presente, y no solo ahora. En muchos países me consta que cuando un músico empieza su carrera, se les da ayudas para que siga hacia delante, lo que es una forma de introducirlos en el sistema y mantenerlos arriba.
Tampoco me olvido de los compañeros promotores o aquellos que tienen una sala de conciertos. Que sé que es difícil gestionarlo, pero a veces pareciera que las decisiones se toman en contra de este sector, yo quiero pensar que no es así y que simplemente son torpes y no lo saben hacer bien, pero a veces me da la sensación de que no quieren que la gente se culturice. Y yo he tenido la suerte, como decía mi padre, que puedo llorar con un ojo solo, a mí me ha pillado en un buen momento y me llegan ingresos de las canciones y he dado conciertos, pero tengo muchos amigos músicos, cantautores, managers, técnicos de sonido, luces… Para ellos ha sido un putadón.
Volviendo a la ciudad que te vio nacer, ¿qué es Málaga para ti?
¡Coño! ¡Qué pregunta! Pues partiendo de la base, Málaga es mi hogar, Málaga es el lugar donde he sido niño, donde me he enamorado por primera vez, donde me he emborrachado por primera vez, donde he dado un concierto por primera vez....
Málaga es el sitio donde pasé de ser un niño a algo parecido a un hombre. Es una parte de mí, de mi persona, de mi carácter, de mi forma de hablar y, sobre todo, es donde están mis amigos de la infancia y mi familia.
Llevo muchos años en Madrid, pero no pasan más de 3 o 4 meses sin que yo pise Málaga con la excusa de algún concierto o simplemente de que pase cerca. Siempre trato de no olvidarme de mi tierra y, sobre todo, de mi gente. Al final lo de la tierra yo creo que es algo secundario, al igual que lo es que esté ‘La Manquita’ o la playa de la Misericordia. Al final lo que marca es que esté mi amigo Carlitos o mi hermana Rocío.
En una entrevista a EL ESPAÑOL dijiste que no tendrías poblemas de escribir "un himnillo de España". Ya le hiciste un tema a Andalucía. ¿Para cuándo uno a Málaga?
(Risas) ¡Y ya le escribo una al barrio de Parque Mediterráneo y a mi vecina la del cuarto izquierda de la calle tal! Fuera de bromas, no me importaría para nada y no lo descarto. Pero, a lo largo de estos años, le he cogido mucho cariño a ciudades distintas como Madrid, Granada o Barcelona y le tengo cariño a países como Colombia…
Al final creo que podría hacerle canciones a muchas tierras y además me pasa una cosa, y es que mi percusionista de toda la vida, El Mani, tiene un par de temas dedicados a Málaga que son preciosos y creo que serían imposibles de superar porque son muy bonitos (risas).
Tus letras son variadas y, en su mayoría divertidas. ¿Tienes algún tema del que siempre hayas querido escribir pero nunca lo has hecho?
Sí, los niños, esos locos bajitos tienen contenido de sobra para escribir una canción. Tengo la suerte, por cosas de la vida, de estar en contacto con niños y me parece que tienen una poesía natural, una genialidad innata y algo tan puro que da para escribir un tema.
Hace un año creo que te hubiera dicho el cambio climático, pero hicimos ‘El fin del mundo’, con Pala. Pero vamos, que anda que no hay cosas de las que escribir. Desde el amor a la guitarra, hasta el capitalismo o las nueces, hay temas para nuevas canciones.
Eso de escribir crítico es muy del carnaval, ¿te animarás algún día a ser un autor en Málaga o Cádiz?
Pues no es la primera vez que me lo dicen. Me parece que es más distinto de lo que parece a lo que yo hago. Es algo muy complicado. Es cierto, se hace música y letra, pero el concepto es bien distinto, ya que hay que hacer un repertorio muy distinto alrededor de un mismo tipo.
Además, tengo que adaptarme a las normas, que lo llevo un poquito regular (risas). Y todo eso teniendo en cuenta el nivel de los increíbles autores que hay, llenos de ingenio poesía y musicalidad. Al final, es como si me dices de escribir una novela. Me encantaría, pero pese a que yo domine las palabras, al final escribir un libro de cientos de páginas, con una historia con principio y fin, creo que requiere años de trabajo y experiencia.
En realidad, si ponen al Selu, que para mí es Dios a hacer canciones, seguro que no te hace una mierda y le sale algo chulo, pero al salir de lo que está acostumbrado seguro que le costaría hacerla. No es algo que yo descarte, pero vamos, que siempre he dicho que haré una ilegal con unos colegas. De eso tenemos hasta el popurrí casi hecho ya, (risas).
Un día también mencionaste que lo mismo en 2021 caía disco… ¿Cómo va el asunto?
El asunto va bien, pero con esta película que estamos viviendo, y siendo nosotros un proyecto independiente, lo hemos ido retrasando. Dijimos de grabarlo en septiembre, pero finalmente lo vamos a dejar para el año que viene y vamos a disfrutar de los conciertos durante 2021, saliendo a la carretera con todo el equipo. Pero prometo que del año que viene no pasa, doy mi palabra.