Lo mismo le da caña a Macarena Olona de Vox que a Pablo Iglesias de Podemos. María Blanco (Madrid, 1964) no tiene problema en admitir su falta de confianza en los partidos políticos de este país. Total, no vota ni confía en ninguno de ellos. La economista reflexiona sobre la democracia española y su actual decadencia en Votasteis gestos, tenéis gestos (Deusto).
La idea que vertebra este afilado e ilustrativo libro es que "tenemos unos políticos que se basan en gestos vacíos y unos ciudadanos que no somos capaces de tomar las riendas de nuestras democracias". La Doctora en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense cree que "España vive en el imperio de los gestos y la democracia parlamentaria se ha convertido en un teatro".
La también analista de EL ESPAÑOL habla de fenómenos tan actuales como los señalamientos en las redes sociales, "una forma clara de censura política que funciona", y el cambio de parecer en la elección política de la clase trabajadora, que "ha dejado de ser ideológicamente monopolio exclusivo de la izquierda" para votar a los populistas de Vox.
La profesora de Historia del Pensamiento Económico en la Universidad CEU-San Pablo se define como "economista, profesora, madre, hija y meditadora". Amante de los idiomas, el rock, la ópera y el flamenco es firme partidaria de la tortilla con cebolla y enemiga acérrima de la pizza con piña. La pensadora presentará su libro este viernes junto a la periodista Berta G. de Vega en el Club Mediterráneo.
El economista Carlos Rodríguez comenta en el prólogo que usted suele abstenerse de votar. ¿No se siente representada hoy día por ningún partido?
Por ninguno (ríe). Es mejor no votar a hacerlo sistemáticamente por miedo o por otras razones. Para muchas personas votar es simplemente una estrategia. Para mí es algo importante. Si es la única manera que tenemos de castigar o de premiar a nuestros políticos, deberíamos utilizar esa herramienta con más seriedad.
Lo mismo le da caña a Carles Mulet de Compromís que a Macarena Olona de Vox. ¿El listón está muy bajo en la política española?
Por desgracia no es fenómeno exclusivo de la política española. Suelo informarme de lo que sucede en otros países como economista. El listón, en general, está muy bajo. Cuando hablo con profesores de otras universidades así me lo expresan. En Latinoamérica, Francia, Italia o Estados Unidos aplicaría esta idea (que vertebra el libro) de que tenemos unos políticos que se basan en gestos vacíos y unos ciudadanos que no somos capaces de tomar las riendas de nuestras democracias.
El Gobierno actual aplicará la intervención del mercado de la luz que proponía Podemos y ultima una subida del salario mínimo. Sin olvidar el Ingreso Vital Mínimo. ¿Eso le parecen gestos?
Sí. No se ha atendido lo suficiente a las consecuencias. Te voy a poner un ejemplo: el salario mínimo. La difusión de esta medida de política económica es 'todos merecemos tener un nivel de vida digno'. Nadie puede negarse a eso. Ni yo. ¿La solución a ese problema es el salario mínimo? Suena muy bien subir el salario mínimo o la renta vitalicia. Ojalá fuera posible. Pero, ¿hemos analizado el flujo de ingresos y de gastos del Estado y de las comunidades autónomas? ¿Nos hemos asegurado de que no vamos a desvestir 50 santos para vestir uno? ¿Vamos a lograr de verdad acabar con la miseria y que todos tengamos un nivel de vida digno? Esas preguntas no se han respondido. Se ha propuesto algo que suena muy bien, a lo que nadie puede negarse. Se han ofrecido razones que apelan al corazón y a la solidaridad de todos. No nos hemos detenido a hacer ese análisis exhaustivo y tan necesario que asegura que la medida va a funcionar. Vivimos en un país en el que se proponen muchas medidas que se aplican y que luego tiene consecuencias nefastas.
¿Qué de malo hay en darle un ingreso mínimo a familias vulnerables?
Me interesa acabar con la pobreza, pero no me conformo con la idea de hagamos más pobres a los ricos. He pasado épocas de mi vida donde casi no llegaba a fin de mes y mi idea era 'quiero llegar a fin de mes', no era 'quiero que los demás no lleguen a fin de mes'. Hay que mirar con lupa las soluciones. No se está consiguiendo generar riqueza para todos, sino que se está intentando difundir un sentimiento de crispación y de enfrentamiento entre los que tienen más y los que no tienen menos.
La ley de Riders puede generar conflicto entre los que no quieren contratar a estos falsos autónomos, claro...
Con esa ley, me planteo como economista por qué hay empresas que prefieren tener trabajadores como falsos autónomos. Sé lo que es y lo que se sufre siendo falso autónomo. Es una injusticia brutal. Me pregunto por qué las empresas se ven empujadas a hacer ese tipo de contratos en vez de regularizar su situación. En mi familia tengo falsos autónomos y es sangrante lo que les pasa. Cuando hablas con los empresarios te explican que ellos también están pasando por una situación en la que les resulta casi imposible contratar porque el coste y lo que significa en términos de poder llevar adelante la empresa, se la juegan. ¿Les prohibimos que contraten de esta manera y cierren empresas o analizamos cómo podemos reformar el mercado laboral para que a los empresarios les merezca la pena? Deberíamos analizar los incentivos para los que crean y demandan empleo y cambiarlos para que no lleguemos a esta situación, que es la punta del iceberg.
¿Si no una persona con una empresa no puede contratar de forma digna a sus trabajadores debería cerrar, no?
Me parece muy bien esa idea si entonces asumimos que vamos a tener un paro estructural de un 20%. Es una afirmación que se hace analizando sólo el punto de vista de una persona que está sufriendo un contrato sangrante sin darnos cuenta de que si la empresa cierra supone un coste mayor para la sociedad y la economía en su conjunto. Los incentivos tanto para trabajadores como para empresarios están muy mal puestos.
España es el segundo país del mundo donde más ha crecido la deuda. ¿Le extraña?
No. Los gestos se pagan. Tener gestos electoralistas que no tienen como objetivo el bienestar de los ciudadanos sino la pervivencia del partido político concreto se paga con dinero de todos los ciudadanos. Con el dinero de los ricos y de la señora que tengo a mi lado en el metro. No entiendo cómo no existen penas de cárcel para quien dilapida el dinero de los ciudadanos españoles.
Comienza el libro hablando de las mentiras del Gobierno en plena pandemia. ¿La derecha hubiera reaccionado diferente ante una crisis sanitaria mundial?
No tengo ninguna confianza ni esperanza en la derecha. Ni tampoco en la izquierda ni en el centro (ríe). Soy escéptica del todo. Un gobierno de izquierdas, con el PSOE, habría gestionado mejor la pandemia. Socialistas de pata negra están muy en contra de cómo este gobierno, bicéfalo y con muchas deudas electorales, ha gestionado la pandemia.
¿Le ve futuro a Podemos después de la salida de Pablo Iglesias?
Sí, muy a mi pesar porque no me gusta ese partido político. Pablo Iglesias ahora mismo se va a dedicar a incendiar la opinión pública a través de medios de comunicación. Es muy bueno en comunicación y marketing político. Entre Yolanda Díaz en la vicepresidencia y Pablo con los medios van a hacer que Podemos sobreviva. Tiene más futuro que Ciudadanos a nivel nacional, que ya es algo casi residual. Es una pena. Prefiero que haya varios partidos a que haya dos sobre todo para que haya más vigilancia entre ellos.
¿Qué ha aportado Vox al panorama político además de populismo?
Ha aportado una contrarréplica al Partido Popular. El PP tiene que definirse mejor porque existe Vox. ¿Qué es populismo? Populistas lo son todos. Vox aún está sin definir. Podemos se quitó la careta cuando tuvo que gobernar. Cuando Vox tenga que demostrar con hechos lo que ahora son palabras vamos a ver si son tan populistas o se echan para atrás. No han pasado la prueba de algodón que es gobernar.
¿A lo largo de su carrera, le han llamado más facha o marxista cultural?
Van al 50%. El hecho de que yo sea manifiestamente anticomunista hace que mucha gente me clasifique como facha. Tengo la suerte de dedicarme a la historia del pensamiento económico y me he leído a Marx del derecho y del revés. Me llaman tanto facha como marxista cultural. No me identifico con ninguna de las dos cosas, pero no me molesta que me lo llamen (ríe).
¿Qué opina cuando la oposición saca a pasear el cadáver del comunismo y tacha al actual Gobierno de socialcomunista?
Yo lo llamo socialcomunista porque son socialistas y comunistas. La vicepresidenta acaba de prologar el Manifiesto Comunista de Marx. No es algo que se está inventando nadie. Podemos ha cometido un error enorme: funcionar como partido del Gobierno y de la oposición a la vez. Pablo Iglesias y otros miembros del partido han hecho declaraciones como socios del Gobierno y a la vez han alardeado de ser los mismos incendiarios de hace cinco años. No pueden mantener ese doble discurso. Si son comunistas. Creen que la propiedad privada debe ser redistribuida a la fuerza por la ley. A mí no me parece bien. Son partidarios de la nacionalización de las eléctricas y de la banca. Eso existía con Franco. Les escuece bastante. Algunos miembros de Vox que seguro que hablan de nacionalizar las eléctricas y de volver a lo que hacía Franco, que era socialismo de derechas. Esa cosa horrible y rancia de 'que viene los rojos' deberíamos desterrarlo. Igual que lo de 'que viene los fachas'. Han llamado facha a José Sacristán y a Ana Pastor. Ya se le llama facha a cualquiera que no piensa como tú exactamente. Es un problema. Ese señalamiento es una forma de censura política que funciona.
La identidad no es un concepto estanco, dice. ¿Cómo asiste al mundo de extremos que estamos creando?
La identidad es algo que va evolucionado contigo como persona. El ser facha ha ido mutando como el ser comunista. Los principios básicos son los mismos: ambos son populistas y entienden a una ideología que está cada vez más alejada de la realidad. Es muy interesante ver como en la Comunidad de Madrid y en otros sitios los que han votado a Vox son los obreros que hace poco tiempo votaban a Podemos. El obrero de clase trabajadora de toda la vida ha dejado de ser ideológicamente monopolio exclusivo de la izquierda. Te encuentras con mucha gente trabajadora con una economía muy al límite que se declara abiertamente de Vox.
Juan Carlos Monedero dijo que los que ganan 900 euros y votan a la derecha no le parecen Einstein. Tirándose piedras contra su propio tejado...
Eso es escupir al cielo y no darte cuenta de que te va a caer encima. Estás insultando a tu posible votante. Ningún político debería tener la desfachatez de insultar a nadie que vota a otro partido.
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