Es probable que haya visto algunos de sus dibujos en redes sociales. A mano alzada, retratan los rincones de Málaga: tótems como la Catedral, detalles de la vegetación de El Parque, eventos con solera como el Concurso de Albañilería de la Peña El Palustre, la Capilla del Puerto... Aunque este último quizás ya no.
Son los Urban Sketchers, una red internacional de dibujantes urbanos que en Málaga tiene un grupo con varias decenas de artistas de media edad que construyen a trazos el alma de la ciudad, normalmente con una quedada al mes. Este sábado 19 de septiembre, se encontraron -para su sorpresa- desalojados del Muelle 1, donde habían quedado para dibujar la capilla portuaria, al tratarse de "una concentración no autorizada" que requería un permiso expreso al encontrarse en un "recinto privado", según les explicaron.
Los propios dibujantes cuentan a este periódico que, mientras la treintena de Urban Sketchers reunidos en esa ocasión estaban repartidos por el entorno del antiguo edificio religioso del muelle, se acercó a algunos de ellos un guarda de seguridad del recinto para decirles que no podían estar ni sentados en el suelo, ni en un banco, mientras dibujaban.
"Se nos comunicó que no podíamos estar en el entorno de la capilla porque es una concesión, que no podíamos estar sentados en las sillas, ni en el suelo, para terminar diciendo que no podíamos pintar allí", relata uno de los dibujantes: "Nuestra intención no ha sido molestar a nadie, nuestras quedadas son públicas y sin ningún ánimo de lucro, donde puede apuntarse cualquier persona que le guste dibujar, por eso no entendemos esa insistencia en que abandonáramos el lugar", plantea.
Otro de los participantes es uno de los administradores de este grupo de artistas aficionados, Luis Ruiz, que especifica a EL ESPAÑOL de Málaga que él se encontraba en las cercanías del Colegio de Abogados cuando ocurrió el incidente con la seguridad del recinto, y solo se incorporó al resto del grupo cuando ya estaba terminando.
"Cuando acabamos la actividad, hacemos una foto de grupo y para entonces ya estaba terminando el altercado. El guarda llamó a la policía portuaria, que fue quien directamente dijo que no podía ser", explica Ruiz. El agente comparó su situación con un espectáculo de coches Ferrari que estaba ocurriendo en otra zona del muelle y que -según les razonó- al haber pedido permiso, sí podía estar en el entorno, a diferencia de ellos: "Resultó bastante insultante".
Ruiz define el encontronazo como "una cosa desagradable, un poco humillante incluso", que conforme pasan los días le ha ido "enfadando un poco más" al tratarse de "una especie de síntoma de en lo que se está convirtiendo el puerto".
"Uno de los grandes logros de Málaga es la integración del puerto con la ciudad y el uso ciudadano de los muelles. Durante un tiempo, parece que así ha sido, pero me da la sensación de que se está torciendo con el tiempo", expresa este Doctor en Arquitectura ante el uso de un suelo público sobre el que pesa una concesión que lo convierte, a todos los efectos, en un centro comercial.
El episodio ha sido especialmente sorprendente para ellos ante la simpatía que el grupo malagueño de Urban Sketchers ha disfrutado hasta ahora tanto del Ayuntamiento de Málaga como del propio Muelle 1, que les había invitado a participar en eventos en el pasado: "Siempre ha sido uno de los sitios donde nos gusta mucho trabajar, un sitio inmenso donde pensábamos que podíamos movernos con libertad".
"Nuestra actividad es en principio de las que menos impacto puede tener: un montón de gente silenciosa, dispersa, calladita, dibujando. La gente suele mirar con simpatía lo que hacemos. No entiendo en absoluto lo que pasó", sentencia. Lo compara con las despedidas de solteras "ruidosas" que se han producido en los últimos días en el muelle y ante las cuales no tiene constancia de que se hayan producido quejas por parte de la seguridad del recinto.
"Somos embajadores de nuestra ciudad. Nuestros grupos tienen muchos seguidores, hay gente que visita Málaga atraídos por nuestros dibujos", sostiene Luis Ruiz, que resalta que nunca se habían planteado "la consideración jurídica" del sitio en el que estaban.