Málaga

Belly Hernández, una de los miembros fundadores de Dorian, dio sus primeros pasos en la música con cinco años. Sus padres le regalaron un piano y desde entonces no hubo día que no lo tocara al llegar del colegio. La instrumentista no se imaginaba que se iba a dedicar a esto, pero la vocación era "innegable". La artista forma parte ahora de una de las bandas más relevantes de la escena independiente nacional.

Los inicios del conjunto catalán formado por Marc Gili, Bart Sanz, Lisandro Montes, Víctor López y la propia Hernández no fueron "fáciles". "No surgió de la nada, ni lanzamos un éxito inmediato. Tragamos un montón como cualquier banda. Es una profesión muy bonita y muy hermosa. No era algo que me planteaba. Doy gracias cada día de mi vida", cuenta en una entrevista con EL ESPAÑOL de Málaga. 

Fernández se siente "muy afortunada por haber sido capaz de cultivar este interés, e incluso picar la curiosidad de la gente joven". El grupo barcelonés presentará su nuevo disco en el Brisa Festival, previsto en Málaga del 1 al 3 de julio.

Otra imagen de Dorian.

En Ritual, los catalanes referentes del indie en España traen 11 canciones con las que quieren proponer en un viaje por el mundo, ya que sus nuevos temas tienen letras en español, inglés, francés, portugués, ruso y catalán. Como ellos mismos definen, este trabajo es una oda a lo cosmopolita.

En primer lugar, ¿cómo sienten lo de publicar disco en un año menos pandémico y algo más normal?

Estamos muy emocionados. El ciclo del oficio tiene esto de prepararte un disco en casa, presentarlo en directo y así van pasando los años. Nosotros trabajamos mucho nuestros lanzamientos discográficos. Somos muy perfeccionistas. Presentar un disco es un motivo de mucho orgullo. Es un momento especial para nosotros. Incluso más después de todo lo que ha pasado. Somos conscientes de la necesidad de cultura y de volver a la normalidad que tiene la gente. Lo estamos viviendo precisamente ahora: están volviendo los festivales. Es emocionante volver a sentir el calor de la gente y la emoción al disfrutar de la música en directo a lo grande. 

Desde 2006 se dedican exclusivamente a hacer música. ¿Cómo han vivido esta crisis? ¿Ha visto pasarlo más a compañeros?

Nosotros hemos tenido suerte. Ya teníamos el ejercicio cerrado. Habíamos terminado de presentar nuestro disco anterior y habíamos hecho una gira. Teníamos previsto cierto tiempo para encerrarnos y hacer música. Si estás presentando un disco, no has hecho una inversión y de repente te pasa algo así se hace muy complicado. A causa de esta pandemia lamentablemente va a ver muchos grupos increíbles que nos vamos a perder para siempre. Hablo de grupos que no se han podido desarrollar por cuestiones económicas o que lo han tenido que dejar. Es una pena tremenda. Hay muchas bandas pasándolo fatal.

Hay una canción donde hablan de futuros aplazados. ¿Hay razones objetivas para que los jóvenes quemen contenedores y salgan a manifestarse?

En Lento hablamos precisamente del hecho de no conformarse. La gente cuando ve una situación que no le gusta la denuncia, pero lo da por perdido antes de tiempo. Creemos que no tenemos poder para hacer nada. Son los pequeños gestos los que van conformado un cambio. En esta canción hablamos de eso. Los cambios sociales han ocurrido y ha sido gracias a que la gente ha empujado, ha protestado y se ha movido. Ocurren lentamente. A veces nos hacen creer que no es posible. Si una cosa, denúnciala. Creo que podemos hacer cosas.

Hablamos de pequeños gestos como comprar en el comercio de barrio o no pedir tanto en Amazon.

Claramente. Es justo lo que has dicho. Se trata de ser consecuentes con nosotros mismos, de realizar pequeños actos y de difundirlos. Como cuenta Marc con casos de homofobia o el machismo. En el momento en el que convives con alguien y hace un comentario racista, machista u homófobo, denúncialo y díselo. Se trata de no mirar a otro lado. Son los pequeños gestos los que pueden transformar tu mundo y el de los demás.

En Techos de cristal reivindican un siglo XXI donde la mujer marque el paso. ¿Usted se ha sentido discriminada por su condición de mujer en la industria de la música?

Hay pequeñas anécdotas. No me he sentido discriminada de forma directa en la escena musical independiente. Hablo de la sociedad en general. La sociedad es machista porque no vivimos en igualdad de condiciones. Si viviéramos en igualdad de condiciones no nos sorprenderíamos porque un grupo esté formado únicamente por chicas. Eso se destaca. No hay tantas mujeres en el escenario. No creo que sea por falta de talento, sino porque la sociedad tradicionalmente nos ha empujado a otros trabajos. No creo que la industria sea más machista que otras. Esto, por desgracia, pasa en todos los gremios. No hay mujeres en puestos de poder. Poco a poco nos vamos acercando. Hay una conciencia colectiva más feminista. Lo noto sobre todo con las nuevas generaciones. Las chicas tienen más conciencia de su condición de género, reivindica mucho más y son muy guerreras. Están pasando cosas. 

Siempre me hablan de las pocas productoras o técnicas mujeres en la industria. ¿Cómo no puede haber más mujeres a los mandos?

Cada vez hay más. A mí me ha pasado que he ido a una tienda de instrumentos a comprarme uno y que me digan si era para mi novio. Es muy fuerte. O por ejemplo a que empiecen a ser condescendientes conmigo a la hora de explicarme cosas técnicas. En los últimos tiempos no me ha pasado. Faltan mujeres técnicas, pero cada vez hay más.

En este álbum habláis abiertamente sobre la bisexualidad y también sobre una pareja que está aprendiendo a comunicarse de forma no violenta. 

Si echas la vista atrás, Marc siempre ha tenido una visión bastante política. Aunque sea oblicua, es decir, no tienes que hablar de política en sí y hablas de cuestiones sociales. Igual en este disco un poquito más. Es fruto de la pandemia. Después de pasar por esto Marc sentía que tenía hacer menos egotrip, de cosas que te apelan a ti. 

Algo que apele al colectivo.

Exacto. En este disco se hace más palpable. Se habla del feminismo, de sexualidad, del cambio. 

En Tornado hablan de una "Barcelona gentrificada". ¿Qué opina de que Málaga quiera seguir la estela de la ciudad condal?

Es un fenómeno mundial muy peligroso. Me refiero al hecho de poner en venta tu ciudad. Muchos de mis amigos en Barcelona tienen problemas para encontrar pisos económicos en la ciudad y tiene que irse. El turismo y los pisos turísticos han hecho subir mucho el precio de la vivienda. Es una maldad. Lo que vas a conseguir es cargarte el tejido cultural de la ciudad. Las ciudades tienen un valor por la gente que vive ahí y por las cosas que hace. Eso es lo que una persona que viene a visitar la ciudad quiere ver. Si le ofrecemos un parque de atracciones hecho a su medida perderá el encanto. Málaga lo está haciendo bien. Culturalmente es muy interesante. Tiene una cantidad de museos brutales y de festivales de todo tipo. Es una ciudad culturalmente muy activa.

La malagueña Ana Mena canta en una de sus canciones. ¿Cómo fue la colaboración?

Es maravillosa. Nos sentimos honrados de poder contar con ella. Viene de un mundo muy diferente al nuestro. Antes de una colaboración no sabes bien que va a pasar. Fuimos a grabar con ella y me quedé muy impresionada. Tiene muchísimo talento y aportó 10.000 ideas por hora. Es súper humilde, lista. No tengo nada más que palabras buenas. 

Sus viajes a América han tenido una impronta importante en el disco donde hay ritmos caribeños, chacarera. Les habrán dejado mucha huella esos viajes…

Nosotros desde hace mucho tiempo visitamos América, tanto el norte como el sur, de forma regular. Cuando viajamos un país intentamos ir más allá. No sólo ir de gira y volver, sino que nos quedamos unos días, conocemos a las gentes del lugar y su música. Esa curiosidad se ha trasladado a nuestras canciones. Hemos incorporado sonoridades diferentes. Para un grupo es muy estimulante salir de la zona de confort e investigar. Nos dijimos: "¿Qué pasa si utilizamos el ritmo de una chacarera, una canción tradicional del norte de Argentina y hacemos una canción? De alguna manera en este Ritual se hace mucho más evidente esas influencias de América.

También aparece esa querencia por el hip hop y la cultura de samplear. Incluso un trap. ¿Para cuándo un reguetón?

(Ríe). Somos gente musicalmente abierta. Evidentemente, hay unas sonoridades más familiares o más sencillas de acomodar. Si apetece experimentar con algo, hazlo. Déjate llevar y listos. No hay que tener miedo de experimentar y de probar cosas nuevas. 

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