Pastora Soler: "Mi niña de 7 años me pone en el coche a Bad Bunny, pero yo le meto a Céline Dion"
La sevillana actuará esta noche en el Teatro Cervantes, un recinto muy importante en su carrera musical.
3 diciembre, 2022 04:00Noticias relacionadas
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Su tono es relajado al otro lado del teléfono. Pese a haber cerrado una entrevista con Pastora Soler (Coria del Río, 1978), parece que hemos quedado con Pilar Sánchez, como se llama realmente. Lleva treinta años en el mundillo de la música y con mucho tacto ha conseguido convertirse en una de las artistas más naturales y espontáneas del panorama musical español. Ha sabido mostrar su fortaleza, pero también su fragilidad cuando esta ha aparecido, como cuando tuvo que abandonar la música temporalmente hace ocho años para resurgir como un Rascacielos; así se llama, por cierto, su último sencillo.
Ha tenido tres años para crear sin prisa Libra, su último disco, sabiendo controlar los ritmos frenéticos de la industria. Se enfrenta a la Navidad con ganas e ilusión y ruega salud para toda su familia, su motor. Especialmente para sus niñas, por las que hace todo y más; hasta soportar una vez más en el coche el "Quééééééédate" de Quevedo o el "Tití me preguntó si tengo muchas noviaaaas" de Bad Bunny, siempre que se intercalen con alguna copla o la BSO de El Gran Showman, su favorita. Pastora Soler visita Málaga este sábado para darlo todo -como siempre- en el Teatro Cervantes, un recinto muy especial para ella y EL ESPAÑOL de Málaga ha tenido la oportunidad de charlar un rato con ella.
Vuelve a la que ha sido su casa por Navidad...
Sí, qué ilusión. Después del estreno el del Cervantes es el primer concierto y, en serio, siento mucha responsabilidad. Llevan meses las entradas agotadas.
¿Qué se van a encontrar los malagueños este sábado? ¿Habrá algo de Libra? ¿Será un mix con su gira actual?
Exacto. Hemos integrado algunos temas de Libra al espectáculo que llevamos ofreciendo durante todo el año. Tenían que estar. De verdad, qué ganas. Es una cita muy esperada para mí.
Los malagueños le adoran. El pasado 23 de noviembre estuvo firmando ejemplares de Libra en el Larios Centro y la cola era considerable. ¿Qué tal ha sido la acogida del disco?
Málaga siempre me acoge con mucho cariño desde que empecé la carrera. Me encanta venir porque siempre es el punto de encuentro con gente que hacía tiempo que no veía y que llevan años viéndome. Ha sido una semana emocionante. Han pasado tres años desde mi disco anterior, han pasado muchas cosas y el público está receptivo porque tiene ganas de sentir de nuevo cosas.
Libra es su disco número 13. ¿Es Pastora Soler una mujer supersticiosa? Me consta que su amiga India Martínez es todo lo contrario, pondría el 13 en cualquier parte….
Pues mira, no. Tengo muchas manías propias, mis rituales... Fui supersticiosa en su día, pero me di cuenta de que era un lastre que no valía para nada. No tenía sentido y lo dejé de lado. De hecho, el número 13 es para mí también un número lleno de energía y me alegro mucho de que se haya juntado con el título que es mi signo del zodiaco.
Dice siempre que usted es muy Libra, pero ¿con qué rasgo del signo se identifica más?
Con el equilibrio es con lo que más me identifico. Además, conforme voy cumpliendo años es algo de lo que me voy dando cada vez más cuenta. De lo mucho que necesito equilibrio y de su importancia en mi vida. Es fundamental un equilibrio de lo profesional y lo personal y, en el caso de la música, siempre he tratado de guardar un equilibrio en las influencias. Hasta como madre, en la vida familiar, el equilibrio también es importantísimo.
¿Cree que Libra es una radiografía de Pastora Soler? ¿Se ve su interior escuchando el disco?
Sí. Musicalmente y artísticamente creo que este disco tiene todo lo que soy. No solo hay un sonido o un color, hay muchas influencias. Quien me conozca, sabe que eso es parte de mí, de mi personalidad. Quien va a mis conciertos sabe que siempre tiene que haber un recuerdo a temas que me han marcado en mi vida musicalmente hablando. Las historias, los sentimientos... en este disco hay fragilidad, pero también hay fuerza.
Precisamente en Rascacielos habla de un renacimiento. Como dice la letra, ¿ha tenido que vivir en las cenizas en más de una ocasión para levantarse como un rascacielos?
Muchas veces. Creo que todos lo hacemos, además. Todos en algún momento de nuestra vida hemos sentido algo así, sobre todo cuando se tiene un bagaje, madurez y experiencia. Todos nos hemos tenido que caer para levantarnos, es algo necesario y vital. Se aprende de estas lecciones de vida, es algo que nos crea una base diferente a la hora de pensar y de vivir. Además, cuando nos decidimos, no nos levantamos de cualquier forma, nos levantamos hasta lo más alto, como un rascacielos.
El ejemplo más grande es el parón que hizo a razón del miedo escénico. Qué valiente fue para frenar y conseguir ayuda para superarlo cuando no se hablaba ni se entendía la importancia de la salud mental. ¿La Pastora que está hablando conmigo agradece ese gesto a la Pastora del pasado? Hay mucha gente que no sabe frenar ni por desgracia puede pedir ayuda cuando vive algo así.
Efectivamente, ni sabemos pedir ayuda ni sabemos reconocer un problema que nuestra voz interior nos está gritando. Fallamos en no escucharnos a nosotros mismos y reconocer que algo va mal. No es algo malo. A veces lo peor que podemos hacer es forzarnos a intentar llegar al final, a la meta, sin pedir ayuda. A veces, parar a tiempo puede ser una solución. A mí me pasaba que yo hacía gala del "Yo puedo, yo puedo...", no me escuchaba y me vi obligada a alejarme de los escenarios y a hacer ese parón que para mí supuso un antes y un después en esta nueva etapa, una nueva historia.
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Usted decidió dar el paso de retirarse de los escenarios momentáneamente tras dar un concierto, precisamente, en el Teatro Cervantes. Este sábado va a montar una fiesta para celebrar la vida.
Así es. Hace ocho años justos. Fue un 1 de diciembre cuando lo anuncié en mis redes sociales y el 30 de noviembre se celebró el concierto de Málaga, donde me falló hasta la garganta y ya comprobé que las cosas se tenían que tratar. Desde entonces, han ocurrido muchísimas cosas y he conseguido levantarme... como un rascacielos (risas).
La pandemia nos obligó a frenar... y nos vino bien. ¿Cree que sin el confinamiento hubiese podido pasar tres años preparando su disco con tanto mimo en una industria musical de ritmos frenéticos? ¿Se debería aplicar más el concepto de la vida slow en el panorama de la música?
Sin la pandemia me da a mí que no hubiese tardado tres años. No es usual. Creo que me tiré cuatro años sin sacar disco cuando hice el parón. Y me parece fuerte, porque veo que sale un producto mucho más pensado y elaborado, algo muy positivo.
Vivimos una inmediatez en los consumos que no beneficia nada a la música, diría que la daña. Esa manera de consumir singles que en dos meses están caducados no me parece, la verdad. A las canciones hay que darles asiento. Este disco lo conforman doce historias que no se pueden consumir, desde mi punto de vista, tan a la ligera. Hay canciones que te pueden acompañar un día por tu estado de ánimo y otros días conoces otra porque te sientes de otra manera.
Ya es raro hasta sacar disco.
Sí, tal y como están las cosas en la industria hay que sentirse afortunada por tener la oportunidad de poder sacar un disco como todos lo conocemos. Es algo que tiene los días contados desafortunadamente. Creo que empezaremos a sacar singles y los discos serán cosas de coleccionistas, una pena. Y más en vinilo... ¡con el encanto que tienen!
¿Cómo consume música? ¿Es romántica de disco?
Pues mira. Siendo sincera, últimamente de manera digital. El formato del vinilo creo que va a beneficiar a la venta por el coleccionismo, estoy segura. Es un formato muy chulo. El regalo de estas navidades tiene que ser un tocadiscos con un buen pack de música para vivir la esencia que yo he vivido en mi infancia en casa de mis padres. Lo mismo lo rescato yo también. El coche me obliga mucho al consumo digital... Con mi niña de siete años tengo que negociar turnos. Le digo que pone una ella y una yo y le voy comprando música que le gusta.
¿Y qué pone? ¿Les gusta el reguetón a sus hijas?
Pues sí, pues sí. Para que te voy a engañar. A la pequeña le pongo lo que yo quiera, pero a la de siete años sí le gusta. Se deja influenciar por lo que hay hoy en día. Tampoco quiero imponerles nada, hay que ir acorde con las corrientes, pero le meto por ejemplo intercaladas la BSO de El Gran Showman, que me encanta... o mis canciones de Céline Dion o incluso copla, sí. Pero eso con algunos temas de Bad Bunny en medio. Me las tengo que comer, pero al final me las aprendo y las canto y todo (ríe).
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Y viendo el panorama y tras tantos años sobre las tablas… tanta experiencia… ¿Le haría gracia a Pastora que sus niñas salieran artistas como la madre?
La verdad es que están viviendo un ambiente muy propicio... a amar la profesión u odiarla. Si llega el día y dicen esto, sí veré que fuera porque lo sienten así, de manera vocacional, y no porque su padre y su madre se dediquen al mundillo. Si veo cualidades y vocación, las ayudaría igual que me ayudaron a mí los míos. Yo en mi casa era un bicho raro, nadie se había dedicado a esto antes y eso causaba que mis padres, en un principio, lo vieran como algo pasajero... pero siempre estuvieron a mi lado apoyándome y así lo haré yo si eso ocurre con las mías.
Quiero saber su opinión sobre la polémica de la última semana de las preguntas machistas en programas de televisión [El Hormiguero]. He echado un vistazo a los medios y en pocas entrevistas de tele, radio y prensa no le preguntan por la maternidad y la conciliación. ¿Cree que a los hombres se les pregunta de la misma forma cómo se organizan para cuidar a sus hijos?
Es un asunto complicado. Hemos conseguido muchas cosas para que seamos iguales, pero queda mucho por hacer. Creo que en ocasiones tiene que empezar la cosa por nosotras mismas, porque exista la sororidad entre nosotras. Hay mucho por hacer. A mí la conciliación me cuesta mucho. A mi marido también, pero pasa más tiempo fuera que yo. Yo me pongo unos límites y más de una semana no me tiro fuera de casa nunca. A lo mejor los hombres lo viven de otra manera. En muchos sentidos, como digo, queda mucho por recorrer. En el caso de las preguntas en entrevistas, cómo se nos trata a un género y a otro... es uno de ellos. No tiene nada que ver. Otra cosa es el aspecto físico. Tú tienes que estar a la moda y delgada, no vayas a engordar. A ellos no se les pide normalmente ni la mitad. En muchas cosas parece que se ha avanzado, pero en otros... hay trabajo.
Y me preocupa esta cuestión bastante. Tengo dos hijas y en ocasiones veo incluso un poco de retroceso y me digo "¿Qué mundo les dejo?"... Creo que presumimos de muchas cosas en redes sociales, pero vamos dando pasos demasiado cortos, muchos de ellos hacia atrás, como sociedad. Tanto en la igualdad como en la salud mental. Vamos de abanderados y luego aparece una compañera en una situación concreta y se le da por todos lados. Lo mismo ocurre en la lucha del colectivo LGBT, un público muy importante para mí. Tengo a mis dos niñas y pienso si alguna vez se verán juzgadas por su condición sexual cuando ellas lo decidan. Vamos de comprensivos, pero no lo somos nada. Veo regresión y me da miedo, en serio.
Por despedirnos con el toque navideño y positivo, ¿qué le pide al nuevo año o a los Reyes Magos?
Soy una básica, pero mucha salud, lo único que importa. Cuando falta alguien la Navidad es diferente. Mi padre padeció una enfermedad larga como es el cáncer. Qué vamos a decir de ello... Salud para todos los míos, para todos y también para mí, por qué no, para criar a mis hijas. Quiero estar bien por ellas y para poder seguir trabajando y disfrutando experiencias que da esta carrera tan bonita, saboreando el camino.