Fernando Gómez Hernanz atiende en una entrevista a EL ESPAÑOL de Málaga junto con una de las trece maquetas que expondrá a partir de este miércoles en el Museo del Patrimonio Municipal (MUPAM). Es el obelisco de la Plaza de la Merced, y tiene churretes. No es un error, ni un desgaste del paso del tiempo sobre la figura: hasta su reforma de 2010-2012, el homenaje al general Torrijos lucía esas marcas de suciedad. Gómez Hernanz ha replicado hasta esos mínimos detalles.
"Supongo que puede sorprender la precisión con la que está hecho...", admite Hernanz, manchego de nacimiento e ingeniero aeronáutico de profesión. Estudió en Madrid, luego fue a trabajar a Barcelona y finalmente aterrizó en Málaga. En la capital de la Costa del Sol ha vivido en las últimas décadas, y a sus rincones ha dedicado gran parte de su obra: de hecho, la fachada de la iglesia del Sagrario o el retablo de la capilla de Santa Bárbara de la Catedral son algunas de sus maquetas más preciadas.
Descubrió su habilidad hace más de cuatro décadas, con una enfermedad infantil de una de sus hijas que le forzó a hacer de enfermero y pasar mucho tiempo a la espera. Fue en ese momento cuando hizo su primera reproducción a escala, una maqueta en madera de las Casas Colgantes de Cuenca. Desde entonces, ha ido aprendiendo de forma autodidacta pieza a pieza: las comenzaba, paraba, pasaban meses, continuaba... El proceso ha sido frecuentemente irregular, pero siempre culminado.
"Nunca he abandonado ningún proyecto. Lo he dejado apartado porque en ese momento no podía seguir, no me veía capaz... pero en tu cabeza lo vas recomponiendo o él solo se va encajando. Hay veces que me paro pensando cómo lo abordo y por la noche lo consigo encajar", explica Gómez Hernanz, que asegura que cuando empezó le hubiera resultado imposible plantearse las obras que ahora ejecuta. Ha sido una victoria de la constancia.
¿Cómo lo hace? "Lo primero es hacerlo en cartón. La figura de cartón la sumerges en silicona, se inunda en agua y se deshace el cartón. Queda la silicona con el hueco. Luego, lo rellenas con un compuesto cerámico especial, que es el que tienen los protésicos dentales para hacer la réplica de tu dentadura", desarrolla.
"Es volver a construir lo que tú ves en la fachada. Tienes que hacer muchas fotografías de alzado y de cada elemento; si no, contar la cantidad de elementos que tiene la fachada para averiguar la altura. Según la altura que tenga la pieza, sacas la escala. Es un proceso muy bonito en el que vas abordando las formas y las piezas, que van respondiendo, y te anima, y te motiva", amplía.
A él, las fachadas le sugieren "precisión, arte, historia..." Le gusta mirarlas para descomponerlas. Al trabajarlas como maqueta, se tiene que imaginar cómo se hicieron originalmente y tratar de imitar el proceso. "Es muy complejo, pero tienes que ver las líneas principales de cómo está construido, y volver a construirlo", concreta Gómez Hernanz sobre su último proyecto, la fachada del Palacio Episcopal.
"Es captar la belleza. Una vez la tienes, te la llevas a casa y te recreas contemplándola", resume. Él no lo considera un arte, "sino una habilidad para copiar". Su hijo, también Fernando Gómez, lo califica de "coleccionista de arquitectura".
Ha sido justamente el impulso de su hijo, que ha ejercido como comisario novicio, el que ha facilitado que el MUPAM muestre desde este miércoles 17 de mayo a las 18:30 horas hasta el 27 de agosto (Noche en Blanco incluida) un recorrido por su trabajo. Gómez Hernanz ha hecho dos exposiciones antes; pero "ninguna tan importante como esta", admite. "Es un honor muy grande que hayan considerado digno que mis piezas ocupen un espacio en el museo. A ver qué respuesta le da el público...", se pregunta.
No obstante, no será la primera vez que sus obras llegan al ojo público. Una de sus obras más célebres es su recreación de los 16 Atlantes del exterior del Ayuntamiento, que se dice que representan al contribuyente que sostiene sobre sí a la Administración con el peso de los impuestos. La exalcaldesa Celia Villalobos le llamó y le encargó a Gómez Hernanz una de esas réplicas para regalársela al expresidente del Gobierno José María Aznar en una visita a Málaga. La anécdota fue comentada por la prensa y dio visibilidad a su obra.
La exposición consta de una sección consta de pórticos y puertas, ventanas y balcones, fachadas de todo tipo, por un lado; y otra sección más dedicada a explorar el taller y el propio proceso de creación de estas pequeñas obras de arte, acompañada de un vídeo documental hecho ex profeso.
¿A partir de esto, qué viene después? "Es un proceso de tantísimos años, que necesito seguir. No quiero parar, así que continuo", se reafirma el autor de las maquetas. Se plantea recrear otros rincones tan malagueños como la estatua del Marqués de Larios entre su calle homónima y la Alameda Principal, o la de Manuel Agustín Heredia en su avenida también del mismo nombre.
Y guarda un deseo para el visitante a su exposición: que le ayuda a "valorar lo que tenemos en Málaga de otra manera, de forma distinta a la natural". "No pienso que sea tan importante como para que llame la atención y mueva a hacer cosas", dice Gómez Hernanz. Por si acaso, él recreó los ya extintos churretes del obelisco a Torrijos o las esculturas mutiladas y decapitadas del Sagrario para dejarlo claro: el patrimonio, además de multiplicarlo, hay que cuidarlo.