Ghost forma parte de ese grupo selecto de historias románticas del cine que marcaron a toda una generación. Muchos jóvenes desearon tener algo parecido a lo que Sam y Molly tuvieron, pese al fatídico hecho que le ocurre al primero. Un amor indestructible que ni la muerte separó. La película, estrenada en 1990 y protagonizada por Patrick Swayze, Demi Moore y Whoopi Goldberg resultó un pelotazo que ahora ha sido trasladada a los teatros en forma de musical.

De hecho, el elenco acaba de llegar al Teatro Cervantes de Málaga, donde estrenaron este jueves 20 de julio y donde permanecerán hasta el próximo día 30. David Bustamante, Ricky Merino y Christian Sánchez se turnan en el papel de Sam (este último también encarna a Carl en algunos pases), mientras que de Molly se encarga la actriz Ana Dachs. 

Pocos musicales tienen tanto de la película en escena. Es un musical de lo más cinematográfico, aunque suene extraño, y culpa de ello la tiene Federico Bellone, el director artístico y encargado del diseño de toda la escenografía. En determinados momentos del show, los espectadores se quedan boquiabiertos por la rapidez que hay en las transiciones y en determinados trucos de magia gracias a los cambios de luz. El maravilloso trabajo de montaje y desmontaje en equipo hace que aún luzcan más estos detalles. Sin duda esto aporta un toque sobresaliente, pues no es nada fácil llevar al teatro la muerte de varios personajes y representarlos en el más allá.

La llegada del musical a Málaga se ha visto mermada por la polémica. Apenas unos minutos antes del estreno el pasado jueves, se escuchó por megafonía que David Bustamante no actuaría por problemas médicos. El cantante había atendido durante la tarde a diferentes medios, pero sus problemas en las cuerdas vocales le impidieron salir a cantar. Este viernes anunciaba en su Instagram que, pese a intentarlo, va a tratar de descansar durante el fin de semana para retomar con fuerza el show durante la próxima semana. Sin embargo, esta medida no ha sido aceptada por parte del público. Muchos de ellos, durante el día del estreno, se marcharon en mitad del musical y otros llegaron a poner hojas de reclamaciones a la salida y se quejaron en redes sociales. 

En su lugar, el día del estreno, actuó Christian Sánchez, que firmó una magnífica actuación de principio a fin tanto en lo musical como en la interpretación. Pese a que hubo algunos problemas de regulación de volumen entre las voces y la música en los primeros momentos, estos se solventaron a posteriori. No se entienden los comentarios en redes sociales donde se quejan de supuestos "gallos" y "desafines", que no tuvieron lugar. De hecho, Ana Dachs, quien tuvo más problemas con su micrófono, fue probablemente la más brillante en lo vocal. El propio Bustamante ha pedido comprensión en defensa de sus compañeros.

Pero si hablamos de interpretación, los ojos se fueron para una murciana que tuvo que encarnar a Oda Mae Brown, la histriónica médium que ya representó en su día Whoopi Goldberg, Patricia Serradell. Los que se marcharon por no poder ver a Bustamante se perdieron a una actriz absolutamente brutal en escena. La joven se hizo con el público en el bolsillo con su peculiar gracia y arte en los temas musicales, pero especialmente en los diálogos, donde conseguía sacar de quicio al espectador mientras que este se moría de la risa.

Junto a los músicos, dirigidos por Julio Awad, un total de 17 artistas hacen magia durante dos horas que se hacen, por experiencia, muy cortas, y que dejan con ganas de más.  Los precios de las entradas van de los 20 a los 65 euros. En total, serán 13 funciones en total -de jueves a domingo- las que la compañía represente en el Teatro Cervantes de Málaga capital.

Sinopsis

Sam y Molly ven truncada su felicidad tras el violento fallecimiento de él en un atraco. El espíritu de Sam se resiste a abandonar el mundo de los vivos: la necesidad de proteger a su chica de la misma amenaza que le arrebató a él la vida hace que permanezca presente en forma de fantasma. Con mucho esfuerzo y tras no pocas vicisitudes, intenta advertir a Molly del peligro que corre. Aquí es cuando aparece Oda Mae Brown, una estafadora que se hace pasar por medium para ponerlos en contacto.

Amor, humor, intriga y lo sobrenatural unidos a unas canciones inolvidables y unos efectos escénicos extraordinarios dan lugar a una experiencia perfecta para todos los públicos.