Aunque parece que fue ayer cuando vimos a Aitana con su cabello largo y flequillo recto, zapatillas y vaqueros cantando en el interior de la academia del talent Operación Triunfo, este otoño se cumplen seis años de aquel momento tan especial para la joven, que apenas tenía 18 cuando la fama le llegó de golpe tras alzarse con el segundo puesto en el concurso. 

Desde entonces, Aitana ha recorrido toda la geografía española y latinoamericana ofreciendo conciertos, con todo lo que ello conlleva. Ha vivido todo tipo de experiencias y emociones. Ha tenido subidas, pero también bajadas. "A mis 24 años, estoy agradecida con la vida por todo lo que me ha dado", reconocía la joven este sábado, en su concierto en el Auditorio Cortijo de Torres de Málaga capital, que visitó por primera vez en solitario para presentar Alpha, su nueva era.

Una era en la que reivindica el empoderamiento y la libertad de la mujer, pero también demuestra mucha madurez. Hay quien dice que Aitana ha cambiado "demasiado" y que está irreconocible, pero después de verla en directo, la palabra que mejor la define es evolución. Las últimas veces que la joven cantó en el Auditorio Municipal Cortijo de Torres fueron en el marco de la gira del propio programa que la hizo famosa y algunos festivales de Los 40. En todas estas actuaciones veíamos a Aitana como la niña que era, repleta de inseguridad, interpretando sus primeros temas, como Vas a quedarte, Lo malo Nada sale mal.

Aitana en un momento del concierto. S.L

Seis años más tarde, sigue la esencia de aquellos shows, pero la pequeña oruga se ha convertido en mariposa. Aitana sigue siendo energía pura en el escenario, pero ahora lo pisa con fuerza y cambiando las zapatillas por unos tacones de varios centímetros que no cualquiera sabría manejar. Porque quiere y porque puede. 

Esa lección fue la que trató de dar a las miles de niñas pequeñas que fueron a verla acompañadas de sus familias. "Haced siempre lo que os apetezca", dijo antes de interpretar un tema que lleva dándole dolores de cabeza desde que inició la gira en Valencia hace apenas unos días.

Algunos padres y madres se quejaron de la sensualidad de Aitana durante la actuación de miamor, donde precisamente habla de cómo una chica vive a su manera la sexualidad:

"Me dijo: Cuando quieras, nos vamos (nos vamos) / Obviamente, le dije que sí, ey (que sí, le dije) /Con un beso en el cuellito, empezamos / No nos aguantamos / Yo quiero seguir, ey, ey"

Lejos de arrodillarse ante los haters, la joven incluso lanzó un beso a todos ellos antes de empezar a bailar, como diciendo: "Ahí lo lleváis". No cambió ni un ápice de la coreografía, algo que fue aplaudido por gran parte de los asistentes. Unas 12.000 personas abarrotaron el auditorio, donde no cabía ni un alfiler. Una marea verde --la artista decidió que ese era el color del dresscode en Málaga-- hacía cola desde primera hora de la mañana para ver a Aitana desde lo más cerca que se pudiera.

Aitana en el concierto de Málaga. SL

Los sonidos de la catalana son ahora más bailables y eléctricos, pero también sigue cantando baladas e incluso no reniega de los temas que le dieron el éxito como Vas a quedarte Con la miel en los labiosun tema que dudó mucho si meter en la gira, pero que al final introdujo como agradecimiento a sus fans.

Entre las anécdotas del concierto, las caras de intensidad de algunas niñas que no levantaban un palmo del suelo cantando a todo volumen (y con la mano en el pecho) frases de baladas como "A nuestra historia le hace falta una segunda parte / Aunque nos digan que eso nunca sale bien"

Sin embargo, aunque lo sentían como la que más, los temas que más disfrutaban las peques eran los singles como Formentera, Los Ángeles Mon Amour, pero el momento estrella llegó con Las Babys. Habrá que consultar el libro de los récord Guinness, pero probablemente Aitana sea de las pocas artistas en el mundo que haya conseguido poner a bailar a la vez a tantas personas la icónica coreografía de Saturday Night. Y todas con una sonrisa de oreja a oreja.

Aitana animando al público. SL

Pese a que la cantante ha reconocido que tras ver a Rosalía o a Harry Styles en directo se ha dado cuenta de que sus conciertos a veces "son podcasts" por lo mucho que habla, ha querido sentarse en el escenario para contarle a su público, a mayores y niños, ha recalcado, que "la vida son cambios constantes".

"Si alguien está pasando un mal momento o un momento de cambio, al final, acabará dándose cuenta, como me paso a mí de que queda mucho por vivir. Todo cambio es experiencia... y al final siempre es a mejor", confesó muy emocionada antes de cantar The Killers, donde habla de la última ruptura que vivió.

Y es que 2023 ha sido un cambio muy grande para Aitana, sobre todo en el plano sentimental, algo que se nota también en alguno de sus nuevos temas. Dos extraños es todo un dardo para Miguel Bernardeau, su expareja, mientras que Luna, es una carta de amor hecha canción para Sebastián Yatra, su pareja actual, que no ha podido acudir a verla como sí hizo en Valencia porque tenía un concierto en México.

Aitana, en la oscuridad del escenario. SL

Quizá sea ese crecimiento personal, acumulando vivencias, lo que haya provocado que Aitana haya mejorado tanto sobre las tablas de un escenario. A destacar su técnica vocal --se nota el trabajo de su coach Mamen Márquez, que ha logrado que la catalana baile sin ahogarse--. La artista ha clavado todos los agudos, especialmente en un tema tan complicado como Dararí

Aitana ha hecho lo que le ha dado la gana hoy. Ha saltado de felicidad cuando una niña le ha regalado un peluche, ha llorado recordando un bache emocional, pero también se ha mordido los labios antes de perrear hasta el suelo. Al final la vida es eso. Experiencias y aventuras de principio a fin. Evolución de alpha a omega.

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