Milena Smit y Aixa Villagrán están pletóricas. Se acaba de subir al barco, o más bien al transatlántico, de La chica de nieve Miki Esparbé. El actor representará en la segunda temporada de la exitosa serie a Jaime, un periodista que llega al periódico donde trabaja Miren Rojo (Milena Smit) y junto a ella se adentrará en otra extraña desaparición, esta vez, en el marco de un colegio elitista. Villagrán, por su parte, volverá a ser la inspectora Millán y trabajará desde la policía para evitar que la periodista siempre se le adelante en las investigaciones.
La alegría de ambas también es la de Miki, que está "encantado" de incorporarse al equipo. "Jaime Bernal es un periodista de raza. Regresa a Málaga porque su familia vive aquí después de haber tenido una mala experiencia en Madrid. El Diario Sur le acoge para que investigue el caso que aborda la segunda temporada con esta señorita que tengo al lado", dice con una sonrisa cómplice mirando a Milena Smit. "[Miren] se mete ahí a fondo investigando para llegar hasta el final", añade Smit, que reconoce estar contenta por compartir gran parte de las secuencias con este nuevo fichaje de la colaboración de la productora Atípica Films y el gigante Netflix.
Aixa Villagrán afirma que esta temporada está disfrutando más que nunca porque su personaje tiene muchas más "luces y sombras". Además, asegura que el personaje le está haciendo tocar muchos palos y capas diferentes. "En la primera temporada no tenía carné de conducir. Ahora sí, me lo he sacado a los 44 años. Y he tenido el privilegio de derrapar un Touareg de narcotraficante por la playa. Igual no debería decir narcotraficante... Aunque a Netflix le encantan los n...", dice, ante las carcajadas de sus compañeros.
Además, la sevillana cree que hay que poner en valor que, una vez más, el peso de la trama recae en mujeres. "Estamos acostumbrados a que los superhéroes sean hombres. Es verdad que tenemos a Miki, en el que también recae mucho peso de la trama, y otros actores como Marco Cáceres, Luis Callejo, Luis Bermejo... pero es verdad que el peso [más grande] lo llevamos las dos mujeres y eso me congratula bastante", dice.
Villagrán define la convivencia en equipo como un "Gran Hermano" y siente que esa complicidad se transmite al ámbito profesional. Sin ir más lejos, solo unos minutos antes de la entrevista y frente a los periodistas, se cambiaba unas botitas tipo UGG que le servían de babuchas cómodas por unos botines marrones de pico. No hay mayor símbolo de sentirse en casa que plantarse unas zapatillas cómodas.
Están rodando en Málaga una vez más, una ciudad sobre la que en el rodaje de la primera temporada Milena Smit prometió que "iba a lucirse muchísimo". Y no le faltó razón. Los malagueños pudieron reconocer decenas de localizaciones diferentes, eso sí, con sus pertinentes contrastes. Igual veías El Palo, que el Centro de Málaga o un edificio algo abandonado en Huelin. Ese es el encanto de la fotografía de esta serie.
Así, insisten en que más allá de la imagen, Málaga es la ciudad perfecta para trabajar... e incluso para vivir. "Ayer me sorprendí con mi madre, que me está visitando... hojeando casas en Idealista. Se vive muy bien, se come muy bien. Hay playa, hay turismo... Tiene todos los ingredientes para ambientar un thriller. Disfruté grabando en Benalmádena el otro día, aunque fue un rodaje duro, de noche", dice Villagrán.
A Milena le llama poderosamente la atención el trato de los malagueños. No solo por el respeto que suelen tener en los rodajes, sin sobrepasar la línea de seguridad, sino fuera de ellos. "Incluso cuando voy a hacer la compra o voy a dar un paseo. La gente siempre es muy amable. Se agradece mucho, ¿sabes? Porque hay otras ciudades o países donde de repente hay un choque cultural que dices '¡Hostia!' Aquí lo noto mucho", declara.
Para Miki, lo mejor de Málaga son sus museos. Siempre que puede, cuando visita el Festival de Cine de Málaga hace una pequeña ruta por algunos de ellos como el Pompidou o el CAC. "Es una ciudad que invita a absolutamente a todo. Nunca había rodado aquí y me lo estoy pasando en grande", dice el actor, que aunque formó parte del elenco de Brigada Costa del Sol, no pudo disfrutar de la capital. Gran parte del rodaje, señala, fue en Torremolinos.
Pero no todo es idílico en Málaga según Villagrán, que desvela entre risas una anécdota divertida de la primera temporada. El primer día de rodaje grabaron Milena y ella una de las escenas finales y les salió absolutamente brillante. "Había un árbol en medio de las dos... Con un pene verde gigante [dibujado con grafiti]", apostilla. Aquella localización comenzó a perder puntos por culpa de aquel árbol donde, por cierto, sigue aquel aparato reproductor masculino. Eso sí, no era verde, sino negro. Como es evidente, tuvieron que repetir la escena y, aseguran, nunca les salió igual de bien.
Y tras aquella curiosa anécdota 'viril', la rueda de prensa se cierra con mucha intensidad. Después de ver cómo Milena ha ido hilando proyectos uno tras otro después de protagonizar a Miren, es imposible no preguntarle si cree que este personaje le ha cambiado la vida. Milena resopla al oír la pregunta: "Uf".
La chica de nieve, apunta, le ha cambiado en muchos aspectos. Le ha hecho mejorar como actriz, porque es un rodaje exigente con un personaje muy difícil, con un pasado y un trauma. "Lo que le sucede a esta mujer es muy doloroso y muy duro. Mi forma de trabajar en ese momento era diferente, entonces me llevaba el personaje a casa, lo pasaba un poco mal y es verdad que ha sido mucho aprendizaje en ese aspecto, he tenido la necesidad de aprender a dejar el personaje en el set para poder retomarlo al día siguiente y estar en casa tranquila. Ahora puedo disfrutar fuera del personaje también, me noto más sociable, no me encierro tanto", explica, a la par que pide a los directores de cine y a los equipos de casting que la escojan para comedias. "Los directores de casting se creen que solo soy muy intensa y me encanta hacer thriller, pero una comedia que otra intercaladita, se agradece", zanja con una sonrisa.