Es uno de esos pocos jueves que en Málaga amanecen nublados. Algunos niños salen del colegio García Lorca disfrazados como los héroes de las películas de dibujos animados a los que tanto adoran. Lo que no saben muchos de ellos es que a apenas unos metros de la puerta de su cole, en la avenida Comandante Benítez, el equipo de Netflix está rodando una serie que, probablemente, muchos de sus padres verán en el salón de su casa cuando salga en unos meses.

Se trata de la segunda temporada de La chica de nieve, basada en la novela El juego del alma del escritor malagueño Javier Castillo. Este jueves, precisamente, el de Mijas se encuentra visitando el rodaje, eso sí, tras las cámaras y con cascos colocados, atento a las escenas que se están rodando.

Castillo conoce ya a todo el equipo técnico y al elenco de actores, sabe cómo funciona ya un rodaje y ha vuelto a estar detrás del proceso de creación del guion junto a Jesús Mesas y Javier Andrés Roig ('Deudas', 'Estoy vivo'), por lo que reconoce que está “muy tranquilo”, por lo que tampoco está visitando mucho el rodaje.

En parte por esa tranquilidad, pero también porque está inmerso en su próxima novela, que será el final de la protagonista de la serie, Miren Rojo. "Lo estoy pasando muy mal escribiendo, pero al mismo tiempo disfrutando, porque pasarlo mal al final hace que funcione, porque te involucras. Los capítulos de Miren están en primera persona y revisando y revisando... Cada capítulo acabo llorando", confiesa.

Cualquiera confiaría en el equipo de la serie después de los resultados de audiencia de la primera temporada. En apenas unas horas desde su estreno, se convirtió en el número 1 mundial de series en habla no inglesa más vistas en la plataforma norteamericana. Así, estuvo en el Top 10 de 77 países durante varias semanas, incluyendo números 1 en países como España, Suecia o Bélgica.

La escena que se está grabando ante nuestros ojos tiene a Milena Smit (Miren Rojo) como protagonista. Después de que la claqueta indique que se está rodando una de las escenas del capítulo 3, la actriz sale del portal del número 14 de Comandante Benítez con una gabardina y algo preocupada hablando por teléfono. Habla con Nacho. “¿Has oído hablar de El juego del alma? ¿Te suena de algo? ¿Puedes hacerme un favor? ¿Puedes preguntar a tus amigos del colegio si les suena ese nombre? Es importante, Nacho, conmigo no van a querer hablar. Di que es de Internet, un juego#, pero sé discreto, ¿vale?”, expresa.

Con esa breve intervención, ya se puede vislumbrar que Miren sigue con esa obsesión por encontrar la verdad de cada caso que le llega. Cabe recordar que en el final de La chica de nieve, Miren está firmando su nuevo libro cuando alguien le deja sobre la mesa un sobre en el que pone “¿Quieres jugar?”. En su interior estaba la fotografía de una chica amordazada junto a un nombre y un año: Laura Valdivia, 2012.

La cámara la sigue en su salida a la calle. De hecho, se cruza con un hombre que le da los buenos días. Vive en el mismo portal del que ella ha salido. Cuando entra, la cámara enfoca a la puerta, que está entreabierta, y se aprecia cómo un encapuchado accede sigilosamente al interior. “¿Quién será? Si habéis leído el libro y hacéis memoria quizá podéis saber quién es”, bromean desde el equipo mientras la prensa observa minuciosamente cada gesto de los actores.

Aunque toda la escena se rueda en la acera este de la calle, donde se encuentran los edificios, en la más cercana al río se ubica el set. Desde allí, el equipo revisa cada toma al detalle. Tanto nivel de detalle, que incluso los periodistas tuvimos que preguntar qué era lo que no les convencía. Ninguno daba con la tecla.

Aunque pudiera parecer una simple escena de una chica saliendo de un portal, el equipo técnico observa milimétricamente, por ejemplo, los reflejos en el vidrio de la puerta. Si se ve o no la cámara, si cruza algún trabajador por la otra acera… En una de ellas, el figurante y la protagonista no se cruzaban en el punto exacto de la calle que querían. En otra, la propia Milena rectificó tras resbalarse en el portal. 

Para ellos, estos aspectos son absolutamente comunes y habituales, pero para el foráneo son verdaderamente llamativos. Y no lo comento solo por la prensa que pudo asistir al rodaje boquiabierta, sino por todos los curiosos que se acercaron a este. Había jóvenes que se quedaban mirando desde una esquina, diciendo “¡Ahí está la de ‘La chica de nieve’”. Otra tenía el privilegio de residir en el mismo número 14 y miraba atentamente el despliegue desde la terraza de una vivienda del primer piso. “Ella no es figurante, pero está flipando”, me aclaraban, entre risas, desde la producción. 

Pero ojo, que nunca llueve a gusto de todos. En un momento de la grabación, un señor con coleta y entrecejo fruncido pasó por el set pegándole puñetazos a los árboles a su paso con un "¡Me cago en la puta!" saliéndole de los labios. Por un momento pensamos que se trataba de alguien del equipo, enfadado porque algo no salía como él quería. Pero no, era un vecino algo cansado de los últimos días cerca del puerto. Un día, tractorada. Al siguiente, rodaje. Así es la vida en Málaga.

Sobre las tres, llega el momento del descanso. Hay que atender a la prensa y llegan los refuerzos para Milena: Miki Esparbé y Aixa Villagrán. El primero se ha incorporado a la serie esta temporada, que para Villagrán es "aún mejor que la primera". Esparbé interpreta a Jaime, un periodista de investigación que se muda de Madrid a Málaga para trabajar en Sur huyendo de su pasado e intentando recuperar su reputación perdida. La oportunidad le llegará formando equipo con Miren investigando un elitista colegio que parece estar en el centro de la desaparición y asesinato de dos jóvenes. Está encantado de compartir la mayoría de secuencias con la joven murciana.

También están con ellos los directores de la serie, que repiten esta temporada, Laura Alvea ('La caza. Monteperdido') y David Ulloa ('Ánimas'). Ambos recuerdan que el sitio donde arrancó el rodaje de la primera temporada fue el pasillo donde este jueves rodaban. Allí la prensa descubrió por sorpresa que José Coronado formaba parte del elenco. Desde entonces, han pasado dos años y tienen consigo el concepto de 'número 1' a la espalda. "Repetimos prácticamente con todo el equipo técnico. Todo el que ha podido está. Yo sé que tenían muy claro que esto iba a funcionar en la primera temporada, pero ver que ha funcionado ha sido todo un subidón para el equipo. Para nosotros, por supuesto, pero también para la parte técnica y artística. Venimos con ganas de decir 'Venga, pues ahora un pasito más adelante'", expresan.

En esta ocasión también se reparten a medias los seis capítulos de esta temporada. Si la fórmula funciona, ¿por qué cambiarla? Es por ello por lo que han vuelto a Málaga, que ya consideran "un personaje más" de la historia. Llegaron el 15 de enero y la primera semana la ciudad respondió con varios chaparrones. "Más que el personaje, parece el propio thriller, porque, de hecho, llegamos aquí y siempre nos llegan las nubes. Mañana nos espera el diluvio", confiesa Ulloa.

Aunque La chica de nieve y El juego del Alma tengan a la misma protagonista, la trama es muy distinta. Sobre ello, Alvea asegura que "la adaptación no ha sido ni más sencilla ni más complicada". "Ahora tenemos a una Miren muy fuerte y ver cómo funcionó el salto o el riesgo de hacerla en Málaga te da como más seguridad, pero sigue siendo diferente", matiza la directora. Su compañero, además, añade que ellos siempre tratan de defender la historia desde un "cierto realismo": "Esa es nuestra gran dificultad. Defender cosas que en el papel son más osadas y llevarlas al realismo".

Esta es la cuarta semana que ruedan en Málaga y la semana que viene les esperan ubicaciones como la barriada malagueña de Mangas Verdes. Ya han pasado por El Palo y por Benalmádena. Explorar Málaga, aseguran, está siendo para ellos algo muy divertido. Tanto como vivir un poquito más cerca el rodaje para nosotros.