Los eurofans viven este sábado, como diría Raphael, su gran noche. Hoy se celebra el Festival de la Canción Europea en Malmö (Suecia) y los representantes de España este año, Nebulossa, tratarán de alzar al país a lo más alto de la clasificación. Pese a que el dúo no está entre los favoritos de las apuestas, tras su actuación en la segunda semifinal, se ganaron el respeto del público. Gran parte del estadio coreó su ya clásico "Soy más zorra todavía".
Después del nacimiento del Benidorm Fest y del chanelazo en 2022, quedando en tercer lugar parece que la delegación española se ha tomado aún más en serio aspectos como la puesta en escena o la realización de los shows, algo prioritario en un festival de música como este en el que España ha ganado en dos ocasiones, con Massiel (1968) y con Salomé (1969).
Sin embargo, en los últimos treinta años, lo más común es encontrar a España por debajo del puesto quince en todas las clasificaciones. Desde 1994, España ha quedado por debajo del 20º puesto en 13 ocasiones y entre el 15 y el 20 en seis ediciones.
Así, en las últimas tres décadas, hay algunas actuaciones que han pasado a la historia de Eurovisión y que se suman al Slomo de Chanel por lograr convencer a la audiencia y al jurado logrando un justísimo top 10: en el puesto número 10 quedaron Pastora Soler, con Quédate Conmigo (2012); Ramón, con Para llenarme de ti (2004) y Ruth Lorenzo, con Dancing in the rain (2014).
Ya en los puestos con una sola cifra, Beth logró con Dime el octavo puesto (2023); Rosa López con Europe's living a celebration (2002) un séptimo puesto; David Civera se alzó con un sexto puesto con Dile que la quiero (2001), al igual que Marcos Llunas con Sin rencor, en 1997. Chanel fue tercera en 2022 con Slomo, como decíamos, y en los últimos treinta años solo una actuación le ha superado: la de la malagueña Anabel Conde, en 1995, con Vuelve conmigo, que logró la plata. Y echando la vista atrás, hay que remontarse a 1979, con Betty Missiego, que quedó también segunda con Su canción.
La grandísima voz y la balada preciosa de Anabel Conde lograron encandilar a toda Europa desde el Point Theatre de Dublín, donde se celebraba el festival en el año 1995. El continente entero la aupó hasta el segundo lugar durante la final, pese a que cuando se presentó su candidatura se colocó en el último lugar en las casas de apuestas.
La artista comenzó en la música desde muy pequeña y, con 16 años, el ayuntamiento de Fuengirola produjo su primera maqueta. Esa grabación fue a Madrid, donde fue pasando por varias productoras hasta fichar por una discográfica catalana, donde creó varios temas entre los que figuraba Vuelve conmigo. Se enteró casi de rebote que representaría a España en Eurovisión.
"Fue una noche muy emocionante, fue una semana muy intensa. Aquel día, yo recuerdo que estaba muy concentrada simplemente en hacerlo bien, porque yo no pensaba en el puesto en el que iba a quedar ni nada, porque sabía que no dependía de mí. Sabía que tenía que hacerlo lo mejor posible, pero que el resto no dependía de mí", contaba Anabel Conde a EL ESPAÑOL de Málaga hace justo un año.
Después de episodios oscuros y difíciles que vivió tras Eurovisión, Conde decidió seguir con el sueño que perseguía antes de iniciarse en la música: la docencia. Dio un paso al lado como cantante en solitario y se puso a estudiar Educación Musical, a la par que se especializó como docente en Inglés. Desde 2006, cientos de niños han tenido la suerte de tenerla, en una materia u otra, como maestra, e incluso han podido emocionarse escuchándola cantar dentro del aula. Ahora está trabajando en el colegio Santa Amalia de Fuengirola. Da clases de Música en Primaria y de Inglés en Infantil.
Pero que de nueve a tres comparta clase con pequeños terremotos no significa que ella haya abandonado los escenarios, aunque muchos crean que sí. Anabel sigue subida a las tablas y muy ligada a Eurovisión. Sigue recorriendo España junto a otro eurovisivo, Serafín Zubiri, y su propia hermana, Cristina Conde, con Festiband Eurovisión, y jamás ha renegado de su paso por el concurso, a su vez, le enorgullece.
Además, este viernes Conde confirmaba a EL ESPAÑOL de Málaga que está preparando un nuevo espectáculo de la mano de su hermana: "Queremos que sea un espectáculo de mujeres, de divas, de damas, vamos a hacer una mezcla de estilos. Queremos a mujeres españolas, pero también extranjeras. Además con mi hermana, Cristina Conde, corista de Isabel Pantoja que formó parte del grupo La Fiesta. Nos llevamos muy bien y queremos sacar este espectáculo adelante, pero aún no le hemos dado forma".
Este sábado, la fuengiroleña estará en Edén Night Club siguiendo el festival con más eurofans, que seguro que disfrutarán de su presencia y comentarios, pues es una de las personas que mejor conoce el concurso en España.
Orgullosa de Eurovisión
A lo largo de estos años, a Anabel Conde le han dicho muchas veces que no ha triunfado por dar un paso al lado tras Eurovisión. Hace justo un año, la artista explicaba que no le afecta para mal, al revés: "A mí me dicen mucho: "Ay, qué mala suerte tuviste". ¿Mala suerte por qué? Yo he viajado por todo el mundo y sigo viajando incluso gracias a Eurovisión. Disfruto mucho lo que hago, hago lo que quiero. Para mí lo importante es tener el don y yo el don lo tengo. A lo mejor para otra persona la clave está en ser famoso o algo. No lo sé, pero para mí no".
Prefiere quedarse con la felicidad que le dan sus niños a diario en clase. Algunos de ellos saben que hizo historia en Eurovisión, pero otros solo ven a su 'seño' como una heroína: "Cuando les canto les gusta mucho. ¡Algunos lloran! El otro día les conté que tengo una plaza en mi pueblo con mi nombre, se quedaron con la boca abierta".
"Yo sigo recogiendo lo que aquel día sembré. Y mira que esta aventura empezó con una canción que a mí de inicio ni me gustaba, pero la hice mía. En aquel entonces yo escuchaba mucho a Whitney Houston y traté de meterle subidas a mi rollo. Me inventé todo el final. Cuando la canto siento que esa canción es muy mía, me siento bien, y sé que a cada sitio que voy tengo que cantarla", recuerda la de Fuengirola, que no puede estar más orgullosa de su paso por Eurovisión.
A Nebulossa le desea toda la suerte del mundo para esta noche, pero cree que ellos "son muy inteligentes" y "ya han conseguido lo que querían". "Hay mucha gente enganchada a Zorra; yo no creo que vayan a conseguir un gran puesto, pero sí su objetivo, que la gente los conozca internacionalmente y sacar un año maravilloso, que lo tienen asegurado", zanja la malagueña.