Un provocador Juan Soto Ivars se come las I Jornadas de Periodismo de Málaga
El primer día de este ciclo centrado en el columnismo hizo un casi lleno con las ponencias de Enric González, Ana Iris Simón y Juan Soto Ivars.
24 mayo, 2024 14:03Noticias relacionadas
La primera jornada de periodismo centrada en la opinión organizada por El Centro Cultural La Malagueta fue un éxito rotundo. ‘’Vaya lleno, han sobrado solo ocho sillas en toda la sala’’, se escuchaba en una conversación entre el equipo de producción del ciclo. Y es que este fue el resumen perfecto. Un casi lleno de gente de todas las generaciones que demostró que el periodismo y la literatura siguen teniendo cancha.
Enric González, escritor incensurable
El ciclo se abrió este jueves 23 con la mesa de las 19:00. Enric González entrevistado por Agustín Rivera. A primera vista, un partido que no puede fallar. Enric se plantó en la tarima del Centro Cultural de La Malagueta como lo que es, un hombre culto, leído, interesante, y no por ello resabido o pedante. Periodista de mundo que ha vivido corresponsalías en Jerusalén o Buenos Aires, declaró ser un lector casi enfermo con un ritmo de unos dos/tres libros por semana.
Reveló trucos de su columnismo, y confesó que su única manía a la hora de escribir es fumar. Los pensamientos no le fluyen si no tiene un cigarrillo en la boca. Esto le impide componer en sitios como restaurantes o trenes, y acepta, sin pesar, haberse fumado en ocasiones dos cajetillas antes de que la musa que le inspira haya aparecido.
El actual columnista de elDiario.es habló del reproche en el columnismo, admitiendo tener una postura de escritor incensurable, por convicción, que le ha costado varios despidos en diarios como El País. Dio una clase magistral de, ya no periodismo, sino de observación de la vida desde un punto de vista referente. Agustín Rivera moderó la mesa y dio un gran nivel como entrevistador. Fluido, amable y algo fanático. El malagueño es de esos periodistas versátiles que sabe perfectamente cuál es su lugar y no duda en dar un paso atrás, cuando es necesario, que le sienta como un guante.
Ana Iris Simón, Juan Soto Ivars y David Jiménez
Como el final o referente que era en esta primera jornada dentro del ciclo de periodismo de opinión, los galácticos ya calentaban en la banda. Mientras se montaba el escenario para la mesa de debate de las 20:00, Ana Iris Simón, David Jiménez y Juan Soto Ivars asomaban la cabeza por la puerta lateral de la sala. Había conversaciones nerviosas y ajetreo en el público. Lo que se presuponía que iba a ser un choque de trenes fue una charla muy cordial y distendida entre estos tres titanes de la opinión española. Eso sí, Juan Soto dio el espectáculo característico que muchos esperaban. El Joker del periodismo español lo volvía a hacer.
En esta ocasión, el veterano era el moderador. David Jiménez, ex director de El Mundo, tomó asiento a la izquierda y con calmada pausa o cansancio, más la segunda, fue introduciendo los temas que dinamizaron el debate. A colación de la censura de la que hablábamos antes, la inteligente Ana Iris Simón abrió una posición bastante interesante alegando que es ridículo que un periódico censure a sus columnistas porque precisamente para eso son fichados: dar una opinión diferente a la propia editorial del medio. Una de las reflexiones de la jornada.
Juan Soto Ivars empezaba apocopado, pero tardó poco en quitarse las cadenas y tomar el control de la sala. El actual columnista de El Confidencial se comió la tertulia. Es así. Tomaba la palabra anárquicamente, hacía ‘chistes de putas’ e incluso se refirió a Agustín Rivera, compañero de diario, como ‘’el rapado de primera fila’’. Lo cierto es que, en contra de la, a veces, aburrida diplomacia de las tertulias, la actitud de Juan Soto Ivars dinamizó mucho el debate e hizo que el público estuviera despierto. Incluso el momento en el que le tiró un clínex y una botella de agua vacía a David Jiménez, que atrapo como un ninja, fue divertido, aunque propio de un adolescente que quiere llamar la atención. Un provocador de manual muy leído que, a pesar de perder las formas a veces, sabe de lo que habla.
Ana Iris Simón por su lado, en un papel accidental frente a la verborrea de Juan Soto, hizo intervenciones brillantes con mucho conocimiento detrás. No faltó la familiaridad y las pullas en tono festivo a los calcetines de colores de David Jiménez que, según ella, ‘demuestran infantilidad’’. El tándem Ana Iris – Juan Soto, que se esperaba mucho más bronco, fue respetuoso e inspirador. Un verdadero acierto de mesa que dejó como conclusión la cita de guerrilla de Juan que hacía justicia al móvil del ciclo: ‘’el periodismo de opinión no entiende de familiaridad. Tenemos que ser libres de decir lo que queramos, moleste a quien moleste, por eso no tengo casi amigos en los medios’’.