Y por fin llegó el febrero de la normalidad, el del teatro, el del concurso, el de la calle, con sus limitaciones, con sus restricciones, con sus inconvenientes, pero llegó.
Llegó el febrero de las retransmisiones, el de las fotos en los periódicos -en papel y digitales-, el de las radios y las televisiones, el del streaming y con esto también llegarán los comentaristas, los forofos, los fans, los seguidores y, cómo no, los entendidos que nunca han salido en Carnaval, pero que se atreven a echar por tierra el trabajo de muchos meses con solo dos frases. Pues sí, todo eso es Carnaval, para lo bueno y para lo malo.
Nunca había costado tanto (tanto trabajo, tanto esfuerzo, tanta agonía, tanto misterio, tanto agotamiento, tanto aliento) sacar un grupo poniendo en riesgo no sólo tu salud, sino también la de los tuyos, los que te rodean, los que te quieren... Pero este veneno no se quita ni con vacunas, ni pociones, ni antídotos de ninguna farmacéutica.
Carnaval, virtual o presencial, pero Carnaval. El que te da la posibilidad de expresarte, de crear, de criticar, de hacer reír, de hacer llorar, de decirle a los políticos que nos gobiernan lo que pensamos, aunque no sirva de nada.
La voz del pueblo, una voz orquestada por guitarras, caja y bombo y a ritmo de 3x4 o 4x4, que en algunos casos se quedan grabados para los anales de la historia.
Carnaval, sí, siempre. Con un presidente u otro; con una fundación o una asociación; con autores, directores, patronos, directivos, patrocinadores y con Teatro Cervantes, pero sobre todo, con un sitio fijo para nuestro concurso para siempre, para las tres fases.
Carnaval, sí, siempre. Con grupos buenos, regulares y malos, porque todos hemos empezado y todos tienen cabida, con grupos de Málaga, de la provincia y con grupo de tora nuestra Andalucía, porque el Carnaval no es de nadie, pero es de todos.
En fin, que llegó febrero, el febrero de la normalidad... el febrero que termina en marzo y entierra el boquerón en Cuaresma. Feliz Carnaval, pero con disfraz.
*Miguel Ángel Merchán es autor de la murga ¿Te imaginas?