Aunque el cielo peligraba, durante la tarde-noche en la plaza de la Constitución solo hubo lluvia de papelillos y Miguel Gutiérrez pudo dar su pregón tranquilamente tal y como tenía pensado desde hace casi dos años, cuando Rafael Acejo, presidente de la Fundación Ciudadana Carnaval de Málaga, le ofreció esta oportunidad.
En el pregón, según confesaba hace unos días a EL ESPAÑOL de Málaga, Miguel trata de interpretarse a él mismo, a un joven que quiere ser poeta y quiere cantarle a Málaga y presentarle su carnaval. En él, contó, cómo no, con la Comparsa de Málaga, este año segundo premio en el Concurso Oficial de Agrupaciones de Canto con 'Matria'.
"Málaga, ¿cómo voy a ser yo poeta si tú ya estabas antes de las mismísimas palabras?", pregunta al comienzo del pregón, que resultó ser una conversación con la ciudad que quiere y que para él, si cierra los ojos, es la mujer que tanto amaba. Cuando a este autor imaginario, a la par que ingenioso que Miguel, le llegaba la total inspiración, se disponía a escribir con su pluma unas letras que la comparsa hacía realidad a través de sus voces.
La mayoría de estas letras pertenecían a los repertorios de 'Ciudad del Paraíso' y 'Matria', las dos únicas comparsas que el autor ha sacado con este grupo en los últimos dos carnavales. Ternura dieron los pequeños de Salvi Aranda y Antonio Carlos Rojas cantando y correteando por el escenario durante la intervención de sus padres en el pregón de Miguel.
Así, prosiguió llenando de piropos a la ciudad y reconociéndole que sería incapaz de darle todas las palabras que se merece, al igual que a su carnaval. "Málaga es un poliedro perfecto. Tu carnaval, Málaga, no puede ser ese pobre al que hay que querer por pena", dijo Gutiérrez, que también se mostró reivindicativo en varias ocasiones.
De hecho, aseguró que compraría billetes de avión a Estocolmo a todos aquellos que no entiendan que Málaga es carnaval y el carnaval es Málaga. Eso sí, sin ninguna opción a volver.
En la búsqueda de su inspiración abrió un baúl repleto de grandes iconos de nuestra fiesta. El poeta solo quería cantarle a Málaga igual que lo hicieron otros grandes ilustres del carnaval.
Echando un vistazo, localizó en el interior del baúl, entre otros recuerdos carnavalescos, el sombrero de 'Los Vivelavida' y aludió al pasodoble que cantaron el la Gran Final donde "más Málaga no cabía". Halagó la pluma afilada de Sergio Lanzas en Don Nadie usando una de las marionetas; el sarcasmo de 'El Padrino', de Alberto Zumaquero y Manu Robles, con la corbata de uno de los suegros en la mano; la lección que le dio Pakito Susi cuando las Victorias se quedaron en semifinales o la facilidad que tiene Máximo Gómez para hundirte los cuchillos o encenderte las mejillas con un pasodoble.
Realizó un gran repaso por los clásicos de la fiesta desde su juventud en la autoría de un grupo muy consagrado. Tampoco quiso olvidarse de los grupos que vienen de fuera como Rute o Roquetas, que ya se sienten malagueños.
"Quiero que me contestes, Málaga, para escribirte. Yo he querido ser poeta porque he querido quererte y amarte como ellos. Nadie te va a querer como los carnavaleros te quieren", remató Gutiérrez, quien llevó al escenario de la Constitución junto a su comparsa un pasodoble inédito resumiendo todos estos años de carnaval mencionando a distintas agrupaciones.
"Málaga, vive, vive, que la vida son dos días y en los dos es carnaval. Sal a las calles, ciudad del paraíso, tú no eres nadie, pero si son tuyas, nuestras son", dijo en la última parte del pregón, que finalmente acabó con un "¡Viva la libertad, vivan los carnavaleros y viva el Carnaval de Málaga".