El arte es una expresión totalmente subjetiva. Una obra de arte puede estremecer a alguien y a otra causarle la mayor de las repulsas. Algunos de los más celebres artistas murieron pobres y sin ser reconocidos, tales como Rembrandt, Johannes Vermeer, Paul Gauguin, Vincent van Gogh o George Seurat entre otros muchos.
Cuándo te presentas a un concurso, y encima de carnaval, cabe la posiblidad que ganes o pierdas, de que guste muchísimo o de que no gustes nada y pases con más pena que gloria ese año. Pero puede ser que al año siguiente des con el tipo/personaje perfecto -yo siempre digo que el personaje es el 80 por ciento del premio- y lo adornes con un bonito disfraz un forillo delicioso, con una buena música, una letra maravillosa y ese repertorio te encumbre a lo más alto del podium.
También puede ser que ni tengas la mejor letra ni la mejor música, que tu agrupación carezca de todo en general y acabes por encima de otra que es mejor que tú en todos los sentidos.
Es posible, puede ser, que el jurado del concurso te dé lo que la gente de la calle te este quitando o al revés, que el jurado te quite lo que la calle te esta dando. Es reconfortante llevarte el calor del pueblo y que te den lo que un jurado te quita, es muy especial.
El propósito de cualquier agrupación que se precie cuando se presenta a un concurso es llegar a lo más alto. Que su repertorio trascienda en el tiempo, despierte pasiones y alcance a personas que jamás pensarías que podían escuchar carnaval.
Los carnavaleros soñamos con derribar las fronteras de Málaga y llegar a que toda Andalucía hable bien de nuestras agrupaciónes. Políticos, famosos, carnavaleros ilustres, que se emocionen con ella, que habrás Twitter e Instagram y todo sea una ola inmensa de alusiones y halagos, no solo de la gente que te conoce en Málaga, sino de todos los rincones de nuestra tierra.
Que en la final y en los días de carnaval, el nombre de esa agrupación sea trending topic no solo en Andalucía sino en toda España es lo que el carnaval de Málaga se merece. Es lo que llevamos 40 años buscando. Pero no es un sueño, ha sucedido. Como digo, el arte es algo muy subjetivo, pero a veces no se trata de subjetividad, se trata de venganza. El fallo del jurado, como su propio nombre indica ahí está.
Podemos debatir si los cuartetos son primero o segundo o con los puntos otorgados solo son cuarto y quinto, eso es otra pena para esa modalidad, que cuando intenta levantar la cabeza, se la sesgan a punta de boligrafo.
Podría haber ganado cualquiera, por lo menos eso es lo que había en la calle, en la gente, en el pueblo. Tanto en murga como en comparsa. Cuando el jurado puntúa, no sabe o no debe saber lo que puntua el otro de al lado, para eso está el presidente del jurado y el secretario, para que esos puntos sean secretos. Así se hace.
Todos los que han sido jurado estos años coinciden en que no hay filtraciones ni mamoneos Las cosas se hacen en ese sentido perfectamente bien. Eso dicen. La afinidad con una u otra agrupación, eso es ya otro cantar. El silencio es por respeto, y como se dice comunmente "se te ha visto el plumero"...
Al final lo que debe importarnos no es si este o aquel o yo o tú ha ganado un concurso. Lo que nos debe importar, es la trascendencia de el mismo, a quienes hemos llegado y hecho sentir con nuestros repertorios, y así mejorar, cada día ser más grandes y hacer que nuestro concurso tenga una alta calidad.
Hay que quedarse con el abrazo sincero del compañero dandote la enhorabuena. Con el beso de tus familiares, el de tu pareja y tus hijos e hijas al bajar las escaleras al finalizar una actuación. Hay que quedarse con el alcance de tu repertorio. Para eso sirve el carnaval, para despertar emociones e ideales en la gente. Para llorar y reír. Hay que olvidarse de los palcos de los jurados y centrarse en los balcones y esquinitas de una calle cualquiera.
Hay que olvidarse de las envidias, de los malos rollos con el que te mira por encima del hombro y cantarle a la gente del pueblo, a la calle. Hay que cantarle a ese público que te escucha con atención sin conocerte en esa esquinita. Hay que cantarle a tu tierra. Ojala mañana el Carnaval de Málaga sea más grande de lo que podamos soportar los que llevamos aquí la vida entera.