El pasado 25 de febrero se celebraba la final del Concurso Oficial de Agrupaciones de Canto del Carnaval de Málaga en la que los Patronos, la comparsa de la peña ErDito, se hizo con el primer premio en comparsas.
Pese a la colorida puesta en escena y la alegría que transmite su música, la noche de la gran final fue muy emotiva y reivindicativa para Jesús Gutiérrez, el autor de la agrupación. El malagueño subió al escenario de la mano de su hermano Enrique, representante de la plataforma 'El Perchel no se vende', para cantar con su grupo un pasodoble donde dijeron 'no' a la especulación en su barrio. "Mi barrio es la sencilla humanidad, es tan mío, tan humilde y de verdad, es mi casa y es mi vida, si quiere echarme, saldré con los dos pies por delante", cantaron.
"Yo creo que envejecí cinco años de mi vida con los nervios y el miedo que pasé. No es lo mismo cantar una letra al uso, aunque estés sensibilizado con una temática, que cuando una problemática te toca de verdad, la sufres y la padeces. En este caso, hablamos de mi barrio de cuna y, además, con mi hermano sufriendo de por medio", explica Gutiérrez, aún con el nudo en el pecho. No se subía a las tablas desde el año 2019 con 'En el nombre de la rosa'.
Solo estuvo en el teatro el día de la gran final. El resto del concurso lo ha vivido desde casa, siguiéndolo al detalle por los medios locales, como un aficionado más. Reconoce que ha sido un año difícil para todos y de ahí el interés por seguir la obra del resto de sus compañeros, porque sabe de primera mano "el esfuerzo que ha requerido sacar una agrupación este carnaval".
Está muy satisfecho con la actuación de su grupo en cada pase y del nivel que está cogiendo el Carnaval de Málaga en líneas generales. Sobre ello, añade que se alegra de que haya estado todo reñido hasta la última noche y que no haya sido "un paseo militar por parte de nadie".
La puesta en escena y el tipo
Luis Bermúdez ha sido uno de los grandes protagonistas de este carnaval. Si la comparsa dirigida por Juanlu sonaba bien y llevaba al teatro la pluma de uno de los históricos de nuestra fiesta, Jesús Gutiérrez, la esquinita que creó Bermúdez sobre el escenario entre tanto color, luces y confeti ponían el lazo a la obra. "Ahora lo llaman 'el arquitecto'. Este año se ha pasado, jamás pensamos que se iba a ver así de bonito en el teatro. Estamos muy contentos del resultado y orgullosos del trabajo de todos lo que conforman la comparsa, sin duda", añade Guti.
A Gutiérrez le encantaría que cada año pudieran superarse en este sentido, y lo intentan. Pero confiesa que "el listón este año lo han puesto demasiado alto". Pese a ello, cree que aunque es importante cuidar la puesta en escena, porque es "el envoltorio de la obra", "esta no debe ser decisiva a la hora de inclinar la balanza para que una obra sea mejor o peor".
Opina que ojalá este paso de Bermúdez "abra la veda" y "sirva para que todas las agrupaciones tiren por este camino y el Carnaval de Málaga se profesionalice aún más para acabar ganando todos".
Para ver el resultado final en el teatro, todo el grupo ha trabajado duro los sábados y domingos de cinco semanas para llegar a tiempo. A este trabajo de Bermúdez y Rubén y de la agrupación y sus parejas, se suma el de Ro, que es la representante legal de la agrupación, el de Juanlu, director de la comparsa, el de Juanky, como codirector, y el del propio autor, Guti, que ha escrito completamente el repertorio.
"Todos aportamos un poquito en esta tormenta de ideas, aun cuando hay discrepancias sobre algo, reina el sentido común porque los egos los dejamos en la calle y prevalece lo importante, la obra y la agrupación. Ah, y no ponemos nunca límites a la imaginación, por eso, a veces, se reflejan todas nuestras locuras en el escenario", explica.
Los tipos son diseño de José Flores, de Artemplo, que ya recibió en 2020 la aguja de oro con 'Ciudad del Paraíso', y han sido confeccionados por Toñi, la modista de confianza del grupo, que ya les ayudó con comparsas como 'El Cantón de Málaga' o 'Los Reyes'.
"Yo no sé dibujar y voy diciéndole a José que añada o quite cosas hasta que me gusta", cuenta Luis Bermúdez a este periódico cuando se le pregunta sobre el tipo. Los sombreros, obra de la gaditana Berta Miró, una institución en la sombrerería carnavalesca. "A ella le dimos vía libre, pero con la condición de que uno tenía que ser un homenaje a Juan Carlos Aragón", prosigue el artífice de la parte creativa.
El nacimiento de la comparsa
La idea principal de la comparsa brota de la mente de Guti, tras superar el peor momento de la pandemia, pero toma forma en una reunión con Luis y Juanlu. "Necesitamos algo que alegre al que lo vea, que se dibujaran sonrisas en los ojos pese a las mascarillas. Que sea una obra musical de carnaval, una oda a la fiesta", se dijo. Y así nació esta comparsa, que en un principio iba a llamarse 'Los Chabacanos', pero que gracias a Juanlu, tomó el nombre de 'Los Patronos'.
Se fue fraguando poco a poco una obra "mucho menos erguida, seria y guerrera que 'El Cantón de Málaga'", en palabras del autor. Guti quería mostrar en el escenario el rescate del carnaval, la vuelta de este y la alegría de los carnavaleros por ello. "Teníamos un mensaje claro: "Disfruten del carnaval después de tanto miedo, somos carnavaleros, presumimos de serlo y lo hacemos sin complejos"", matiza. Vista la reacción del teatro en la gran final, se puede decir que lo ha conseguido con creces.
No faltó la reivindicación
Alegría no implica que todo fuese 'mermelada', ternura y sonrisas. Pese a que va encubierta con la música y los bailes, el popurrí y la presentación tienen una letra crítica donde se pone en preponderancia el papel de las murgas, las comparsas, las charangas, las esquinas de la calle...
"Manifestando que el sentir del aficionado y el carnavalero es el verdadero patrono de nuestra fiesta también hacemos una crítica indirecta sobre el sistema de la Fundación, que tantos años llevo denunciando, junto a otros compañeros, algo que debe ser algo más participativo y democrático", dice.
Opina que "creando una letra más directa y cargante se puede generar rechazo por parte del público, por lo que se consigue más efecto omitiendo la propia crítica". Por ello, utilizaron los pasodobles para llevar toda la artillería más allá de los emocionantes pasodobles del malagueño o del abuelo y la nieta. "Este año, por suerte, había muchísimas cosas que criticar en los pasodobles y así lo hemos hecho", remata.
El sábado
En lo personal, sobre el sábado de carnaval perdido por la celebración del Viacrucis, ya dejó clara su opinión en el pasodoble de preliminares donde culpa a la organización de la fiesta del problema. Es de los que defienden la postura de que la Fundación "se ha metido donde no se tiene que meter, en Cuaresma".
"No podemos contentarnos con perder un día de calle si no, siempre pasará igual. La excusa de la Semana Blanca la entendería si entre semana hubiese habido carnaval en la calle", expresa. Así, se muestra partidario de volver al calendario habitual, con un fin de semana fuerte, como siempre se había hecho. "Además, no he notado un cambio brutal de la cantidad de público con el cambio de fechas", apunta.
Sobre el ambiente en la calle, agradece a los aficionados que los buscan para escucharlos en directo y disfrutar de la fiesta "pese a la poca publicidad que se les da al carnaval en esta ciudad". "Verlos tras las agrupaciones es para darles un diez", zanja.