El Concurso Oficial de Agrupaciones de Canto del Carnaval de Málaga 2024 va llegando a su fin. Este viernes llega la denominada noche de los cuchillos largos. En apenas unas horas se anunciará el pase a semifinales por parte del jurado... ¡en la ciudad de Málaga!
La quinta sesión de esta primera fase ha sido toda una montaña rusa de emociones. Los peques de Venimos con lo puesto enamoraron a toda la ESAD; El Circo del Sol nos trasladó a la Antigua Roma con una espectacular puesta en escena y La Malagueñíssima demostró que los niños ya no son tan niños y vienen a pelear caracterizados de bufón. También pasaron por las tablas murgas como la de Pakito Susi, que encarna a un hamaquero; la murga de Norman de Roquetas, en honor de la fritura; la comparsa de Campillos, de mimos; y la segunda comparsa de Marbella del COAC, los refugiados. Vamos con el análisis de la noche:
Venimos con lo puesto
La Murguita Infantil de Alberto Salas y Crespi llenaron las tablas del teatro de la ESAD por derecho. 68 componentes llevaban este año que no son más que el futuro de nuestra fiesta. En esta ocasión, representan al Mercado Central con cuatro puestos diferentes: la frutería, la panadería, la carnicería y la pescadería. Es imposible no morir de amor con los bebés-fruta o los cerditos, cada uno en su corralito.
Esta murga infantil se ha convertido en toda una institución de la fiesta malagueña, pues lleva criando carnavaleros desde hace ya 10 años. De hecho, una de las letras de pasodoble que llevaban iba en honor a esa década en la que han visto cómo los peques subían a las tablas nerviosos para encarnar a lacasitos, potatos o cocineros.
"Somos más gente que un coro, aquí no nos sobra nadie, la murguita estará abierta para salir en carnavales", cantaban en el remate. Alberto Salas reconoce que son muchísimos niños los que saben y que hay quien critica que estas agrupaciones parezcan coros, pero a la vez sostiene que hasta que "no haya más autores y directores implicados en sacar infantiles no van a decirle que no hay sitio a ningún niño o niña que quiera salir".
Sin duda, encomiable labor la que hacen desde esta murguita infantil que tiene a pequeños de históricos del carnaval, como el pequeño Antonio Carlos Jr, hijo de Antonio Carlos Rojas Gallego, que representaba a los panaderos; o Lola, hija de Tomás García; así como un sinfín de nombres más.
Lo bonito, además, es el aura colaborativa de esta agrupación, que ha llevado pildoritas de papás de los niños. Tomás García ha escrito un cuplé al alcalde de Málaga, al que compara con Tutankamón por su edad; Antonio Carlos ha firmado la autoría de la música; el propio Alberto Salas se ha hecho cargo de toda la música y gran parte de la letra; y Rafael González se ha encargado del segundo cuplé. Gracias a todas las familias que aportan a la fiesta ante el problema estructural que tenemos tan grave.
El Circo del Sol
El segundo plato de la noche venía bien cargado de hype, como dicen los modernos de hoy en día. La Peña Er Dito y Jesús Gutiérrez habían descansado un año después de arrasar con Los patronos en 2022 y este año han vuelto más guerreros que nunca con una nueva propuesta de comparsa: El Circo del Sol.
Aunque me hubiera gustado ver al Padilla en un trampolín y a Curri haciendo malabares, resulta que el circo era romano y el coliseum, el tumbaitum. Mención especial, un año más, a Luis Bermúdez, el arquitecto del Carnaval de Málaga, como bien lo bautizó Luis Rilke en 2022.
La Peña Er Dito tiene, probablemente, el conjunto más profesional del Carnaval de Málaga. Es un título que llevan revalidando desde la pandemia a la actualidad. Una buena puesta en escena, voces potentísimas y letras que marcan --recordemos que estamos en preliminares-- son el conjunto perfecto para tratar de lograr la exquisitez y marcar la diferencia respecto al resto de agrupaciones.
En cuanto al repertorio, en la presentación, estos gladiadores recuerdan que no pisan el albero por gusto, que vienen con el cuchillo entre los dientes un año más. De hecho, el primer pasodoble, además de una disculpa por el año de silencio, es un dardo directo al rumbo de la fiesta y a compañeros que, según Gutiérrez, rajaron más de la cuenta en su momento. El segundo, a una Málaga vendida, quizá uno de los temas más recurrentes en esta fase del concurso.
Los cuplés, de comparsa en preliminares. Mejor el primero, donde utilizan como referencia la prohibición de la purpurina por la Comisión Europea. Creía que este aspecto iba a ser uno de esos temas en los que acabaríamos hartos de chupitos desde que lo anunciaron, pero no ha sido así. Acaban rematando diciendo que los comparsistas han cambiado mucho y ya no son lo que eran, pero siguen saludándose entre contrincantes a base de insultos, pues hay cosas que nunca cambian.
El estribillo, quizá lo más normalito del repertorio --tienen tiempo para innovar--. Y el popurrí, marca de la casa. Musicalmente es una delicia, y en letras van contando cómo es el proceso del grupo para formar la comparsa, desde el ensayo hasta el veredicto del jurado, siempre sin perder el aire romano. En la cuarteta del pasacalle juegan con unos efectos de sonido que no se han llegado a notar bien del todo en el teatro y esperamos que se oigan mejor en el Cervantes, así como una base electrónica. Las cosas del directo. Llevar al Panadero de gobernador y, especialmente, a José Mari Valenzuela de... ¿sirviente? no deja de darle un toque humorístico y un plus a la propuesta. Un zarbori en el coliseo siempre suma.
Es una comparsa que hay que oír varias veces para desgranar todos sus detalles, eso sí; algo que no ocurría con Los patronos, que entró de golpe a todo el mundo desde que el telón se abrió. Un capítulo más en la historia del carnaval malagueño se ha comenzado a escribir esta noche.
Me tienes frito
¡Viva (c)roquetas! La chirigota de Roquetas, con Norman a la cabeza, siempre es un sí. Sus tipos de foam, del brillantísimo artesano Alejandro Mariño, suelen provocar risas en el público con tan solo verlos y este año no es para menos, pues se han lanzado a una freidora para convertirse en pescaíto frito, aunque también hay alguna croqueta, tortillita e incluso un limón. Un tipo como el del pescaíto frito entra en Málaga como Dios manda.
Faltaron el año pasado y su ausencia se notó, los de Roquetas han aprendido a concursar en Málaga y acumulan finales a sus espaldas gracias a su estilo propio. El repertorio está repleto de pegotes divertidos desde que empieza hasta que acaba. El estribillo es fabuloso: "Con lo caro que está el aceite, no ponerme servilleta para escurrirme el cuerpo entero... que estáis perdiendo dinero". Es el típico que se corea en la calle.
Los cuplés fueron a Nacho Vidal, que dicen que sería el pijota de la Bahía si fuera flamenco, y el segundo a Daniel Sancho: "Hay que tener sangre fría y ser un buitre para hacer un asesinato con esa rabia tan grande y maldad de ese calibre... Si yo corto una cebolla y de lo que lloro lo paso mal y la dejo libre".
El primer pasodoble fue a Málaga, como acostumbran, algo que se agradece, pese a haber estado ya en el Falla, donde por cierto se han quedado en preliminares. El segundo, uno de los mejores que se han oído en el concurso, sobre la prensa y la sociedad sensacionalista que no piensan en el duelo de las familias de víctimas que mueren en accidentes o asesinadas, sobre todo cuando comparten determinadas imágenes o vídeos morbosos.
Cantan muy bien --a veces son un manojo de nervios y se descontrolan-- y son divertidos. La idea ha calado y en el caso del popurrí no iba a ser menos. En el final recuerdan al espectador que ellos serán unos "pescaos", pero que no son muy diferentes a ellos: "A mí los que mandan me han freído, pero a ti te tienen frito tiburones en chaqueta a los que los voto han corrompido, huelen a pescado podrido dentro de una papeleta". Creo que tendrán la oportunidad de volver a armar el follón en semifinales.
Los refugiados
Si el pasado miércoles descubrimos a La Joya, desde Marbella, con unos ladrones sacados del cuento de Alibaba, en esta sesión llegaron desde la misma localidad Los refugiados. Aunque al principio imaginas un campo de refugiados, pues los componentes aparecen a oscuras y tapados con mantas, en mitad de la presentación se convierten en arlequines, pues el carnaval es su verdadero refugio. Las coplas de carnaval les salvan de cualquier letra.
Hubo problemas notables de afinación, quizá el exceso de nervios, pero el conjunto quedó muy resultón dentro de lo que cabe. Agradecer desde aquí a la agrupación por esa letra de pasodoble a las redes sociales y de cómo las niñas ven en esas influencers una realidad de verdadera mentira. Sin duda, uno de los mejores mensajes que se han dado en lo que va de carnaval.
Los cuplés, de comparsa y de pelo (yo creo que es el año con más remates guarrones de la historia de este COAC). El estribillo es mono e ideal para tragacoplers: "Si cantas pa olvidarte de to tus males, tú también como yo, te has vuelto ya un refugiao, un refugiao del Carnaval". El popurrí estuvo mejor en interpretación que en letras, aunque la de la luna les ha quedado muy bien. Hay mejoras respecto a Los testarudos, por lo que agradecerles el curro durante el año.
Los que viven de alquiler
Si hablamos de murga malagueña hay que hablar de Paco y Pakito Susi, historia del templo carnavalero de San Andrés, el bar Susi, al que hace unos días los Hola sin H dedicaron una preciosa letra de pasodoble. Los del Susi se han convertido este año en unos hamaqueros con mucha guasa.
Un tipo veraniego siempre provoca una buena respuesta por parte del público y en esta ocasión no ha sido menos. Engancharon bien desde el principio con una presentación que actuó, valga la redundancia, de presentación del personaje.
La tanda de pasodobles estuvo muy correcta. Bien ahí defendiendo que se canten más coplillas malagueñas, como la de la Murga PTL o la Comparsa El Barrio, del año 2000, en moragas o reuniones con carnavaleros, en vez de tantas letras gaditanas. El enfoque, muy chulo. En el segundo hablan de cómo Málaga ya no es lo que era y que nuestros nietos volverán a la ciudad de turistas. Aunque el desarrollo es algo diferente, coinciden en idea con uno de los pasodobles interpretado por La malagueñissima.
En la línea de la moda de este año, en cuplés presentaron dos cupletinas y dos estribillos distintos. En una de ellos introdujeron el supuesto atropello de un patinete al alcalde de Málaga, de rigurosa actualidad. Todos estuvieron divertidos, especialmente en el que su mujer encuentra mensajes en su móvil pidiendo a una chica "mucha caña" y confunden una infidelidad con un pedido a Casa Kiki.
El popurrí es para mí lo mejor del conjunto. La cuarteta donde está todo el mundo tranquilo y relajado y aparece el tipo que vende agua a un euro, sin duda la más graciosa, aunque tampoco está mal la del detector de metales. "Susismo" en estado puro. Felicidades.
Suena el silencio
Desde Campillos llegó un grupo conformado mayoritariamente por mujeres que encarnan a mimos. En la presentación enseñaron al espectador el parque donde trabajan y tuvieron algunos problemitas de afinación, sobre todo en los altos del inicio. Cuando iban todas a la vez sonaba muy bien. Los pasodobles, particularmente, los vi demasiado "cortavenas", uno sobre una chica con cáncer y otro sobre los abusos de la escuela. Un mimo no tiene que ser un triste. Eché en falta un poquito más de alegría y energía por parte del conjunto completo.
Los cuplés remataban con que un muchacho tenía su aparato reproductor muy pequeño, como un anacardo. Otro más para la lista de remates sexuales de este año. Me quedo con el estribillo, al que le pusieron mucho corazón. El popurrí también es tristón, no está mal en letras, pero en la última cuarteta le dicen al público que esperan que se hayan divertido y se echa en falta, sin duda, más positividad. Lo más destacable, pese a los problemillas del inicio, la interpretación del grupo.
Al son del sintrom
Desde Cádiz, unos abuelos con poca vergüenza se apuntan a una escuela de baile para mover el esqueleto y arrimar cebolleta. La chirigota caló bien en el público, que estuvo receptivo con ellos, pero es cierto que el humor que hacían podía ser demasiado clásico, con pegotes de pelo ya en la presentación y con estribillo donde dicen que su profesora es "una maricona", pero cuando ella les oye repiten que la llaman "monitora". Son los típicos chistes que entran, pero que igual habría que darles una pensada para otro año.
El juego con la monitora, eso sí, fue súper acertado y dio dinamismo a la actuación de estos ancianos. En pasodobles hicieron el clásico del GPS, repasando los barrios malagueños, de El Limonar a Huelin. En el segundo, se enorgullecen de que celebran el día del padre aunque, según el autor, haya quien no quiera que lo celebren.
Siguieron con la moda de las cupletinas con dos tandas de tres. La mejor fue la de la Shakira malagueña. Tras enumerar todo tipo de insultos dicen que así serían las últimas canciones de Shakira si esta hubiera nacido en la Costa del Sol. Desde aquí, un comunicado a todos los murguistas: Es difícil hacer humor en dos cuplés, imaginaos en seis, aunque sean más cortos. No es necesario sufrir tanto, no os compliquéis.
El popurrí siguió con pegotes del mismo estilo que el resto del repertorio, bien recibidos por el respetable, que incluso se levantó a bailar con estos abuelos que, por cierto, cantaron bastante afinaditos. Mención especial a la chica de la guitarra. Molas mucho. Felicidades.
La Malagueñíssima
Y cerraron la noche la Comparsa de los Niños, bajo la autoría de David Fernández, que este año son La Malaguelíssima. Después de haber podido analizar con detalle la propuesta, esta gente de niños con inexperiencia tienen ya muy poco. Impresionante pase el de este grupo, que ha logrado crear su propio estilo en la modalidad de comparsa desde la sencillez y el malagueñismo.
Si uno piensa en los años anteriores de este grupo para definirlo, solo le vengan palabras guerrilleras. Sin embargo, en esta ocasión, han logrado el equilibrio perfecto entre lo dulce y tierno con la rebelión. Y el resultado es alucinante.
Los pasodobles fueron dedicados al turismo en Málaga, que echa al malagueño, y el segundo a la mujer, con una de las mejores letras que se han oído en el concurso. De hecho, creo que este repertorio es el mejor escrito de todos hasta el momento. Felicidades a David por la parte que le toca, porque pese a los palos, no se ha cansado de venir a su concurso por carnaval.
"Ay, pobrecito el machito, si dar piropitos y besos no es nada, pero en cambio la mujer al infierno por morder una manzana, puta manzana...", cantaron en el segundo, muy aplaudido entre el público. Los cuplés estuvieron bien, pero destacan, sobre todo, sus introducciones metacarnavaleras, que dicen, entre otras cosas, que el Chino este año viene muy bien, pero que por lo que sea este año no va a Cádiz, en referencia a la polémica que tuvieron el año pasado en su paso por el Falla.
El popurrí es oro y muy malagueño de principio a fin, al igual que todo el repertorio. Si está bien escrito, está mejor interpretado. Hay una bonita simbiosis entre las partes que ojalá dure cien años más. Felicidades.