"La Virgen había salido de la Catedral, acompañada musicalmente por un coro. Estaba previsto que nosotros nos incorporásemos en la esquina de calle Granada con la plaza de la Merced, pero no pudimos esperar. La emoción del momento hizo que nos uniésemos antes de tiempo. Empezamos a interpretar la marcha Rocío del Cielo y, al acabar, el cortejo y los hombres de trono se giraron. Todo el entorno comenzó a aplaudir. Con esa ovación, estaban pagando el trabajo de todo este tiempo".
Julián González relata el momento en el que la agrupación sonó para la titular mariana en los traslados del pasado noviembre. El director de la banda escuela del Rocío, y persona que ha estado al frente de la formación desde su fundación en 2011, recuerda cómo fueron los inicios: "Me llamó Alejandro Reche, un hermano de toda la vida, y me propuso hacer una banda de música al uso, con gente con experiencia".
Aquella idea acabó cuajando, aunque con cambios sustanciales en su propia naturaleza: "Le dije que sería mejor opción crear una banda escuela, que era la manera más sana de comenzar". Y con esos antecedentes, arrancó el proyecto. Niños de cinco a siete años a los que Julián ha visto crecer a lo largo de esta década: "De los 55 que hay actualmente, casi la mitad llevan en el grupo desde que empezamos", subraya.
Escribió Platón que la música es para el alma, lo que la gimnasia para el cuerpo. Y en ese entrenamiento constante de los sonidos, los pequeños han tenido que vivir un proceso constante: solfeo para niños chicos, lenguaje premusical, musical, aprendizaje de instrumentos... "Pusimos la semilla y hemos visto crecer el árbol", subraya el directo.
En estos días, se cumple el 7º cumpleaños de su presentación en público. Julián rememora aquel concierto navideño de 2014, en el que la minibanda interpretó Adeste, Fideles y ¡Navidad, Navidad!: "Ambos villancicos llevaban un arreglo hecho por mí, ya que la versión tradicional se les iba".
13 músicos y un público entregado: "Imagínate los nervios de los niños al tocar delante de sus familias. Para aquella ocasión, nos centramos mucho en la labor pedagógica. De hecho, les indiqué a los padres que, con que los niños supieran lo que era Adeste, Fideles, el trabajo ya estaba hecho. Fue un avance tremendo. Llevaban meses ensayando y, emocionalmente hablando, fue muy bonito", señala.
El método de trabajo empleado por Julián durante este tiempo ha estado basado en pequeñas metas. Objetivos a corto plazo que se han ido cumpliendo con el tiempo: en 2015 llegó un concierto de cuaresma en el que interpretaron Cristo de la Humildad, de Artola, y Cristo de la Agonía, de Abel Moreno; el concierto de la coronación, en el que sonó Rocío de la Victoria; así como algunos traslados desde 2017.
"Antes éramos una escuela en la que enseñábamos música adaptada a los años de los niños", sostiene González. Será en Pentecostés de 2022 cuando se presente oficialmente como "Banda de Música, Virgen del Rocío". En la primavera del año que viene, la formación ofrecerá un concierto en el que la banda de la Paz y Alejandro Reche serán los padrinos del acto.
Este nuevo reto se encontraba señalado en el calendario que se habían marcado para el curso musical: "Tenía un cuadrante hecho semana por semana de aquí a junio, con las marchas y el repaso para que también tuvieran planificado el estudio en casa. Pero con los traslados de vuelta tras la exposición de El verbo encarnado, tuvimos que cambiar el ritmo, seleccionar 18 piezas y ensayarlas. De hecho, también tuvimos que ensayar cómo era tocarlas mientras marchábamos. Estuvimos caminando un mes, lo que nos limitaba a montar cosas nuevas. Octubre y noviembre fue muy intenso y tuvimos que meter ensayos extra, pero esto nos ha venido como caído del cielo".
Uno de los hermanos que pudo ver cumplido su sueño fue Gonzalo Villodres, tambor de la banda escuela. Cuenta con orgullo la emoción que vivió el día que pudo hacer música detrás de la Virgen del Rocío: "En mi casa somos muy del Nazareno de los Pasos, pero el hecho de estar en tu barrio, tocando para ella y llevándole el paso, ha sido lo mejor. Me alegro mucho por mis compañeros porque hemos trabajado muy duro. Ha sido un sueño para nosotros; como debutar en la Champions con 16 años".