El pintor que hace de la Semana Santa de Málaga un icono pop: "Intento decir más con menos"
El artista José Carlos Torres, uno de los artífices de El Verbo Encarnado, analiza sus inspiraciones. ¿Su objetivo? "Lograr la cúspide de la elegancia para que con un simple parpadeo se reconozca"
14 enero, 2022 05:00Noticias relacionadas
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Lorca resplandece sobre un Lucifer azul, bajo el cielo caído por ser luz, como un mar condenado a un eterno movimiento. Los versos que el poeta granadino escribiera en 1921 sirven para abrazar su propio retrato, ideado bajo los cánones creativos de José Carlos Torres un siglo después. Como un vínculo inseparable del color con la personalidad, en el que el cian y el marino lo inundan todo: "Lo veo sereno, tranquilo. Y esa paz se ve reflejada en el azul en toda su gama, mi color favorito. Me siento muy lorquiano", explica este pintor perote nacido en Álora en 1989.
Desde hace cuatro años se ha convertido en uno de los nombres claves a la hora de hablar de pintura cofrade en Málaga, aunque también se confiesa un enamorado de la obra no sacra. Un buscador incansable del estilo que permita identificar su obra a primera vista.
Hablar de sus cuadros es hablar de los grandes referentes de la cultura del siglo XX, una fuente de inspiración que aparece con asiduidad representada en sus perfiles. Para cada uno tiene un late motive, un argumento, una explicación que subyace a los trazos que el rotulador acrílico deja sobre la madera. Cuenta que dibujó a Dalí bajo una explosión de tonalidades: "Quería encontrar ese universo del surrealismo, por lo que debía estar presente toda la paleta cromática. La locura, la alegría, la viveza".
A Picasso lo ideó emergiendo del amarillo y el rojo, la bandera de España: "Fue un exiliado que no renegó de su país. De hecho, prometió que su Guernika acabaría volviendo después de que muriera Franco. Es un orgullo que podamos tener este cuadro aquí", asegura.
Para Manuel Alcántara, el verde y el azul. Nada más malagueño que la bandera; nada más malagueño que él. Al Capullo de Jerez lo llenó de verde Andalucía, tierra de esperanza. ¿Y a Eugenio Chicano? "A Chicano le puse el color rojo, su color. Siempre lo tenía presente. Es la pasión por su trabajo".
Pero es que además, Eugenio Chicano es el motivo por el que José Carlos decidió vincularse de forma inexorable al mundo del arte. Cuenta que, pese a haber vivido toda su infancia con la mirada puesta en la pintura, le cambió la vida el cartel de la Semana Santa de Málaga de 2001: "Me pasaba todo el día dibujando cualquier cosa: tronos, motivos cofrades, edificios, grafitis... Pero al ver la Virgen de Gracia pintada por mi admirado Chicano viví mi etapa de redescubrimiento. Supe que esto era lo que yo quería hacer".
"No exagero si digo que el documental en el que aparece pintando al Nazareno del Paso lo puedo ver un par de veces todos los meses", asegura. Sin embargo, el encuentro con su referente no pudo producirse: "Hable con él una semana antes de que falleciera. Me dijo que iba a pintar el cartel del 75º aniversario de Las Torres, pero que antes tenía que pasar por el quirófano para una pequeña intervención y que en cuanto estuviera listo, vendría a fotografiarlo. No pudo ser", se lamenta.
José Carlos afirma que se ha fijado mucho en Eugenio para desarrollar su estilo: "Pero él era único. Como él no hay ninguno. Y gracias a esa originalidad tenemos lo que tenemos. Es el culpable de que me dedique a esto", añade.
Sobre su personalidad artística destaca la búsqueda constante de la sencillez. Decir más con menos. Sin sobrecargar el espacio de color para encontrar la plenitud en la simpleza: "Es como cuando ves el mar. Solo apreciamos un tono uniforme degradado en azules. No hace falta más. Es lo que yo persigo".
Esa es la técnica que emplea a la hora de desarrollar sus trabajos. Primero, estudiando la fotografía. Después, buscando el mensaje en la sencillez: "Lograr la cúspide de la elegancia para que con un simple parpadeo se reconozca". Todo ello para llenar de contenido su continente; lo contemporáneo en lo presente, como ocurre con la cartelería: "Málaga está viviendo una corriente cartelística que refleja lo que vive la ciudad. Fue algo que vimos en los 50 y 60 con grandes obras vanguardistas que ofrecían composiciones atrevidas, por ejemplo con Pilar Cárdenas en 1974". Confiesa que le encantaría hacer el cartel de la Semana Mayor porque se siente muy malagueño, pero "eso está de Dios": "Si tiene que llegar, llegará".
Ahora echa la vista atrás y piensa en su primer encargo a manos de una hermandad. Cuenta cómo una tarde de agosto de 2018, víspera de la feria de su pueblo, recibió la llamada de un cofrade del Cautivo. "Me dijo que él y el hermano mayor querían hablar conmigo. Yo jamás pensé para qué podía ser, así que quedamos en una cafetería de San Agustín y cuando me lo propusieron solo pude decir que sí. No daba crédito. No sé ni cómo pude responder tan rápido. De camino a casa solo pensaba en dónde me había metido".
De hacer encargos para particulares, a pintar al Señor de Málaga para el Lunes Santo de 2019: "Hubo un par de días en los que no fui consciente. Tardé tiempo en asimilarlo, pero a partir de ahí todo ha venido rodado y ha sido más fácil".
José Carlos Torres ha sido uno de los trece artistas seleccionados para dar vida a las peanas sobre las que se han expuesto las imágenes titulares de El verbo encarnado: "Ha sido un privilegio poder participar junto a la élite artística de Málaga. Disfruté muchísimo pintando para Viñeros. De hecho, a raíz de la exposición, voy a pintar el cartel de la bendición de las uvas, que este año cumple su 75º edición", adelanta.
Estudioso de Warhol, Toulouse-Lautrec y Manolo Cuervo, cuenta que a día de hoy está viviendo el momento con el que siempre había soñado: "Nunca imaginé que llegaría tan pronto porque, aunque tengo 32 años, considero que es prematuro".
En la soledad de la noche, con el silencio como compañía, Torres busca el nacimiento de una nueva obra que, a base de golpes de rotulador, acabe dando forma a una nueva imagen. En breves empezará a pintar a la Esperanza de Málaga, "porque sin ella no vamos a ningún lado": "Quiero representarla tal y como es. Un universo por sí sola. Una inspiración".