El cambio de recorrido oficial fue el tema que estuvo más presente en cualquier conversación cofrade desde su aprobación en verano de 2018. Con el único feedback de un año de prueba (la lluvia impidió que varias hermandades pudieran salir a la calle en 2019), el foco de las miradas vuelve a dirigirse a un itinerario común todavía por experimentar. Durante los encuentros cofrades de EL ESPAÑOL de Málaga en el restaurante Taró, los tres expresidentes de la Agrupación (del siglo XXI) se pronunciaron públicamente sobre cuestiones referidas a la Semana Santa de nuestros días. Entre ellas, el nuevo trazado del que hablan en la segunda entrega de esta serie de publicaciones.
Rafael Recio (al frente de San Julián entre 2003 y 2012) sigue opinando lo mismo que en 2019: "Francamente mejorable". Subraya que "no es la solución a unos supuestos problemas" que tenía la Semana Santa: "Mis compañeros hermanos mayores votaron pensando en su cofradía, y no en la Semana Santa en su conjunto. Quizá cuando salgan todas veamos la dimensión de lo que se ha aprobado y se podrá hacer una valoración más completa", apunta. Eso sí, defiende que "lo estético no es defendible por parte de nadie".
Sin embargo, sus consideraciones van más allá del envoltorio: "Se ha hecho un recorrido basado en la permeabilidad, pero no la ha habido; la gente estaba bloqueada en las calles. La permeabilidad no la reconozco por ningún sitio. A los que tenemos más experiencia nos costaba sudores recorrer el centro de Málaga", explica.
Sobre los abonados, apunta que se está dando una situación complicada: "Se han puesto en sexta fila a personas que antes estaban en primera, y en una zona peor. No podemos pensar que a los abonados de la Agrupación no hay que cuidarlos, porque son el sustento. Espero que en los años sucesivos se pueda mejorar", reflexiona.
Clemente Solo de Zaldívar, máximo directivo de la institución entre 1997 y 2003, asegura que el itinerario nuevo "es complicado": "Creo que le puede gustar a un 20%, pero al 80% restante, no. Por muchos motivos: no se ha contado con el abonado, que es parte importante de nuestro soporte y del patrimonio de las cofradías. Ten en cuenta que antes tenías sillas en calle Larios, y ahora te trasladan a otras zonas y te dicen: “Esto es lo que hay”. De la venta de las localidades procede el beneficio que recibimos y que repercute en la Semana Santa. Las cofradías estamos deseando cobrar para pagar lo que tenemos o encargar cosas nuevas", argumenta, al tiempo que añade que "no solo no se han solucionado los problemas actuales, sino que se han creado más de los que ya teníamos, que no eran pocos", destaca.
No reconozco la permeabilidad por ningún sitio
Eduardo Pastor, presidente de la Agrupación de Cofradías entre 2012 y 2015, incide en la cuestión temporal del debate. En su opinión, hace falta esperar a que salgan todas las hermandades a la calle para que se pueda analizar en su totalidad. Centrándose en cuestiones relativas al entorno, apostilla que la plaza de la Marina tiene "poca solución": "Creo que hubo tiempo como para cuidar detalles referidos a no tener una zona sin iluminación y pasar con la gente alumbrando con linternas del móvil. Eso da una imagen triste. No se perfiló algo que ya llevábamos tiempo hablando. También le va a suponer a las cofradías estar en la calle un tiempo más que prudencial, con tronos grandes y pesados que se encierran tarde, y que todavía no han podido transcurrir por él. Quizás a la mayoría le pareció bien, pero otras todavía no se han atrevido a decir que les viene mal", afirma.
Sobre la seguridad, se muestra tajante: "Fue horroroso. El Domingo de Ramos me costó muchísimo llegar a la tribuna principal, algo que no me había pasado en la vida. Convertimos Málaga en una encerrona, cuando lo que se argumentaba es que el Ayuntamiento nos había pedido un cambio de recorrido por seguridad. Lo que yo viví es que Málaga era una ciudad insegura a la hora de haber hecho una evacuación urgente".
La cuestión del abonado vuelve a salir en la conversación. Expresa que siempre ha sido "muy agrupacionista" y que le dio "mucha lástima" ver a abonados abucheando al presidente: "Me da igual que fueran 15, 20, 30 o 40; eran personas que estaban gritándole. Los que le sacaron de aquel embrollo fueron Pipo y Antonio Jódar, y yo lo viví con lástima porque no hay necesidad de que un presidente sea increpado por una minoría, por muy pocos que fueran. Pero quizá también hay que escucharlos", subraya.
No se ha contado con el abonado, que es parte importante de nuestro soporte
Aunque considera que este cambio se ha hecho "buscando lo mejor", defiende que se tenía que haber debatido y estudiado más: "No se debería haber puesto sobre la mesa una única excusa, la seguridad. Sobre todo porque se ha visto que no ha sido así".
De nuevo, insiste en que todo pasa por lo que ocurra en los próximos años: "Veremos entonces si es necesario dar marcha atrás, buscar una alternativa o seguir con lo que tenemos. Pero hay que cuidarlo. Estéticamente tuvo muchos fallos, después de tres años espero que se haya podido corregir". Sin embargo, hay cuestiones que requieren un análisis más profundo: "Cuando las cofradías hacen la cruceta, siempre optan por pasar aquí a tambor. ¿Cómo le dices al abonado que lo vamos a hacer para cruzar lo más rápido posible?", se pregunta.
A modo de reflexión final sobre este tema, Recio se muestra confiado en que "podamos ver" las mejoras en aspectos que no se hicieron: "Ya no hay obras ni otros condicionantes. Estoy convencido de que las soluciones estéticas y logísticas se van a implantar, pero las calles que pasamos son las que son. Aumentamos cinco curvas en ángulo recto con respecto al anterior recorrido, y pasamos por la plaza de la Marina y Molina Lario, aprovechando el entorno de la Catedral que era el paradigma, según decían".
Hosteleros, hoteleros y seguridad
Otro de los aspectos que salen en la tertulia es la convivencia de la Semana Santa con la hostelería. Recio critica que en 2019, el paso por Molina Lario fuera una sucesión de restaurantes. "Hubo un establecimiento que preparó un catering para los palcos que estaban en esa zona. ¿Esa es la imagen que queremos ver de nuestra Semana Santa? No lo sé", reflexiona Pastor.
Pero no es el único sector que también se ha visto influido. Rafael menciona el caso de los hoteles que "cortaban el paso para que nadie transitara" por la puerta de su establecimiento: "Había que haberlo consensuado con esos negocios que habilitaron la primera planta para ver pasar las procesiones. Supongo que se haría, pero ahí se pusieron dos guardias de seguridad y no podía cruzar nadie. Por lo tanto, a la gente no le dejaban ir desde Sancha de Lara hasta Cortina del Muelle. ¿Qué va a ser mejorable? Claro, es fácil porque se ha partido de un listón muy bajo".
Eduardo Pastor saca a colación la experiencia vivida el Jueves Santo de 2019, una de las jornadas más complejas de cuadrar y que contó con el factor de la lluvia. Relata que sus sillas están en Atarazanas, justo en el epicentro del colapso que se produjo hace tres años: "Tenía la cruz guía de Viñeros parada delante y Mena estaba pasando por el lateral del Mercado, saliendo del puente de la Esperanza; les quitaron las vallas en Hoyo de Esparteros. Había tal masificación que la gente se comía a los guardias. Entraron cientos de personas de golpe, no para ver, porque había una tribuna, sino para escuchar a los legionarios".
Y añade: "Los Viñeros se quedaron colapsada con Vera Cruz. No hubo nadie de seguridad ni de la Agrupación. Delante de la cruz guía había un policía y fui a hablar con él: ¿Usted considera que esta invasión del recorrido oficial es normal y que una cofradía esté parada mientras está lloviendo? El policía se encogió de hombros y me dijo: no puedo hacer nada. Esto tiene que solucionarse en 2022, porque no fue la mejor imagen de los que estábamos allí. Quizá nos falte todavía recorrido para analizar. Imagino que el que hemos tenido también tuvo sus problemas, pero era otra sociedad".
¿Cómo le dices al abonado de plaza de la Marina que vamos a ir a tambor por su zona para cruzar lo más rápido posible?
A propósito de este último comentario, Clemente Solo de Zaldívar apunta a que la sociedad también ha cambiado, y la Málaga de hace 50 años no es la misma que hay ahora. Sobre todo porque somos testigos directos de una pandemia: "Tenemos que mentalizarnos de que después de dos años sin salir, el cofrade tiene que pagarlo todo a la vez. La situación económica no es favorable; la gente espera a última hora, cuando sabe que hacen falta portadores o nazarenos, para que le llamen y no le cueste dinero".
¿Cómo puede influir todo esto en el futuro? Eduardo lo tiene claro: "Creo que todavía no ha podido hacer efecto en el presente, pero hay que ser realista. No estamos sobrados y este 2022 vamos a ver más huecos y ausencias. Desde 2019 han pasado tantas cosas...", subraya.
Con optimismo, Recio confía en que "de alguna manera" se hayan arbitrado soluciones transitorias para hacerlo más viable: "Un nazareno no sale del recorrido oficial hasta dos horas después de haber entrado. En nuestra ciudad no hay cuerpos de nazarenos adultos, sino de gente joven. Con cofradías que vienen más alejadas. Eso también se nota". Como reflexión coral, Pastor apunta a que estamos poniendo la Semana Santa en una situación complicada, porque mientras pasa todo esto, "queremos hacer tronos más grandes, con cortejos más largos y que haya más abonados". El futuro todavía está por descubrir. El tiempo será el encargado de desvelarlo.
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