Hace mucho que no te escribo y aún hace mucho más que no me revisto con tu túnica, bueno, LA túnica, que junto a la de tu Madre sigo teniendo colgada en el armario al lado de los vestidos de fiesta y los abrigos porque la túnica es eso, es abrigo del alma, escudo protector y una fiesta a celebrar siempre. Maduré siendo nazareno a tus pies descalzos porque traía el bagaje de un nazareno de barrio blanco y grandes promesas…
Aprendí bajo tu estirpe a vestir a otros nazarenos, a servirles y a fajarlos en las madrugadas, a recogernos con frío y mucho sueño pero con la satisfacción de haber aportado un granito de arena. De aquellos amigos sin cuota pero con ganas de ayudar me han quedado hermanos. Prácticamente no nos vemos pero Tú estás en todos ellos y juntos somos aquello que fuimos y que podemos recordar entre sonrisas a pesar de que a algunos nos ha costado lágrimas. Como Padre infinito sé que estás orgulloso de ellos y yo… yo soy capaz de escribir estas letras públicamente para darles las gracias otra vez por aquellos días, por aquellas vivencias y por aquellos recuerdos juntos.
Hubo un momento en que me perdí y llegué gracias a una de ellos a los pies de un Nazareno que me ha devuelto con creces la petición que le hice delante de nuevos testigos con los que estamos comenzando otra historia. De aquellas madrugadas ahora ya solo queda amor del bueno, se filtraron las lágrimas y ahora sólo son de alegría cuando los Viernes Santo se lee o se oye un "¡Oh Cruz Fiel!" y todos aquellos guerreros de la fe son capaces de repetir mentalmente la jaculatoria completa… "tú eres entre todos los árboles el más ilustre, ningún bosque ha producido otro semejante en la hoja, en la flor o en el fruto. Dulce leño, que con dulces clavos, sostienes dulce peso. Canta, oh lengua, la victoria del más glorioso combate…".
Aquellos brotes verdes siguen aquí, a los pies del Árbol de la Vida. Pronto será la madrugada del Viernes Santo y muchos cerraremos los ojos y volveremos a verte como te recordamos.
P.d.: A los verdes de esta Málaga Nazarena. A mi Verde.