San Andrés, El Torcal y la barriada de La Luz echaban en falta a la asociación parroquial Luz y Mar, más conocida como la hermandad de San Andrés, recorriendo las calles el Sábado de Pasión tras la pandemia.
Durante la jornada del sábado las calles de estos barrios se llenaban tras el vacío de dos años muy complicados para los cofrades. Había que acompañar a los titulares, aunque fuera desde el balcón de casa.
La Avenida de la Luz, uno de los puntos cumbre del recorrido, donde se interpretaron saetas y se realizó una petalada de claveles rojos a ambos tronos. Especialmente emotiva fue la saeta de Belén Ballesteros a la Virgen del Mar, una escena clásica de esta hermandad.