Javier González de Lara: "Ver procesiones de noche puede tener el misterio de la luz"
¿Cuál es su primer recuerdo cofrade?
En casa, con mis padres y mis hermanos y sobre todo en las habitaciones de la infancia, que son las que se recuerdan con más cariño.
¿Sillas en el recorrido oficial o callejeo? ¿Por qué?
Callejeo de siempre porque me gusta estar cerca de los momentos especiales y de las hermandades tanto en salidas como encierros y puntos estratégicos. Pero bueno, siempre que uno pueda moverse y tener más movilidad es mucho más atractivo, a mí me resulta mejor y es lo que hecho siempre. Aunque alguna vez haya estado en algún balcón.
Semana Santa ¿De tarde o de noche?
La noche quizá tenga el misterio de la luz. Sobre todo en los tronos de palio por las candelerías. Pero también el día, una Pollinica saliendo de noche no se entiende ni Servitas de día.
El momento que nunca se pierde.
Son muchos, pero sobre todo la salida de mi hermandad, el Monte Calvario. Por muchas razones.
El momento que recomendaría a cualquier persona que no conozca la Semana Santa de Málaga.
También son muchos. Esto es un fenómeno de colores, sensaciones, emociones, olores… diría que toda la Semana Santa es un momento, porque es un crisol de luz, de estallido que empiezan en Domingo de Ramos y terminan el Domingo de Resurrección. Es una gran empresa colectiva, por supuesto con el componente religioso, pero también social, estético, y donde hay una organización extraordinaria. Hay pocas celebraciones en el mundo que puedan desarrollarse durante una semana con tanto orden y disciplina. Eso llama mucho la atención a la gente de fuera, porque son muchos días con mucho orden, incluso de horarios.
¿Limones cascarúos o torrijas?
Siendo del Calvario, limones cascarúos. Esos son los momentos inolvidables, cuando subíamos a acompañar al Yacente con mi abuela o mi tata de la mano. Yo iba con la ilusión de tomarme un limón que me dejaba los dientes sin sensibilidad tres días.
¿Hay alguna tradición en su familia en Semana Santa?
La tradición ha estado muy vinculada a muchas hermandades. Por toda mi familia, por ejemplo, mi abuelo, consejero del Sepulcro, también de las Penas. Yo siempre he tenido relación como victoriano. La tradición ha sido estar muy cerca de la Semana Santa. Llegar con la expectación y la ilusión.
Si ha salido en alguna ocasión de nazareno, ¿capirote de cartón, plástico o rejilla?
A mí me pilló la transición del cartón a la rejilla, por ejemplo. Pero no tengo mucho criterio, porque he sido muchos años hombre de trono y también penitente. Ser penitente es durísimo... y me quedo con la rejilla, creo que da menos sensación de peso y transpira más. Yo recuerdo el cartón con mucha presión en la sien.
Esa imagen por la que tiene especial devoción…
¡Qué difícil! Pero Santa María del Monte Calvario es muy especial y el Yacente también. Me pones en un aprieto, porque le tengo un cariño especial a la Virgen de la Paloma, pero tampoco entendería la Semana Santa de Málaga sin el Cristo de la Expiración o la Virgen de la Esperanza, o cómo olvidarme del Cautivo, si el Cautivo es Málaga. Realmente le tengo devoción a todas. También los Dolores del Puente, que está como esperándote cuando pasas el puente. El gran milagro de la Semana Santa de Málaga es que todos a los que nos apasiona somos de todas.
¿Estrena el Domingo de Ramos para “que no se le caigan las manos”?
Bueno, de pequeño sí tenía esa tradición, porque tiene un origen muy bonito. La razón era una cuestión sociológica, por la importancia y la forma de poner en valor esta fecha. Hoy por hoy intento estrenar una palma para que luego nos acompañe en casa.
¿Es de los que ve vídeos cofrades o escucha música de Semana Santa durante todo el año?
Por supuesto, todo el año y acompañando la casa y los momentos, hasta en el coche. Disfrutando de todos los perfiles de nuestra Semana Santa. Esa medalla de hermano y de cofrade se lleva durante todo el año. No es sólo una semana. Las hermandades y los cofrades hemos conseguido que durante todo el año esté presente. Con el centenario lo hemos visto. Eso también es positivo, porque al final hace que la Semana Santa no se perciba sólo como unos días... esto es todo el año y se vive todo el año.
¿Con qué procesión vendería usted por el mundo la Semana Santa de Málaga?
Yo no vendería sólo la capital, sino toda la provincia. A veces nos olvidamos de ella. A alguien que venga de fuera le diría que se moviera y conociera otras celebraciones. Es muy difícil hablarle de una sola procesión.