Sus alegres ojos azules y su gran sonrisa denotan que ha pasado una increíble Semana Santa. Desde la última vez que nos reunimos ha ganado incluso algo más de acento malagueño. Christian Machowski bebe un sorbo de zumo de naranja en un restaurante de calle San Juan, esa que tanto adora, pensando en cómo definir la gran semana que ha vivido. "Después de vivirla me siento un poco más en casa. Entiendo más vuestra cultura", confiesa tímidamente.
No sabe cómo definirla con una palabra, "es muy impresionante, importante e inclusiva", dice. Este malagueño de adopción y de alma alemana se lleva una impresión muy positiva de las procesiones. "Los niños forman parte de ellas desde dentro, o desde fuera, con las bolas de cera, pero también hay personas mayores, hombres, mujeres...", dice.
Ya había vivido alguna procesión en Benahavís, donde vivía antes de mudarse al Centro de Málaga, desde donde ha captado con su cámara los mejores momentos de esta semana. "En Benahavís solo había una, pero el ambiente era totalmente diferente y no tenía nada que ver. Esto es absolutamente increíble", reconoce con una sonrisa.
Pese a que sus días más especiales e intensos fueron el Jueves y el Viernes Santo, el Domingo de Ramos fue su primer contacto. Sus vecinos son de Lágrimas y Favores y fue "un honor" para él poder verles disfrutando dentro del cortejo.
"Fue un día muy alegre. Los días previos al Viernes Santo son una celebración para Málaga", expresa, lamentándose no haber podido reconocer a Banderas tras su capillo. "Muchos me escribieron diciéndomelo, pero no lo vi. El próximo año. ¡Me queda mucho que aprender!", cuenta riendo.
Los tuiteros malagueños se han volcado con él esta Semana Santa. Cada día recibía listas de los mejores sitios donde poder ver determinadas procesiones en el Centro de Málaga.
"Empezaba el día con un montón de mensajes privados con propuestas. Y algo aún más gracioso es que un día me dijeron de reunirnos para regalarme torrijas a raíz de un tuit que puse sobre las mejores de Málaga. Las mejores, sin duda las de Aparicio", afirma con rotundidad.
Sobre los limones cascarúos, su opinión cambia. Ha decidido que el año que viene no volverá a repetir. "La mezcla de limón, sal y bicarbonato es muy diferente. Lo hemos probado, pero ya está. El año que viene otras tradiciones, como el potaje el Viernes Santo", dice entre risas.
A los extranjeros que no vienen a Málaga por tener una idea preconcebida y errónea, en su opinión, les recomienda "que vengan, la vivan y después opinen". "Hay quien confunde los nazarenos con el Ku Klux Klan sin saber que no tienen nada que ver y que buscarle relación es una falta de respeto", dice el alemán.
A los que hablan sin saber y a sus amigos que aún no conocen la Semana Santa les anima vendiéndoles "lo maravilloso que es el ambiente y la gente". "Soy católico, pero la Semana Santa no es solo religiosidad, sino también arte", espeta.
De hecho, una de las cosas que más le ha llamado la atención, lejos del dorado de algún trono, han sido las bandas de músicas de la ciudad. "¡Qué nivelazo! Me quedé alucinado en calle San Juan con una capilla musical el Viernes Santo con Dolores de San Juan, pero todas han sonado muy bien. Lo mejor sin duda", dice Machowski.
Sobre ello, cuenta que difiere mucho la edad de los músicos en España respecto a Inglaterra o Alemania, países donde ha residido con anterioridad. "En Inglaterra los chicos no forman parte de orquestas o bandas porque no es sexi para sus cuentas de Instagram. Aquí casi todos son jóvenes", halaga.
Tampoco hay costumbre de procesionar. "En Inglaterra, por no tener, no tenemos tradiciones de nada. En Alemania hay una zona, al sur, especialmente en los pueblos, donde a veces sale alguna procesión, pero no tiene nada que ver. Para nada", declara.
Entre sus momentos favoritos, la salida de Gitanos el Lunes Santo, "toda una fiesta"; los legionarios y su desembarco el Jueves Santo y la solemnidad del Viernes Santo en Sepulcro y Servitas. "Son todas tan diferentes que es impresionante. Y lo de los legionarios, con 160 pasos por minuto, alucinante", expresa.
Machowski, que trabaja en el mundo del management deportivo, compara el ambiente previo a la procesión del Cautivo con una final de fútbol. "Todos van hacia un mismo sitio, con expectación y decisión. Pude verlo en el puente y me impresionó mucho. Tengo que reconocer que pensé si era del todo seguro [cada Lunes Santo se reúnen cientos de personas en el puente de la Aurora]".
Pese al poco tiempo que lleva en la ciudad, Machowski reconoce los contrastes de ella. Hablando sobre el Cautivo muestra una imagen que tomó de este en el puente de la Aurora con grúas y las torres de Martiricos al fondo. "Es un contraste extraño", dice.
Sobre el recorrido oficial, está al tanto de todas las críticas por parte de los cofrades a pie de calle. "Yo no tuve demasiados problemas para moverme. Sí que es cierto que una vez tuve que esperar a que pasaran dos procesiones para volver a casa. Yo no me enfado, es solo una semana al año y hay que tener paciencia, además, para mí no es problema", cuenta.
De hecho, se ríe pensando en que gracias a ese cambio de recorrido pueden ver desde casa todas las procesiones ya que este incluye Atarazanas. "Somos unos privilegiados", reconoce. Cuando se le pregunta por el ruido, responde que "tenemos cristal doble en nuestras ventanas". "Solo nos despertaron los tambores una noche sobre las cinco de la mañana, pero volvemos a lo mismo, ¡es solo una semana!", añade.
Ya tiene apuntados momentos para no perderse el año que viene. ¿Y la idea de llevar un trono? Se la piensa. "Algún día. No lo descarto. ¡Lo que pasa es que soy muy alto! Y tengo que prepararme, que es muy duro", comenta. Mientras elige hermandad ya tiene la vista puesta en la Feria de Málaga. "A ver cómo la pasamos. Si no nos gusta mucho el año que viene cogemos vacaciones esa semana", zanja entre risas.