Se llama Antonio Daniel Mira y ha sido el elegido por la cofradía malagueña de Jesús El Rico para recibir el indulto del Gobierno el próximo Miércoles Santo. Fue condenado en septiembre de 2021 a tres años de cárcel y a pagar mil euros de multa por cometer un delito de tráfico de drogas. Aún le quedaban diez meses de condena cuando llegó la noticia de que era el elegido por la hermandad. Ni él ni su familia se lo creían.

Especialmente porque Antonio Daniel es cofrade de toda la vida. Como buen trinitario, es hermano de la Cofradía del Cautivo y en breve lo será de El Rico"Estoy demasiado contento por esta oportunidad", ha declarado Antonio Daniel frente a los medios de comunicación este Viernes de Dolores. El reo ha reconocido que está muy feliz por "poder estar de nuevo con la familia" y se ha mostrado dispuesto a seguir trabajando para reinsertarse en la sociedad y "cambiar" su vida. "Esto ha sido una sorpresa", ha insistido.

En el acto, Antonio Daniel ha estado acompañado del subdelegado de Gobierno en Málaga, Javier Salasla directora del Centro de Inserción Social Evaristo Martín Nieto, Ana Villalón; el director del Centro Penitenciario Málaga I (Alhaurín de la Torre), José Miranda; la subdirectora de Tratamiento del Centro Penitenciario Málaga II (Archidona), Ana Belén Rivera, y el hermano mayor de la Cofradía de El Rico, Ramón Varea, junto a miembros de la Junta de Gobierno de la cofradía.

El indultado está trabajando en la hostelería tras participar en un programa de ayuda a la inserción laboral durante su estancia en prisión. En este sentido, Salas ha añadido sobre Antonio Daniel que siempre "los errores del pasado son subsanables" y que siempre se tiene como objetivo que "las personas penadas vuelvan a formar parte de nuestra sociedad y puedan reintegrarse en ella".

Tradición

La tradición de liberar a un preso en Málaga se basa en una pragmática real de Carlos III, dictada tras una epidemia de peste en 1756 que incidió gravemente entre la población y ocasionó la suspensión de las procesiones de Semana Santa de 1759.

Ante esta circunstancias, los reclusos de la prisión pidieron al alcaide sacar ellos la imagen de El Rico -de la que se declaraban devotos- y, al serles denegada la solicitud, se amotinaron, escaparon y llevaron a hombros el cristo por las calles en la procesión más larga que se recuerda en la ciudad.

Tras acabar, los presos volvieron a sus celdas; lo que coincidió con la repentina desaparición de la epidemia -que se cobró numerosas vidas- y esto fue interpretado como un milagro que impresionó al rey, quien concedió el privilegio, ratificado por Juan Carlos I poco después de ser proclamado rey.

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