Aunque la Semana Santa de Málaga ha estado pasada por agua este 2024, hay un grupo de niños malagueños que ha disfrutado de cada segundo de ella al máximo. Son los chavales que conforman las filas de la banda escuela Alberto Escámez, que pertenece a la Banda de Cornetas y Tambores del Real Cuerpo de Bomberos. Pese a que el verano pasado muchos no sabían ni cómo se leía un pentagrama, esta Semana Santa pudieron estrenarse pese a la lluvia. El Domingo de Ramos tocaron en un tramo con el Prendimiento y el pasado Jueves Santo tocaron dos marchas frente a la casa hermandad de Misericordia.
¿El secreto? "Mucho trabajo". Así lo confirma Francisco Javier Guzmán, que junto a Joaquín Damián está trabajando por el futuro de la Madre y Maestra, como ellos mismos llaman a la Banda de Cornetas y Tambores de Bomberos, que actualmente encabeza José Luis Gil.
Los chicos comenzaron a ensayar el 1 de noviembre de 2023, pero la primera reunión del proyecto tuvo lugar un mes antes, en octubre. “Empezamos a enseñarles un poco de lenguaje musical. Nuestra metodología se basa en combinar teoría y práctica, adaptándonos siempre a la edad de los alumnos y alumnas y sus conocimientos”, explica Guzmán.
Una vez hicieron un análisis del nivel de cada alumno, estos empezaron a tomar contacto con el instrumento. Podían elegir entre la corneta y el tambor. La mayoría, prosigue el director musical, llegan sin nociones básicas de música, lo que les supone un auténtico reto. “Es sorprendente, porque en el colegio reciben algunas nociones y muchos vienen sin conocimiento alguno, no exagero. Empezamos de cero, enseñando a leer un pentagrama o a identificar el valor de cada nota”, asevera.
Los músicos tienen entre ocho y dieciocho años. Aunque son una treintena, en Semana Santa solo han desfilado unos veinte aproximadamente. El resto aún sigue trabajando para poder estrenarse la Semana Santa de 2025.
Sus alumnos han acudido a los ensayos de dos a tres veces por semana, excepto durante las semanas previas a la Semana Santa, que se citaban a diario para lograr tener todo a punto. “Una vez que supimos que iban a salir en Semana Santa, se incorporaron a nuestros ensayos los que quisieron y nuestro calentamiento estaba adaptado a la escuela. Las primeras marchas que tocábamos siempre eran las suyas. Estaban una horita y algo y ya seguíamos el resto”, cuenta.
Para llegar a tiempo, el alumnado ha comenzado trabajando las voces “más bajas” de la banda. “Empiezan por las cuerdas más básicas, la cuarta y la tercera voz. Aunque algunos ya van por la segunda incluso”, dice Guzmán. Viendo el magnífico progreso que la escuela fue teniendo en apenas unos días, la junta directiva se reunió y para seguir motivándoles se decide hablar con algunas cofradías para sacar a la escuela a la calle, con un repertorio reducido y marchas más sencillas para ellos.
Si no llega a ser por las inclemencias meteorológicas hubieran acompañado al Prendimiento por Capuchinos y a Misericordia desde El Perchel hasta el pasillo de Santa Isabel. Este Domingo de Resurrección estaba previsto que acompañaran al Resucitado en su procesión por las calles de la ciudad a partir de la plaza del Obispo, pero el tiempo no lo ha querido. Desde la escuela, igualmente, agradecen a las corporaciones su confianza.
“Esto nace como un programa para formar totalmente gratis, tiene cosas que puedes ver en un conservatorio elemental”, insiste Guzmán, que quiere dejar claro que el proyecto se crea para ganar a gente joven en las bandas malagueñas. Si suman a más niños y jóvenes, pronto formarán una banda juvenil, aunque necesitan más colaboración para ello. Los alumnos que vayan estando preparados, sobre todo los más mayores, pasarán directamente con los mayores a la Banda de Cornetas y Tambores de Bomberos.
“Hay pequeños con un gran nivel. Mucha gente se sorprendería. Pero es cierto que los bomberos tenemos unas salidas mucho más largas, con recorridos más complicados, que creemos que no es lo idóneo para ellos. Es mejor algo más corto y asequible, más adaptado”, continúa el director musical, que prefiere dar esa oportunidad a los más mayores que estén preparados en cuanto a teoría musical.
Cada músico que se vaya incorporando a la Madre y Maestra de forma permanente, seguiría echando una mano a la escuela, pues no dejan de ser jóvenes. De esta forma, pretenden seguir integrando a más componentes a la banda de adultos y asegurar así un relevo generacional.
“Tiene muy buen pronóstico y estoy orgulloso del trabajo de todos nuestros alumnos. Hemos formado un equipo musical muy interesante”, zanja con una sonrisa Guzmán, que espera que en 2025 el tiempo acompañe y sus pequeños músicos brillen más que nunca. Se lo merecen.
La próxima reunión de la Banda Escuela Alberto Escámez será el próximo 21 de abril en el parque de Bomberos de Martiricos, donde tienen la sala de ensayos.
Todos aquellos que quieran ser nuevos integrantes, pueden acudir y estar atentos a las redes sociales de la banda, donde compartirán todas las novedades.