"¡Bienvenidos a Jurassic Park!". La voz que se escucha no es la de Richard Attenborough interpretando al filántropo y multimillonario John Hammond, propietario del famoso parque ficticio. Sino que procede de Flor Martínez, maestra en la escuela infantil Moonlighting de Marbella. Cada mes de febrero, esta profesora que trabaja con niños de 0 a 2 años decide transformar las clases de su colegio en un espacio de aprendizaje y diversión con un hilo conductor especial: los dinosaurios.
En conversación con EL ESPAÑOL de Málaga, Flor relata que es "un poco friki" de estas especies extintas: "La temática del jurásico se presta mucho a este tipo de actividades. A través de la ambientación y la teatralización recreamos este escenario". Para ello, se retroalimenta de su otra gran pasión, las manualidades. Con las figuras de goma eva simboliza los distintos animales: "Me lleva más de una semana". La clave está en que la caracterización tenga presente el público al que va dirigido: "Siempre intento que no sean muy realistas, sino con algunos toques infantiles".
Durante una semana prepara los recortables, la ambientación, los paisajes y también la música. Como no, la banda sonora de John Williams resuena por todo el centro educativo nada más abrir la puerta de la clase. Pero no es el único detalle: "Preparo una cueva, un volcán del que erupciona humo y una cascada… ¡Incluso una zona de excavación para que se sientan como auténticos paleontólogos!", añade.
¿Qué responden los niños cuando ven todo esto? La respuesta, a la vez: una exclamación enorme que evidencia la sorpresa de los alumnos. "Salen fascinados. No solo por las canciones y la recreación. Sino porque aprenden lo que son los dinosaurios, qué significaba, conceptos como herbívoro o carnívoro y cómo se puede relacionar con los animales de hoy en día. También se quedan con algunos nombres. El favorito es el Tiranosaurio Rex, aunque muchos retienen otros más complejos".
El día de la visita, Flor espera en la puerta, aguardando para ver sus caras nada más entrar. El valor añadido de una actividad de este tipo reside en su repercusión pedagógica. El hecho de que sea interactivo, con estímulos visuales y sensoriales, favorece el aprendizaje: "Vamos juntos por el camino. La música es fundamental, porque actúa como argumento. Eso deja huella, porque el conocimiento y la diversión se dan la mano".
Así, no hay alumnos que no sepa que los dinos ponen huevos, que el pterodáctilo vuela, que también había especies acuáticas y que los protagonistas de Parque Jurásico llevan sombrero: "Muchos vuelven a visitarnos después de haber salido del cole. Todos recuerdan el día que vinieron al Jurassicmoon por primera vez".
Una iniciativa tuitera
Este trabajo se dio a conocer después de que su hijo, Matías S. Zavia, compartiera el vídeo de la teatralización en redes sociales: "Grabé el vídeo y lo subí a Twitter. Se ve que ha tenido mucha repercusión, pero su audiencia son todos los niños que lo han disfrutado en estos años", explica. Recuerda que su madre siempre ha sentido pasión por las manualidades de goma eva: "Tiene una cuenta en Instagram en la que comparte su trabajo. Se suele levantar a las 5 de la mañana para ponerse con ello".
Confiesa que su amor por los dinosaurios va más allá de una simple afición: "Se ha visto las películas como 30.000 veces (bromea). Le gusta incluso Jurassic World, que es bastante peor. Ella es argentina y estudió profesorado infantil siendo yo bebé, así que hizo las prácticas conmigo cuando era pequeño. Nuestros cumpleaños siempre llevaban alguna temática definida: Pocoyó, los Simpson…".
Al final, se acabó cumpliendo la profecía que recogió Steven Spielberg en su película: "No olvides por qué construimos este lugar, Claire. El Mundo Jurásico existe para recordarnos lo pequeños que somos. Cuán recientes. Eso no tiene precio". Esta vez, la grandeza de un ecosistema histórico se ha visto reflejada en la inocencia de los más pequeños.