Hasta aquí llegó el sueño de las medallas. España perdió este domingo ante una muy superior Dinamarca (35-28) y, tras perder la semifinal frente a Noruega, las Guerreras se quedan sin saborear la gloria del bronce. No fue posible superar a un equipo que supo detectar los huecos en defensa, que tuvo a una guardameta imperial y que mantuvo a su bloque compacto. Tras un gran Mundial, la selección nacional se mantiene entre las cuatro mejores selecciones con tres jugadoras del Costa del Sol Málaga, pero se queda sin subirse al podio.
El partido entre ambos equipos comenzó siendo muy igualado (2-2), pero España pagó rápidamente los espacios que empezó a dejar en defensa y Dinamarca se puso por delante en el marcador (8-6). Sin embargo, una superioridad y un gran parcial de las Guerreras permitió que el partido volviese a estar empatado. Aunque poco duró. Las rivales alcanzaron una máxima de cuatro tantos y, a pesar de que consiguieron reducir daños, el partido llegó al descanso 16-13.
Pero nada cambió. El travesaño impidió que España se acercara en el marcador, la portera rival fue un obstáculo constante y el acierto en el tiro exterior de las danesas, que no fallaron apenas, supuso que la diferencia no hiciese más que aumentar (28-19). Fue difícil luchar cuando todo iba en contra, una defensa especial hizo que hubiera más espacios libres atrás y el partido finalizó con un resultado de 35 a 28.
Merche Castellanos empezó como titular, pero jugó algo menos de los 30 minutos de la primera parte. En esta ocasión solo detuvo 3 de los 17 lanzamientos que recibió en contra y en el segundo período salió en algún lanzamiento de siete metros. Silvia Navarro tampoco estuvo especialmente acertada y fue imposible igualar el rendimiento de las guardametas danesas, dos de las tres mejores porteras de la cita internacional.
Sole López volvió a jugar la segunda mitad y se vio ciertamente superada por los centímetros de más que tenían las rivales. Las compañeras no consiguieron encontrarla en situaciones de superioridad, a excepción de los dos goles que anotó en los minutos finales, y atrás también sufrió a la hora de conectar las ayudas.
Por su parte, Silvia Arderius volvió a mostrar un gran repertorio de asistencias (cuatro ante Dinamarca), aunque no tuvo la misma recompensa con el gol (uno de cuatro en los lanzamientos). Entró como revolución en la primera con la intención de aportar velocidad y agilidad a la ofensiva española, pero fue muy difícil encontrar esos huecos libres. Al igual que su compañera malagueña, también se vio afectada por esa diferencia de altura.
Con este campeonato España sigue demostrando que es una de las mejores selecciones del mundo, pero no ha conseguido finalizar el torneo con una medalla como sí ocurriera con esa plata de 2019. A pesar de todo, las Guerreras se aseguran un futuro lleno de éxitos.