José María Arrabal posa para EL ESPAÑOL de Málaga en The Embassy. EEM

José María Arrabal posa para EL ESPAÑOL de Málaga en The Embassy. EEM EEM

Deporte A título personal

José María Arrabal: “En Málaga no se debe perder el hambre, con una humildad ambiciosa”

El secretario general de Deportes de la Junta de Andalucía abre su lado más personal a EL ESPAÑOL de Málaga. 

15 septiembre, 2024 05:00

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Detrás de la llegada a Andalucía de grandes eventos deportivos, como la Copa Davis de Málaga o el Mundial de Fútbol 2030 a Málaga y Sevilla, además de otros muchos, está su nombre, que también ha figurado en los New Jersey Nets, el Real Madrid, el Málaga CF o LaLiga. Siempre en la gestión, a la que empezó a acercarse con 13 años en el Colegio Maristas de Málaga, donde se le inoculó el deporte en las venas. Ahora es director general de Deportes de la Junta de Andalucía y pretende dejar un "legado" con su trabajo en este ámbito. Su nombre es José María Arrabal Sedano (Málaga, 1975), y atiende a EL ESPAÑOL de Málaga en The Embassy, Fuengirola, una instalación de primer nivel para la formación y entrenamiento de jugadores de baloncesto, aprovechando una cita laboral que lo ha traído hasta el barrio del Higuerón. Además de la Nueva Rosaleda (leer aquí), Arrabal se abrió a su lado más personal, el del niño que se crio entre Carranque y el barrio de la Victoria. 

¿Quién es José María Arrabal?

Pues José María Arrabal es un ciudadano de a pie que ha tenido la fortuna de nacer en un sitio maravilloso que es Málaga, que es Andalucía y que es España, y al cual le han inculcado desde pequeño el amor al deporte 

¿Era usted marista?

Sí, yo estudié en los Maristas de Málaga y ahí mamé el amor al deporte como una parte esencial de la educación y de la formación de las personas. Los maristas los viví en mi casa y eso me ha acompañado siempre. Entre otras cosas me ha hecho entender dónde podía servir y es donde estoy intentando hacerlo. Básicamente lo que mueve a esta persona es servir a su país y a su gente a través del deporte desde Andalucía. Lo vengo haciendo desde una responsabilidad pública desde hace cinco años y medio. Es una responsabilidad prestada pero que te da la oportunidad de intentar prestar un servicio a tu gente a través del deporte. Esa es la vertiente profesional, el titular de lo que se me viene a la cabeza. Por lo demás, en lo personal, alguien familiar, alguien que tiene unas costumbres bastante normales. Alguien a quien le gusta pasear por el paseo marítimo de Málaga, a quien le gusta disfrutar de toda Andalucía cuando tengo la oportunidad de visitar cualquier provincia. Y luego alguien a quien le gusta aprender de todas las personas que le rodean, que afortunadamente son muchas y que te dan esa magnífica oportunidad.

¿Dónde nació y se crio José María Arrabal?

Yo nací en Málaga, nací en Carlos Haya, hace 48 años. Crecí en el entorno del pabellón de Carranque, yo vivía en la zona de la iglesia de Santa Rosa de Lima. Aunque, como decía, a los diez añitos comencé a estudiar en los Maristas. Previamente había hecho hockey en un colegio público, el Colegio Domingo Lozano, en Carranque. También había hecho fútbol sala y en Maristas me enamoré del baloncesto. Todo el mundo conoce la increíble historia, yo diría de película, que se vivió en el Colegio Maristas en los años 80, con el balonmano y con el baloncesto. A partir de ahí, una persona que encontró en el deporte la pasión en la que poder volcar todas sus ilusiones e intentar contribuir en diferentes facetas, viviendo en diferentes sitios del mundo, pero siempre con un sentimiento de pertenencia muy fuerte con mi tierra, con Málaga, con Andalucía y con España. Lo cual me ha permitido tener una visión de la importancia de volver a tu tierra.

¿Qué recuerda José María de esa Málaga, del barrio de Carranque y del barrio de la Victoria? ¿Qué recuerda de su niñez, de su crecimiento en Málaga?

Pues la inmensa mayoría de los recuerdos que tengo giran alrededor del deporte. Desde, insisto, recuerdo estar federado en Fútbol Sala, con ocho o nueve añitos estar federado porque mi familia, esto es algo que se nos inoculó desde muy pequeño. Y desde luego recuerdo muy, muy fuerte y muy vivo las emociones que el baloncesto supuso. En esa etapa en la que vimos el ascenso de Mayoral Maristas, los duelos con el Caja de Ronda, la fusión, un hito que yo creo que fue muy importante para la cultura de la ciudad. Y la final de la ACB del año 95 fue muy importante para la mentalidad de la ciudad. Yo me tengo que acordar siempre del maestro Imbroda por muchos motivos, él fue profesor mío de Educación Física. Pero creo que lo que aquel equipo hizo, el servicio que aquel equipo prestó a la ciudad de Málaga, llegando por primera vez a una final nacional, compitiendo de tú a tú con un Fútbol Club Barcelona, creo que contribuyó decisivamente a que en la mentalidad de la ciudad hubiera un autoconvencimiento de que se podía estar en primera línea, no solo en el deporte, sino también en otros aspectos. Y eso a muchas personas de la época nos marcó muchísimo y sigue vigente. Málaga ha tenido un progreso enorme, todavía nos queda recorrido de mejora, creo humildemente que tampoco podemos acostumbrarnos o darlo por garantizado, porque nada es regalado. La competición, igual que en el deporte, en la vida y en el mundo es feroz, feroz y nadie tiene el sitio garantizado, por lo tanto, hay que seguir reinventándose, hay que seguir buscando proyectos de valor y proyectos que sigan posicionando a nuestra tierra en el mundo.

"Soy una persona que encontró en el deporte la pasión en la que poder volcar todas sus ilusiones"

Hace tiempo que su sitio de trabajo no es Málaga. ¿Qué vínculos mantiene usted con la ciudad?

Siempre digo que aunque haya vivido muchos años fuera de Málaga, yo nunca me he ido de Málaga, porque mi cabeza y mi corazón siempre están en mi tierra. Ahora tengo la fortuna, además, de compatibilizar eso con la experiencia que supone vivir y sentir otras siete provincias. Pero en el caso de Málaga, en la parte familiar mi familia está aquí. Y en la parte deportiva no cabe duda. Con el mismo nivel de compromiso, insisto, que tengo con toda Andalucía, pero indudablemente con una sensibilidad especial. Pero las tradiciones de Málaga me vuelven loco. Ojalá dispusiese de más tiempo para poder disfrutarlas. Me encanta la Semana Santa. He sacado tronos. No todos los años, porque en muchas ocasiones era imposible estando por ahí fuera.

¿Qué trono?

Pues saqué la Sentencia. 

Continúe... 

Me gustan muchísimo nuestras tradiciones. Y me encanta la feria, me encanta la calle Larios en Navidad, me encantan los toros en La Malagueta, me encanta el aroma de los Espetos, es una cosa... Bueno, supongo que tiene sus detractores también, pero a mí me encanta. Y mi momento, personalmente, es cuando hago ejercicio con mi familia, los fines de semana, por el paseo marítimo sobre todo, por El Palo, por Pedregalejo, y huelo a espetos, huelo a mar. Ese es mi momento vital. Y ya te digo que yo no sabría entender mi vida sin lo que supone mi sitio en el mundo, que es Málaga.

Que no deja de hacer José María Arrabal en Málaga, esté donde esté. Una cita ineludible para él.

Pues yo diría exactamente eso. Yo diría hacer ejercicio y hacer deporte con mi familia por el paseo marítimo. Es de verdad el momento en el cual me reencuentro conmigo mismo y es lo que ansío. Cuando estoy de viaje, cuando he vivido fuera, siempre me imaginaba haciendo deporte, dando un paseo, comiéndome un espeto en ese paseo cerca del mar, con el sol en la cara y saludando amigos de toda la vida. Eso para mí es lo mejor del mundo. No cambiaría eso por nada. 

José María Arrabal durante un acto de la Junta de Andalucía

José María Arrabal durante un acto de la Junta de Andalucía Junta de Andalucía null

¿Qué deporte hace?

Pues mira, camino. Camino mucho. Camino, yo diría, unos 50 kilómetros semanales más o menos. Por ejemplo, en Sevilla suelo ir andando a la consejería. Es una horita y cuarto temprano, con lo cual ya suma. Juego al pádel una vez por semana al menos. En ocasiones juego al tenis. Lo que pasa es que resulta complicada en ocasiones esa rutina. Pero fundamentalmente yo iría a esos tres.

¿Algún rival de pádel que conozcamos? ¿Juega usted con el presidente de la Junta, con algún consejero? Por horarios y rutina deben tener el mismo tiempo disponible.

Juego con algunos empleados de la Junta, sí. Pero por ejemplo juego mucho al tenis con Koke Contreras -exportero del Málaga CF-. Koke es muy buen amigo y una persona a la que aprecio y respeto muchísimo. Y somos pareja de tenis siempre que tenemos oportunidad.

Hace deporte con su familia ha dicho…

Sí, con mi mujer y con mi hija salimos a andar. Tengo una hija que va a cumplir cinco años, Jimena. Y me esfuerzo mucho porque el hábito del deporte esté muy integrado en su día a día. Parece que vivimos un momento donde prácticamente solo se ve la tele en familia. Aunque suene duro, pero yo considero que igual que he recibido esa educación, es importante que mi hija entienda y que tenga esa imagen de sus padres haciendo ejercicio. Y desde pequeña ha sido así y nos esforzamos para que siga siendo así. Que sea un ejercicio muy natural, que sea ir a pasear, o ella va con su bici, con su monopatín. Es muy fácil encontrarme cualquier fin de semana por el paseo marítimo, cualquier sitio desde el Chanquete hasta el Club Mediterráneo. Con mi gorra y con mi hija con el monopatín y haciendo ese ejercicio en familia. Yo creo que es, insisto, el mejor momento de la semana. 

"La final de la ACB del año 95 contribuyó decisivamente a que en la mentalidad de la ciudad hubiera un autoconvencimiento de que se podía estar en primera línea"

¿Y cómo ha llegado José María Arrabal hasta donde está hoy? Cómo ha sido una trayectoria en la que hay lugares como la NBA, el Real Madrid, el Málaga CF, LaLiga… ¿Cómo se forjó esa figura de gestor deportivo? 

He tenido la inmensa fortuna de conocer a gente que me ha inspirado mucho, como mi madre, como el maestro Imbroda. Gente muy especial con la que he tenido la ocasión de inspirarme. Y esa pasión, con tenacidad e intentando tener un espíritu en el que se abandone cualquier tipo de complejo y cualquier tipo de excusa. A mí lo que me hubiera gustado es jugar en la NBA, pero no tenía las condiciones. Sin embargo, estas personas que me han inspirado tanto me enseñaron que el lamento no te conduce a tus sueños. Te conduce la lucha, la entrega, el reinventarte, el encontrar aquello en lo que puede ser bueno. Y eso es lo que yo he intentado. Desde luego, sigo teniendo mucho recorrido de mejora en lo personal, en lo profesional, mucho aprendizaje todavía por llegar. Pero, desde luego, sí que amo profundamente lo que hago. En esta fase en particular, hacerlo para mi tierra es un honor. Es una responsabilidad prestada que supone un auténtico honor. Y, desde luego, puedo decir que todas las personas que estamos alrededor de esa responsabilidad nos estamos vaciando para dejar lo mejor a nuestros hijos.

¿Cuáles fueron los primeros pasos de José María Arrabal?

Pues, como decíamos anteriormente, yo estudié en Los Maristas, donde el ambiente alrededor del deporte era muy fuerte. Entonces, comencé a entrenar niños con 13 años, muy joven, porque no destacaba a nivel físico. Tuve que encontrar aquello donde podía seguir disfrutando del deporte. Eso me permitió comprender que hay ámbitos muy amplios. Me permitió, por ejemplo, descubrir la importancia de la gestión. Y creo que está más vigente que nunca, de hecho. Creo que llega un momento en el que el deporte español requiere de un liderazgo en gestión y de una profesionalización en la gestión que debe marcar diferencias, porque a nivel de talento deportivo ya lo tenemos. Entonces, insisto, esas dos locomotoras fueron la pasión, el amar profundamente el deporte y el entender que tenía que buscar las áreas donde podía contribuir y ganar partidos a mi manera. Eso fue lo que me movió. Y hay también un tercer factor, quizás, cuotas de atrevimiento grandes. En el sentido, por ejemplo, de marchar a Estados Unidos como becario de un equipo de la NBA. En el siglo pasado, era algo como irte a Marte, poco más o menos. Donde tuve mucha ayuda de amigos que estudiaban allí en Estados Unidos y que me abrieron los ojos muchísimo. O, por ejemplo, a la hora de continuar esa experiencia trabajando para la NBA en el sur de Europa, donde aún no existía. Quizás la NBA fue pionera a la hora de pensar en global. O cuando me incorporé al Real Madrid en 2002, inicialmente en la sección de baloncesto y luego en la sección de fútbol. Fueron cinco años maravillosos y estoy muy agradecido a esa institución, a la que aprecio mucho.

"Mi mejor momento es cuando hago ejercicio con mi familia, los fines de semana, por el paseo marítimo, por El Palo, por Pedregalejo, y huelo a espetos, huelo a mar. "

Empezó, por la época en que era, en la Luna, que era la NBA. ¿Cómo surgió  ir allí?

Fui como becario de un equipo de la NBA. Tenía y tengo amigos que estudiaron allí y me hablaron de cómo en Estados Unidos es muy común la incorporación de becarios.

¿En qué ciudad?

Trabajé para los New Jersey Nets. Yo vivía cerca del aeropuerto de Newark y la oficina estaba en East Rutherford. Hace un año, exactamente, tuve la oportunidad de revisitar aquello. Con ocasión del US Open estuvimos en Flushing Meadows y fue una experiencia vital muy bonita. 

¿Y qué pasó?

Ahí fue donde realmente mi cabeza hizo clic. Yo estudiaba Económicas en la Universidad de Málaga. El baloncesto era mi hobby, mi pasión. Yo entrenaba a niños, pero en Estados Unidos es donde me di cuenta de que podía hacer de mi pasión mi profesión. Podía hacer gestión, podía hacer empresa y podía contribuir en el mundo del deporte sin destacar atléticamente. Y eso fue diferencial. Hablamos del año 98. Previamente, también, con un buen amigo del alma de Málaga hacíamos campus para niños. Nosotros teníamos 17, 18 años y montábamos campus para niños, campus de baloncesto, balonmano, fútbol. Y eso nos permitió, por ejemplo, cerrar acuerdos de patrocinio, insisto, hace casi ya 30 años. 

"Los grandes eventos tienen un carácter global, planetario, muy importante. Pero hay que ir más allá, es el legado"

Para llegar a gestionar el Deporte en la Junta de Andalucía. Copa Davis, finales de Copa del Rey, partidos de la Eurocopa, ahora el Mundial de Fútbol, golf… ¿Qué hay detrás de la llegada de todos esos eventos a Andalucía?

Lo primero que hay que decir es que esto no lo hace una persona sola. Y ningún cambio o mejora trascendental ocurre si no es por la fuerza de la convicción, es decir, de un grupo de personas. Yo, afortunadamente, tengo la suerte de trabajar en un entorno laboral con un equipo maravilloso, espectacular. Con mujeres de bandera como son Isa Sánchez y María de Nova; actualmente con una consejera como Patricia del Pozo, que ama el deporte, como todo su equipo; un presidente -Juanma Moreno- que tiene una sensibilidad muy especial por el deporte y siempre nos lo ha manifestado así. Él nos ha enseñado a soñar fuerte y a intentar aterrizar la luna. Somos meras herramientas en un proceso muy amplio. Y luego el resto de administraciones. No cabe duda de que en la medida en la que hay un alineamiento, eso es mucho más fácil. Y todos tenemos un rol. Y particularmente si hablamos del caso de Málaga, hay dos administraciones como la de la Diputación y el Ayuntamiento que creen firmemente en el deporte y apuestan fuerte por ello. En lo personal, este recorrido vital, yo creo que sí ha tenido un motor importante, que es desde luego la pasión. Poner el corazón en lo que haces, amar profundamente lo que haces y dedicarte a ello con entrega absoluta. 

¿Le queda alguna espinita con algo, algún proyecto que diga, antes de irme, esto hay que conseguirlo para Andalucía? 

Los eventos que has mencionado antes tienen un carácter global, planetario, muy importante. Muy importante. A nivel de repercusión, a nivel económico, a nivel de inspiración de los chicos que se enganchan al deporte. En Andalucía ha crecido la tasa de plástica deportiva del 42 al 56% en 5 años, eso es una barbaridad. Los eventos tienen mucho que ver, al igual que la política que se ha seguido con federaciones, con el deporte escolar, etc. Pero hay que ir más allá: es el legado, es el legado. Yo creo que, mira, precisamente en esta instalación -la entrevista se desarrolla en The Embassy Training Center de Fuengirola- un conocido malagueño que está ahí abajo me decía en una ocasión: "José María, es que ahora sentimos que cuando salimos somos la vanguardia". Eres deporte, eres andaluz, eres la vanguardia. Yendo más allá de los acontecimientos, nosotros lo que queremos es que el deporte sirva como gran proveedor de autoestima, de prestigio para Andalucía y ojalá que de oportunidad en el futuro. Yo creo que una ambición para responder a tu pregunta es que esos acontecimientos no solo continúen, sino que dejen un legado. Que ocurra, por ejemplo, lo que ha ocurrido en esta magnífica instalación en Fuengirola, que la Asociación de Jugadores de la NBA se queda aquí, están comprando casas. Los chicos de la NBA que están viniendo están comprando casas. O sea, lo que queremos es que sean andaluces, en este caso malagueños, todos los que nos visitan. Y estos acontecimientos son una oportunidad magnífica para que lo hagan. Y ese es el gran objetivo que hay detrás. Además de, como digo, tirar de otras palancas como la práctica deportiva, la salud, la proyección, la economía, etc.

José María Arrabal, secretario general de Deportes de la Junta de Andalucía

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Y desde el prisma de alguien que ha viajado por todo el mundo, ¿cómo ve Málaga actualmente? ¿Cuál es su lugar en el mundo?  

Pienso que el mundo cambia a la velocidad de un tuit. Y eso exige atención constante, reinvención constante, capacidad de competir. Por eso creo que el deporte es tan especialmente trascendental en nuestros días. Porque la realidad es que este mundo nos hace competir a diario. No cabe duda de que la evolución de Málaga ha sido sideral, sideral. Creo que hay que felicitar a las personas que lo han impulsado. Entre otras, yo me acuerdo de una persona que admiro y aprecio muy profundamente, que es el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, por todo ese proceso. Málaga, desde luego, tiene un sitio en el mundo actualmente reconocido. Y no solo por elementos tradicionales, como el turismo, el sol, la playa, sino la tecnología, la cultura, el deporte. Y eso debe continuar. Sobre todo yo creo que no debemos perder el hambre. En Málaga no se debe perder el hambre. Y entender que hay que ser competitivo en todos los órdenes. Sobre todo porque el mundo cambia a la velocidad de un tuit. Y lo que hoy parece una ventaja competitiva inigualable, en un ratito se ve desafiado por otro destino, por otro lugar en el mundo. Así que sin complejo, pero con una humildad ambiciosa. Yo creo que son dos valores perfectamente compatibles, la humildad y la ambición. Esa identidad marinera y fenicia, es la que hace especial a Málaga, y no debemos perderlo. Además, el deporte es un gran reflejo de la pujanza de las sociedades. Y en este caso creo que se puede comprobar en Andalucía y, particularmente, en Málaga. Así que a seguir por esa línea. Y a seguir representando en el mundo sin ningún tipo de complejo, con una identidad muy clara, con gente hospitalaria, que además apreciamos a todo el que viene, independientemente de su origen. Yo creo que todo el que contribuye a la prosperidad de Málaga es malagueño. Y creo que esa mentalidad es importante.