A este Málaga le falta sus dos delanteros titulares, también su mediocentro estrella, no gana fuera de casa ni aunque le paguen por ello, tiene a Kevin entre algodones y le cuesta horrores hacer goles. Pero cuando juega en casa es Superstar. Es un ciclón cuando tiene que serlo, supera a sus rivales con relativa facilidad e incluso se permite el lujo de contemporizar. Es el Málaga de La Rosaleda, el que este jueves ha vuelto a la senda de la victoria ante la Real Sociedad remontando a base de golazos.
Lo cierto es que es digno de estudio lo que a este equipo le pasa cuando juega dentro de casa y cuando lo hace fuera. Su confianza es notable jugando de local. Y eso se nota incluso en la expresión corporal de sus jugadores. Ante el Sanse fue de menos a más. Comenzó timorato, lo pagó, pero rescató su mejor versión para sobreponerse. Lo hizo a lomos de un Antoñín estelar, esa versión que se espera de él. Un jugador de Primera jugando en Segunda. Diferente. Desequilibrante. De sus botas salieron los dos tantos. Pero qué tantos. Porque hay que meterlos y Roberto, con la testa, y Paulino, con más clase que un instituto, pusieron la remontada.
Todo eso pasó en la primera mitad, porque la segunda fue un tostón. El Málaga se supo superior, manejó el tempo del partido, no pasó apuros más allá de la sensación siempre irritante de que siendo el Málaga en cualquier momento puede llegar la catástrofe, y se echó a dormir. Sólo Paulino puso algo de picante errando un mano a mano en la prolongación. Pero ni siquiera el equipo de Xabi Alonso puso en aprietos a Dani Martín.
Un triunfo que certifica que este Málaga está para algo más que ser mediocre, para algo más que estar perdido en mitad de la tabla. Necesita ganar fuera, hacerse fuerte lejos de La Rosaleda y trasladar el miedo que infunde dentro de ella a sus rivales a los campos de España. Porque calidad hay. Implicación, también. En Cartagena, este domingo, nueva oportunidad.
Goles iniciales
Así, tomó velocidad de vértigo el partido nada más comenzar porque el Málaga se ha empeñado en defender mal los córners. Ya encajó el domingo en Oviedo y este jueves ante el Sanse, nada más comenzar, también recibió el primer golpe en un saque de esquina. El abecé es fácil: córner al primer palo, lo peina un rival y en el segundo palo remata solo Sangalli de cabeza. Era el minuto 7 y era una sorpresa.
Pero duró poco, porque a los dos minutos Antoñín comenzó su show, el que el malaguismo estaba esperando desde que regresó a casa. Se fue en velocidad de su par, puso un balón tenso al primer palo y Roberto, como los clásicos, remató a la red. Habían pasado menos de dos minutos del 0-1 y ya lucía de nuevo tablas en el marcador.
Partido nuevo, pero el Málaga ya estaba avisado. Y eso es mucho, porque el Málaga en casa sestea y ahí se le puede sorprender, pero cuando mete la quinta marcha es difícil seguirle el ritmo. Subió la línea de presión, comenzó a recuperar el balón casi en el área donostiarra y eso provocó más peligro. Y en una de esas, de nuevo Antoñín. Se va de su par, aunque esta vez por dentro, balón colgado a la espalda de la zaga y Paulino que aparece desde atrás para superar al portero con un toque sutil y en vaselina. Un golazo en toda regla. Un tanto para enmarcar.
Antes del descanso pudo empatar de nuevo el Sanse, en un mano a mano de Magunazelaia que le robó el balón a Juande y marró el tiro ante Dani Martín. Y también pudo ampliar distancia Paulino, tras un pase de pecho de Roberto dentro del área. El Málaga se iba al descanso con ventaja merecida.
Sosa reanudación
Bajaron las pulsaciones en la reanudación. El Málaga tenía el trabajo hecho, pero no debía confiarse. Y los despistes en la zaga seguían siendo una constante arrastrada desde el inicio. Aún así, Genaro avisó de cabeza en el 63’ tras un saque de banda de Javi Jiménez. Es el filial de la Real un equipo osado por momentos, pero también dado a los despiste y a arriesgar demasiado. Eso le está costando estar ahora en puestos de descenso.
Un remate de cabeza de Aldasoro (75’) devolvió al Málaga a la tierra, porque el 2-1 era un resultado corto y aunque controlado, podía dar pie a sorpresas. Porque el partido entró en terreno pantanoso en los últimos 15 minutos, donde los errores se maximizan. Jugó con fuego el Málaga, que realmente no sintió nunca el peligro real del Sanse. De hecho, pudo sentenciar Paulino en la prolongación (93’), pero su mano a mano se lo leyó Ayesa y le fue a las manos cuando buscaba una vaselina.
El Málaga ganó. Y aunque con menos brillo del esperado, cumplió con el guión. Este Málaga carbura en casa. Toca repetirlo lejos de ella.
FICHA TÉCNICA:
MÁLAGA CF: Dani Martín; Víctor Gómez, Juande, Peybernes, Javi Jiménez; Escassi, Genaro; Paulino, Antoñín (Kevin, 67’); Brandon (Ramón, 78’) y Roberto (Jairo, 90’).
REAL SOCIEDAD B: Ayesa; Blasco, Glez. de Zárate, Arambarri (Gabilondo, 16’), Cristo (R. López, 78’); Sangalli, Pokorny, Aldasoro (Karrikaburu, 78’); Djouahra, Magunazelaia (Martín, 78’) y Alkain (Valera, 60’).
GOLES: 0-1 (7’): Sangalli. 1-1 (9’): Roberto. 2-1 (29’): Paulino.
ÁRBITRO: De la Fuente Ramos (C. Castellano-leonés). Al frente del VAR, Areces Franco (C. Asturiano). Mostró cartulina amarilla a Pokorny (53’), Genaro (69’), Aldasoro (71’).
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la jornada 14 de la Liga SmartBank disputado en el Estadio de La Rosaleda ante 12.130 espectadores. Antes de arrancar el partido se guardó un minutos de silencio por el reciente fallecimiento de Miguel Hilillo, ex delegado y directivo del Club Deportivo Málaga.